Created by Isidro Esparza Marín
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¿QUIEN ME HA ROBADO MI MENTE? 23 Nov 2017 Dra. Marian Rojas Estapé Volvía hace unos días de México y, cuál era mi sorpresa, al leer en el periódico una noticia impactante: “Facebook admite que juega con la mente de sus millones de usuarios”. Sucedía en un evento médico en Filadelfia donde el cofundador de Facebook, Sean Parker reconocía que Facebook había sido creada, “para explotar una vulnerabilidad de la psicología del ser humano: la retroalimentación de la validación social“. La idea que plantearon al inicio era, “¿cómo conseguir que los usuarios pasen muchas horas en la red?”. Ahí surgió la idea de crear el botón like en su aplicación. ¿Qué sucede en el cerebro cada vez que vemos un like? Entremos a entender este proceso mental y digital. Siempre me ha interesado el mundo de la mente ante las diferentes circunstancias de la vida: ante el amor, el apego, el estrés, los cambios, el trauma, la adversidad, la compasión o… las redes sociales. Los que nos dedicamos al mundo de las emociones y del comportamiento, sabemos que el mundo de la pantalla (internet, redes sociales, vídeos y aplicaciones varias) está afectando profundamente la manera en la que nos relacionamos, la manera en la que procesamos la información (memoria, concentración, multitarea, educación, motivación…) y por tanto, a la larga, la felicidad. A principios de octubre de este año, el periodista David Remnick, del New Yorker entrevistó a John Ive, uno de los diseñadores principales de Apple, creador del iPhone, iPod y iPAD. En dicha entrevista, habló de su experiencia trabajando para Steve Jobs y sobre temas relacionados con la creación de los diferentes aparatos de Apple. En sus palabras, elogió las ventajas de estos artilugios pero a continuación, dejó paso a la crítica: – Remnick: ¿Cuál es el uso erróneo de un iPhone? – Ive: Creo que el uso constante…Tenemos que ejercitar el autocontrol para encontrar el equilibrio. No faltaron voces discrepantes días después a la entrevista. Entre ellos, Nicholas Carr, escritor estadounidense que ha publicado numerosos libros y ensayos sobre la tecnología, educación, cultura y negocios, replicaba en su blog sobre esta entrevista. En su opinión (y por supuesto en la de muchas personas que se dedican a observar el mundo de la mente y del comportamiento), esta consecuencia negativa (“el uso constante del iPhone”) es CONSCIENTE. Es decir, los fabricantes de estos aparatos, saben y conocen exactamente cómo funciona la mente ante la pantalla y la tecnología y fabrican los aparatos para generar un efecto adictivo, de uso constante. Sí, los gadgets y las múltiples aplicaciones recientes están diseñadas para ser adictivas. Esto es algo crucial e importante de entender (tanto a nivel personal, como para padres y educadores). Expliquemos en qué consiste. Toda adicción tiene una base molecular y fisiológica conocida desde hace muchos años. Las drogas como alcohol, cocaína, pastillas, marihuana…. el apostar, el juego, la pornografía… están reguladas por la misma hormona: LA DOPAMINA. La dopamina es la hormona encargada del placer. Actúa en el instante en el que se interactúa con el objeto de placer (sexo, alcohol, drogas….o redes sociales) y en los instantes previos (muchas veces se anticipa al placer y es un activador de la motivación). En ocasiones, genera un vacío posterior, y provoca una necesidad de volver a consumir ese producto al poco tiempo. Una persona adicta a la cocaína, al sexo o a las redes, tiene una afectación profunda en su capacidad de atención, tiene alterada su voluntad (regulada por el autocontrol) y a la larga, llega a producir sentimientos de tristeza y de vacío profundos. ¿Qué reconoció el cofundador de Facebook en el evento de Filadelfia? Sus palabras fueron, “cuando la gente da al like, recibe ese pequeño golpe de dopamina que les motiva a subir más contenido…”. Impresiona saber que en abril de este año, en una conferencia en la Bahía de San Francisco, un grupo de programadores y emprendedores tecnológicos, se reunían tras pagar 1700 dolares/persona para aprender a manipular a las personas en el uso de sus productos tecnológicos. ¿Qué sucede? Las compañías hoy en día, no solo buscan el marketing tradicional y conservador, sino que intentan aunar psicología, neurofisiología y neurociencia. Captando tu mente, tu atención, generan más contenidos, más datos y más capacidad de dominar lo que compras, lo que ves, lo que decides y lo que haces. Contamos con personas que comienzan a alzar la voz desde Silicon Valley para alertar sobre estos temas. Uno de ellos es Tristan Harris que ha trabajado durante varios años como diseñador en Google. Es denominado por el Atlantic Magazine como “the closest thing Silicon Valley has to a conscience” (lo más cercano que tiene Silicon Valley a una conciencia). En su conferencia TED, con más de 1,5 millónes de visualizaciones, explica una realidad que él conoce en profundidad: un grupo de empresas controla tu atención cada día. Su pensamiento se resume en esta frase “Our Minds have been hijacked by our phones” (nuestras mentes han sido secuestradas por los teléfonos). Expone un concepto nuevo: las empresas digitales exitosas se mueven por la “economía de la atención“. Esto significa que el hecho de conseguir captar la atención de los usuarios-consumidores, tiene un impacto en “algo” que se ha convertido en uno de los medios más productivos y apreciables hoy en día: los datos. The Economist titulaba un artículo hace unos días, “The world’s most valuable resource is no longer oil, but data” (el recurso más valioso hoy en día, no es el petroleo, sino los datos). Llegamos a una afirmación interesante: la dopamina está alimentando la economía. “Cada vez que haces un scroll-down (actualizar la aplicación) es como una máquina tragamonedas de Las Vegas. No sabes lo que viene después. A veces es una foto hermosa. A veces es sólo un anuncio“. Es decir, al tocar el teléfono o la tablet, siempre puede surgir algo, un like, un whatsapp, un mail, una notificación de alguna venta online, un mensaje a través de alguna red social….Siempre puede aparecer una notificación, y sino basta con subir una foto, mandar un mensaje, para que segundos después, “algo” suceda, no solo a nivel digital, y aquí radica el tema, sino a nivel mental. Ahí reside la base de las drogas: en el cerebro, se activan mecanismos para pedirnos un consumo seguido y prolongado de esas sustancias. La mayor parte de estos productos, o bien están prohibidos o bien están regulados. No nos estamos dando cuenta que los niños desde edades tempranas están siendo expuestos a todo este mundo digital- sin restricción- y con grandes posibilidades de alterar profundamente sus mentes, su procesamiento de la información y su capacidad de gestionar las frustraciones y las emociones. Esto es así, 100%, porque todo ser humano desde la infancia-adolescencia busca vías de escape para manejar sus altibajos, sus frustraciones, vacíos…. y un alto porcentaje de la población, acude a las redes (whatsapp, instagram, facebook, twitter, tinder…) buscando ese pico de dopamina que se activa al contacto con ello. Estamos en la era del exceso de información y de la superabundancia de estimulación. Los avances cambian a una velocidad impresionante, e impiden que la sociedad, frene, pare y reflexione sobre el impacto que está teniendo todo ello en su mente, en su cuerpo y en su vida. Cuando ya estamos imbuidos por completo, y alterados moderadamente, es cuando intentamos sacar la cabeza y observar con cierta perspectiva. En esos momentos (ahora están surgiendo voces desde múltiples ámbitos), nos preguntamos, ¿es demasiado tarde? ¿hemos creado el monstruo y ahora no sabemos frenarlo? Los programadores de Silicon Valley llevan a sus hijos a colegios donde no existen apenas ordenadores, ¿qué nos estamos perdiendo? La tecnología ha aportado grandes beneficios. Este articulo probablemente se moverá en alguna red citada más arriba. Como todo, hay que aprender a usarlo de nuevo; cada uno de nosotros tiene que decidir de qué manera desea controlar su atención: Empezar por ver a qué dedica su tiempo y posteriormente a realizar un examen real de hasta qué punto estamos conectados-enganchados. Internet y sus derivados, poseen ventajas poderosísimas para hacer la vida más sencilla en múltiples aspectos, pero su mal uso deriva en conductas perjudiciales para la mente y para el comportamiento. Estamos en la era de la crisis de la atención. Dispersión al máximo, empezamos por la multitarea, seguimos por sentir que estamos y no estamos en nuestra realidad y terminamos en una crisis de identidad, dónde no sabemos ni quienes somos ni hacia donde nos dirigimos. Un mundo con personas sin capacidad para controlar su atención, sin voluntad y adicto a gratificaciones instantáneas puede alterar el futuro de la humanidad. No olvidemos que la pantalla nos aleja de la realidad, de la naturaleza, del asombro, del amor y de la amistad verdadera. Hemos de volver a prestar atención a lo que realmente vale la pena. Dra. Marian Rojas Estapé
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