Después de la primera guerra mundial los Estados Unidos disfruta de la felicidad de un fuerte crecimiento económico, unido a ciertos avances tecnológicos como la electricidad, la radio y aviones. En la sociedad surgen nuevas necesidades como disponer de coche o de nuevos artículos para el hogar dando origen a una fuerte sociedad de consumo, recurriendo al crédito bancario para conseguirlos. La constante subida de las acciones en la bolsa, que en 12 meses subieron un 50%, hizo que todos los estadounidenses quisieran poseer alguna, llegando incluso a pedir créditos para comprar acciones. Cuando la bolsa comenzó a bajar, los créditos que se habían pedido para su adquisición no se pudieron pagar.Descendió el número de créditos que se pedían y se frenó también la compra de acciones, por lo tanto la confianza que existía en el mercado de Wall Street se desplomó, igual que el valor de las acciones. Los grandes inversores lo habían perdido todo, por ese motivo hubo numerosos suicidios, todo el dinero que se había invertido desapareció (25.000 millones de $ ), las mayoría de las empresas no disponían de recursos financieros para hacer frente a su actividad, las empresas cerraron y despidieron a sus trabajadores, aumentando rápidamente el número de parados. Al no haber dinero en las familias para pagar las casas se multiplicó el número de desahucios y mucha gente quedó en la pobreza. Esta depresión duro hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. También llegó a Asia, África y a América suministradores de materias primas, al bajar la demanda de sus productos Como ocurrió en el 2008 este fenómeno traspaso fronteras y llego al Reino Unido y al resto de Europa, muchas personas perdieron su estatus social y pensaron que la única salida era un gobierno autoritario, emergiendo figuras como Mussolini, Hitler o Stalin.
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