Los umbrales de la Psicología Científica

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Mar Diaz
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LOS UMBRALES DE LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA1. APROXIMACIÓN A LAS RAÍCES DE LA PSICOLOGÍA Tratar de aproximarse a la Historia de la psicología es acercarse al análisis de su devenir temporal como disciplina que ha generado un saber o cuerpo sistemático de conocimientos específicos, con teorías, métodos y técnicas que le son propios y con una práctica social que la diferencia de otras disciplinas. Lo primero que debemos hacer es establecer unos límites temporales.Si consideramos la evolución de la psicología globalmente, en cuanto a sus planteamientos conceptuales, sin distinguir su adscripción a una metodología científica, su historia empezaría justo con los primeros indicios del pensamiento humano, ya que desde que el hombre existe se ha hecho preguntas sobre sí mismo y sus relaciones con la naturaleza. Los primeros planteamientos más o menos sistemáticos los encontramos entre los primeros filósofos quienes en sus escritos presentaron profundas reflexiones sobre el hombre (sus sensaciones, sus percepciones, su memoria, su voluntad, etc.). Así, hablar de la Historia de la psicología, será, en cierta medida, hablar de la Historia de la filosofía dado que desde su nacimiento, la filosofía ha abordado problemas que podemos considerar plenamente psicológicos. La Historia de la psicología occidental encuentra sus raíces en los filósofos griegos quienes, en nuestro entorno cultural, fueron los primeros en plantear reflexiones en torno al hombre como parte de la naturaleza. Sin embargo, no podemos hablar de psicología científica como una disciplina independiente hasta el siglo XIX. Partiendo de esta idea podemos diferenciar una psicología filosófica, que se desarrollaría a lo largo de la historia hasta el siglo XIX, que sirve de antecedente a la psicología posterior, pero que puede ser estudiada, por su valor, por sí misma, y de una psicología científica, que inicia su andadura desde 1879, fecha comúnmente aceptada por ser el momento en que Wundt funda el primer Laboratorio de Psicología experimental en Leipzig (Alemania). Existen otras clasificaciones en de la historia de la psicología, por ejemplo, McDougall en 1912, hizo una clasificación en función del objeto de estudio: Psicología del alma, desde la filosofía griega hasta Descartes Psicología de la mente, enmarcada en la época moderna hasta el S. XIX, aquí también podría englobarse una psicología de la conciencia, que surgiría más concretamente en el S. XIX Psicología de la conducta, situada en el S. XX, dentro del seno de la psicología científica Prolongando esta visión hasta la actualidad, deberíamos hablar de una psicología de la mente y de la conducta, dado que la psicología actual se interesa no sólo por la conducta externa, sino en explicar la compleja conducta del hombre mediante la comprensión de una serie de procesos mentales Sea cual sea la clasificación que utilicemos, la comprensión del desarrollo contemporáneo de la psicología requiere del conocimiento y del contraste de las ideas filosóficas que la precedieron, así como los cambios contextuales, tanto sociales como científicos, que posibilitaron el tránsito hacía una psicología de corte experimental, que se alejó de las reflexiones metafísicas e intuitivas. Esta referencia a la filosofía no es exclusiva de la psicología, puesto que durante las épocas antigua y medieval ésta englobó el contenido de todas las ciencias. En la época moderna se empezaron a producir los primeros procesos de autonomía de las ciencias. Primero lo realizaron las ciencias naturales como la física, la astronomía y la química, posteriormente las ciencias biológicas como la fisiología, la zoología o la botánica, y por último, las ciencias humanas, entre las que localizamos a la psicología. Podríamos concretar que uno de los grandes escollos con los que tuvo que luchar el estudio científico-natural en psicología fue el carácter espiritual y transcendental que se le atribuía al ser humano. La idea de un hombre dotado de un "hálito espiritual" –el alma– alejada de la materia que presidió los planteamientos religiosos occidentales, fue una de las causas que, unida a la propia dificultad que entraña el estudio del hombre, provocó que este estudio no fuera posible hasta bien entrado el siglo XIX. Fueron muchos los pensadores griegos (Heráclito, Parménides, Alcmeón, Em- pédocles, Anaxágoras, Diógenes, Protágoras, Sócrates, Demócrito, etc.) que con su saber y sus observaciones llenaron de diferentes puntos de vista estos primeros desarrollos de la psicología, pero sin duda los de más hondo calado y proyección histórica fueron Platón y Aristóteles, que influenciarán etapas posteriores de la evolución psicológica. Como cabe comprender, tan diversos planteamientos hicieron que no hubiera, en la época griega, una concepción uniforme de la imagen del hombre; sintetizando podríamos señalar dos orientaciones: la naturalista y la espiritualista.Distinción entre naturalismo y espiritualismo La orientación naturalista creyó que el hombre era susceptible de ser observado de forma natural y que estaba sometido a las leyes de la naturaleza. Este punto de vista fue defendido fundamentalmente por Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.), con quien la "psique" o el "alma" entra a formar parte de esta naturaleza en la que participan todos los seres y, por tanto, no es ya un elemento que procede del "mundo de las ideas", sino que es parte de este mundo de sustancias. La orientación espiritualista piensa que el hombre es sobrenatural en su origen y destino. Defendida esta orientación por Platón (427 a. C. - 347 a. C.), se llegará a la creencia de que existe un mundo distinto al terrestre –"el mundo de las ideas"– donde el "alma" (la psique) ha vivido antes de pertenecer al cuerpo. De este planteamiento partirá el dualismo platónico que diferencia entre alma y cuerpo. La muerte separa estas dos entidades y libera el alma que retorna al mundo ideal. El alma es una sustancia de origen divino, espiritual y eterna. El carácter trascendental y espiritual del hombre, con el alma, aspecto peculiar y que le es propio, distinto de su cuerpo físico, invadió el pensamiento medieval, donde el saber filosófico quedó en manos de la Iglesia. Este pensamiento no predispuso a un estudio "natural" del hombre. Los dos planteamientos de la Grecia clásica, encabezados por Platón y Aristóteles, predominaron, en los primeros tiempos de la edad media, –sobre todo en la obra de Agustín de Hipona (354-430)– el pensamiento platónico que defendía un alma trascendental y que ya había estado vigente en los años del desarrollo del cristianismo. La filosofía aristotélica es retomada por Tomás de Aquino (1224-1274), quien con sus trabajos sobre el conocimiento y el intelecto dará gran relieve a la escolástica, filosofía fundamental del período medieval. Con el Renacimiento se da una nueva interpretación del mundo y de la vida, se va abriendo paso a nuevas concepciones individualistas y naturalistas que irán diluyendo los planteamientos escolásticos del medievo. En este período histórico la situación de la ciencia experimentó un cambio sustancial que pro- pició nuevamente el estudio científico de la parte física del hombre, no así la mental. La psicología renacentista estudia la naturaleza del alma, convirtién- dola en su tema central, sustituyendo en su orientación el teocentrismo por el antropocentrismo.Esta nueva cosmovisión posibilitó la producción de nuevos procedimientos metodológicos y así aparecieron en el panorama dos distintas posturas epistemológicas: el empirismo y el racionalismo. Estas posiciones fueron sustentadas inicialmente por Bacon (1561-1626) y Descartes (1596-1650), respectivamente. Empirismo y racionalismo El empirismo afirma que todo conocimiento se basa en la experiencia, por ello negaría la posibilidad de ideas a priori en la mente, o sea, cualquier conocimiento que estuviera dentro de ella previamente a la experiencia, es decir, no acepta las ideas innatas. A nivel científico las conclusiones serían extraídas a partir de los datos y no a través del uso de la razón. El racionalismo abogaría por todo lo contrario, acentuaría el papel de la razón y creería en unas verdades iniciales indiscutibles dentro de la mente humana, a partir de las cuales, por derivación o argumentación lógica, podría llegar a conclusiones específicas. Es justamente en el siglo XVII cuando se producen cambios importantes en el tratamiento de los problemas psicológicos. La psicología deja decididamente de centrarse en el alma y en su lugar ocupa el primer plano la mente y su funcionamiento. En el siglo XIX, se va a producir una especial confluencia en la que los filósofos plantean una psicología basada en la sensación como vehículo para la adquisición del conocimiento y en la que otras disciplinas científicas, la fisiología, la astronomía, la biología se van a acercar a preocupaciones muy coincidentes. No es extraño, así, que los filósofos de ese período se acerquen a la fisiología o que los fisiólogos se acerquen a la filosofía, lo que dará como resultado una ciencia que recogerá ambas tradiciones y que será bautizada por Wundt como psicología fisiológica. 2. LA APORTACIÓN DE LA FILOSOFÍALa psicología científica que va aparecer en el último cuarto del siglo XIX, aunque pretendió desligarse de su pasado metafísico, no negó unos ciertos debates y teorías que eran la herencia de los planteamientos filosóficos de épocas anteriores.Según Henryk Misiak existen unas claras características que pueden determinarse en la "nueva psicología científica" del siglo XIX: Era dualista, es decir, consideraba al hombre como un compuesto de cuerpo y alma. Era empírica y experimental,es decir, hacía de la experiencia y el experimento sus fuentes básicas de conocimiento y métodos de investigación científica. Era sensacionista, lo que significa que confiaba sumamente en la sensación y que sus principales intereses y objetos de estudio eran la sensación y la percepción. Era asociacionista, porque consideraba la asociación como el proceso fundamental de la mente y procedía a explicar sobre esta base toda la vida mental e incluso la mente misma. Misiak, H. (1964). Raíces filosóficas de la Psicología (pág. 47). Buenos Aires: Troquel 2.1. Dualismo frente a monismoEl debate entre dualismo y monismo es clásico desde que Platón distinguiera en el ser humano dos entidades y, más tarde, Descartes profundizara más en ello influenciando así intensamente a la psicología. Definición de dualismo y monismo El dualismo es la doctrina que cree que el hombre está compuesto por dos sustancias diferenciadas, por un lado hallaríamos la parte somática (el cuerpo) y por el otro la parte psíquica (la mente), mientras que el monismo, doctrina opuesta al dualismo, cree que el hombre está compuesto por una sola sustancia, por tanto, no existen realidades mentales y orgánicas diferentes.Las dos teorías más sobresalientes sobre la relación mente-cuerpo, como enti-dades distintas, fueron, por un lado, el interaccionismo propuesto por Descartes y, por el otro, el paralelismo psicofísico que insinuado por Leibniz se desarrolla hasta Spencer y Bain. Interaccionismo frente a paralelismo psicofísico El interaccionismo cree que el cuerpo (res extensa) y la mente (res cogitans) son distintos y separados, pero se influyen entre sí. Para Descartes la mente era aquello que piensa y su actividad estaba en el cerebro, aunque no ocupaba un espacio físico, interaccionaba con el cuerpo en la glándula pineal o conarium. Por el contrario, el paralelismo psicofísico opina que el cuerpo y la mente son distintos y separados y no se influyen entre sí. Toda actividad mental tiene su correlato corporal, pero uno no es la causa del otro. 2.2. Sustancia innata versus sustancia adquirida La explicación de la mente ha sido afrontada desde dos puntos de vista total-mente opuestos. Así, hay autores que han defendido que nuestra mente está ausente de conocimiento hasta que la relación con el mundo exterior, por medio de la experiencia, nos lo proporciona, y otros que, por el contrario, han afirmado que llegamos a este mundo con una serie de conocimientos que son inherentes a la mente. Estos dos puntos de vista son, evidentemente, la expresión clara de las posturas epistemológicas señaladas anteriormente y que se conocen como empirismo y racionalismo. Aunque la controversia sobre estos aspectos ha perdurado, podemos afirmar que: La psicología científica del siglo XIX fue fundamentalmente empirista, y no sólo en sus planteamientos científicos, sino también en algunas de sus posiciones teóricas.2.3. Sendacionismo empiristaEl elemento fundamental de la experiencia mental es, para los empiristas, la sensación. Su convicción de que el conocimiento proviene de la experiencia hace necesaria la sensación para la creación del contenido mental.Definición de sensación: La sensación es la respuesta inmediata de los órganos sensoriales a la estimulación del mundo exterior. El estudio del contenido de la mente hizo que los empiristas hallaran en ella los diferentes elementos que la componían y estos elementos eran: las ideas, que son consideradas por ellos como las unidades del conocimiento. Debemos recordar que, aunque los empiristas creyeron en la sensación como fuente fundamental de la generación de ideas, ya que ésta a través de los sentidos producía en la mente percepciones del mundo externo, también creyeron que, a través de la reflexión, se producían ideas, fruto de ideas sobre otras ideas. Los empiristas se centraron, como vemos, en el estudio de las ideas que contenía la mente humana, reconociendo dos tipos de ideas, las simples y las complejas y un principio combinatorio que las une: la asociación. Esta visión atomista del empirismo inglés la hallaremos reflejada también en los diferentes elementos que la primera psicología científica alemana cree encontrar en el contenido de la conciencia. Principales ideas del empirismo inglésCon Francis Bacon se origina en Inglaterra una orientación me-todológica observacional-inductiva que hace surgir el planteamiento empirista. Esta línea de pensamiento se consolida en las Islas Británicas, inicialmente con Hobbes, y sobre todo a través de John Locke y otros continuadores como Berkeley y Hume. Básicamente, podríamos marcar sus fundamentales afirmaciones en los siguientes puntos: La única fuente de conocimiento es la observación de los fenómenos naturales, tal como se presentan a los sentidos, por tanto: a) no existen ideas innatas y b) el elemento fundamental de la experiencia mental es la sensación. El método de trabajo es el inductivo, ya que la aplicación del método deductivo puede llevar al dogmatismo. Si el mundo físico se puede observar, también la mente. La "observación de uno mismo" (introspección) constituye el método de reflexión básico. Hay que analizar los fenómenos mentales, siguiendo el modelo de la física, reduciéndolos a "átomos mentales" y explicando su relación a través de "principios de asociación". Las ideas, que se generan a través de la sensación y la reflexión, pueden ser simples y complejas, siendo las primeras inanalizables y las segundas analizables por ser posible su reducción a ideas simples. La influencia de estos pensadores en la primera psicología científica se evidencia en los tres aspectos siguientes: Generalmente creyeron que la experiencia es la principal fuente de conocimiento y el método principal para el estudio del hombre. Se centraron en los sentidos, las sensaciones, las percepciones y las ideas. Se fundamentaron en la asociación, aunque con este principio les influenciaran más directamente los asociacionistas británicos. 2.4. El asociacionismoEl asociacionismo es una teoría psicológica que explica la unidad de la conciencia con el principio de la asociación de ideas. Sin embargo, el concepto de asociación de ideas no fue inventado por el empirismo, aunque John Locke creara el término en la cuarta edición de su libro Ensayo sobre el entendimiento humano. La utilización de ese concepto –asociación mental– como descripción de algunos fenómenos mentales se encuentra ya en Platón y, sobre todo, en Aristóteles, que en sus tratados dejó indicios de lo que luego sería traducido en las leyes de la asociación de ideas (semejanza, contraste y contigüidad).Definición de asociación Cuando un pensamiento o idea evoca otro, cuando dos o más de ellos tienden a aparecer juntos en nuestra mente, o cuando al mismo suceso externo sigue la misma sensación, decimos que están asociados. El proceso por el cual se hallan ligados o vinculados se llama asociación. Los autores clásicos (Aristóteles, Quintiliano, Agustín de Hipona, Maimónides, o Tomás de Aquino), cuando empezaron a analizar la mente humana, se percataron de que las ideas se sucedían unas a otras, que unas evocaban a otras, o que algunas aparecían siempre unidas a otras. No sólo ocurría esto con las ideas, sino que algunos hechos que habían acaecido conjuntamente se recordaban luego juntos.Con Hartley y otros filósofos ingleses como James Mill, John Stuart Mill, Alexander Bain o Herbart Spencer, el fenómeno asociativo pasa a adquirir un lugar central –se convierte en eje principal– en la explicación de la mente humana. El término de "asociación" dio lugar a la expresión compleja de "asociacionismo", palabra que denota un sistema. Por ello, a pesar de que en esta época todavía no podemos hablar de "escuelas psicológicas", el asociacionismo es considerado por algunos autores como el primer movimiento o "escuela" estrictamente psicológica. Dos motivos justifican esta argumentación: 1) Fue un sistema sustentado invariablemente por una serie de teóricos a lo largo de todo el siglo XIX, y 2) Todos los autores coincidieron en aceptar el asociacionismo como teoría básica de la explicación de la vida mental.Aunque fueron muchas las leyes asociativas que surgieron a lo largo de este planteamiento, expuestas por los diferentes autores que sustentaron el asociacionismo, sólo hay un principio básico asociativo que todos ellos consideraron válido, y éste es: la ley de la contigüidad.La ley de la contigüidad: La ley de la contigüidad dice que la asociación se realiza por la proximidad, en el tiempo y en el espacio, de los objetos y los eventos.La escuela asociacionista británica tuvo en John Stuart Mill y Alexander Bain sus más importantes exponentes en el último período del siglo XIX. Ambos autores fueron figuras destacadas cuando la psicología estaba acabando de preparar el terreno para su surgimiento como disciplina independiente e influenciaron con sus teorías ese proceso constitutivo. La mecánica mental y la química mental James Mill elaboró un sistema explicativo de la actividad de la mente riguroso y simple, donde los fenómenos mentales, fuera cual fuera su índole o su complejidad, podían ser explicados mecánicamente en función de las sensaciones y de las ideas mediante la ley de la contigüidad. La mecánica mental entendía que las ideas complejas eran la suma de las ideas simples John Stuart Mill, hijo de James Mill, introdujo dos novedades importantes en el marco del asociacionismo, que cambiaron notablemente la teoría de su padre. Por un lado, cambió el modelo de la física, imperante en J. Mill, por el de la química, con lo que las ideas perdían su entidad de átomo original e indestructible, para mezclarse, fundirse y reconvertirse en otras más complejas; por otro lado, incorporó la ley de la semejanza, añadiéndola a la de la contigüidad. La química mental entendía que las ideas complejas eran generadas por las ideas simples Entre todos las teorías que aparecieron durante la etapa de la psicología filosófica el asociacionismo es, probablemente, la que ejerció una influencia más fuerte en la psicología que iba a desarrollarse entre fines del siglo XIX y mediados del XX. No sólo afectó a la primera psicología científica que nacía en Alemania, cuando ésta intentaba comprender cómo se relacionaban los diferentes elementos que componían la conciencia, sino que veremos este planteamiento asociacionista en el condicionamiento pavloviano, en el conexionismo de Thorndike, en los argumentos conductistas de Watson y en las teorías neo-conductistas, sobre todo, en la del condicionamiento operante de Skinner.2.5. Otras influencias filosóficas del S. XIXParalela o conjuntamente a estas posturas dominantes en la psicología científica, otros puntos de vista, aunque tuvieran menores consecuencias en el futuro inmediato de nuestra disciplina, existieron en ese mismo panorama temporal, afectando, ya a algunos grupos concretos de psicólogos, ya a los planteamientos de países concretos.Por ello, sería bueno conocer de qué manera las ideas racionalistas del francés René Descartes derivaron pasando por Leibniz y por Wolff hasta Kant y cómo desde Kant se generó un idealismo profundo en manos de Fichte, Schelling y otros autores y, cómo en esta evolución, el idealismo alemán tuvo propuestas de reforma desde su mismo seno (Schopenhauer, Fries, Herbart, Beneke). También sería muy interesante profundizar algo más en el movimiento empirista y asociacionista, para que dentro de este planteamiento prestarais atención al positivismo del francés August Comte, que tanta transcendencia epistemológica tendría en el futuro de la psicología.3. LA APORTACIÓN DE LA FISIOLOGÍADurante el siglo XIX la fisiología experimentó grandes progresos, muy especialmente en el conocimiento del sistema nervioso; progresos que iban a tener importante repercusión sobre la psicología, ya que aportaban datos que ayudaban a desentrañar la naturaleza del hombre. No vamos a introducirnos, sin embargo, en el abanico de descubrimientos que fueron acumulándose, vamos a limitarnos a presentar una panorámica general de los aspectos fundamentales que aportó la fisiología a la psicología. 3.1. La distinción entre nervios motores y sensoriales. La ley de la conducción nerviosaA comienzos del siglo XIX hay una correcta clarificación de las vías nerviosas. Por obra de Charles Bell y François Magendie, que trabajaron independientemente, se descubrió la existencia de unas vías ascendentes o aferentes –la de los nervios sensoriales– y otras descendentes o eferentes –la de los nervios motores–, poniendo fin a la creencia de que las vías nerviosas transmitían indiscriminadamente la sensación y el movimiento utilizando las mismas vías.La ley de la conducción que surge de estos dos autores abrió el camino al arco reflejo, que sería formulado años más tarde por Marshall Hall, produciendo una vía fructuosa que llegaría a su máximo esplendor con la reflexología rusa. La acción refleja Los movimientos involuntarios o reflejos tratados desde la antigüedad, fueron objeto de múltiples discusiones durante los siglos XVIII y XIX. La clarificación de este tema la realiza el fisiólogo escocés Marshall Hall, aunque Robert Whytt anticipara en sus experimentos con ranas descerebradas una cierta participación de la médula en este tipo de respuestas, además de introducir los términos de "estímulo" y "respuesta", descriptores del reflejo. Sin embargo es Hall, como decíamos, el que pudo concluir en 1833, a través de experimentaciones sobre la médula espinal en animales decapitados, que las respuestas involuntarias dependían de la médula espinal y que ésta, aún desconectada del cerebro, actuaba como una especie de cerebro espinal. Estaba afirmando, pues, que las reacciones reflejas son independientes del cerebro, que son inconscientes y que, en consecuencia, son automáticas y mecánicas. Concepto de reflejo Se entiende por reflejo la respuesta automática (R), es decir, sin intervención de la voluntad del sujeto, ante la estimulación (E) de los receptores sensoriales. Reflejo=E→R 3.2. La clarificación de la especificidad de las vías sensoriales nerviosas La creencia de una cierta especificidad sensorial era presentida desde la antigüedad, autores como Demócrito, incluso la habían pre-formulado, pero este aspecto es retomado de forma moderna y experimental por el alemán Johannes Müller, quien enuncia en el volumen V de su Manual de Fisiología humana (1833-1840), el principio de la especificidad de las vías sensoriales.Müller se planteó si no existiría en el hombre una actividad nerviosa específica para una actividad o estimulación determinada. Así, Müller con sus trabajos indicó la existencia de una división y diferenciación de las fibras sensoriales, en el sentido de que cada uno de los sentidos clásicos tiene sus respectivos y diferentes clases de nervios. Se distinguen con Müller cinco clases de nervios, los relativos a los cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto). Bajo su principio cada uno de estos nervios podía exclusivamente transmitir un tipo de sensación específica. De esta forma los nervios visuales conducían información visual y no sensaciones acústicas. En consecuencia, cada órgano sensorial era especialmente sensible a una clase particular de estímulos.La ley o principio de la energía específica de los nervios sensoriales de Müller establece la relación entre los nervios y la mente, en el sentido de que no conocemos nada directamente sobre los objetos y estímulos que nos rodean, sino que sólo tenemos conocimiento directo de nuestros nervios, siendo éstos los intermediarios entre los objetos que percibimos y la mente.3.3. La naturaleza y transmisión del impulso nerviosoConocer que existía corriente nerviosa fue un gran avance en el conocimiento de la estructura y funcionamiento del ser humano y dio paso a establecer cómo se trasmite la electricidad nerviosa. El planteamiento fue claro, si en los nervios se da corriente eléctrica, ésta debe tardar un determinado tiempo en recorrer un determinado espacio, y ese tiempo, traducido en velocidad, puede ser medible.El estudio del impulso nervioso empieza a ser solventado por Von Helmholtz, a pesar de que su maestro Müller lo creyera imposible, y así, a través del procedimiento experimental quedó de manifiesto que la reactividad nerviosa y psíquica era algo natural y mensurable, abriendo con ello un largo capítulo de mediciones de fenómenos psíquicos sensoriales y perceptivos conocidos con el nombre de "tiempos de reacción", que serían foco de estudio de la naciente psicología experimental. 3.4. El estudio de los órganos sensorialesDurante las primeras décadas del siglo XIX proliferaron estudios científicos sobre los órganos sensoriales, especialmente del sentido de la vista y del oído, probablemente porque eran considerados como más importantes en la labor de captación de la estimulación sensorial. Dentro del estudio de los órganos sensoriales tiene especial mención el gran fisiólogo Von Helmholtz por su gran contribución al surgimiento de la psicología experimental. 3.4.1. Hermann Ludwig Ferdinand Von Helmholtz (1821-1894)Von Helmholtz investigó sobre la fisiología de la óptica y de la acústica, contribuyendo con grandes aportaciones al desarrollo de la psicología. En el campo de la visión establece una teoría de la percepción del color, reelaborando la de Young, reconociendo la existencia de receptores sensibles a los tres colores: rojo, verde y violeta. También inventó el oftalmoscopio, que hace posible auscultar la retina y el oftalmómetro que permite medir los cambios oculares. Respecto a la audición, clasificó la función de los huesos del oído medio: martillo, yunque y estribo. Además, diseñó una teoría de la resonancia acerca de la función del oído interno, que explica por qué el ser humano puede distinguir miles de tonos diferentes.Von Helmholtz no fue un psicólogo sistemático, pero su trabajo sobre la visión le llevó a abordar el problema de la percepción visual y, por tanto, el problema de la percepción en general, proponiendo una explicación psicológica que fue muy popular: Para Helmholtz, mientras que la sensación era la experiencia producida por la impresión sensorial, la percepción era la interpretación de los procesos sensoriales. La sensación era un proceso que dependía de los mecanismos del sistema visual, la percepción un proceso psicológico que implicaba un juicio del sujeto y que se producía en el sistema nervioso central. El acto interpretativo del sujeto que conllevaba un juicio, era habitualmente inadvertido para él. Helmholtz llamó a esta construcción inferencia inconsciente. Sintetizando los planteamientos de von Helmholtz diríamos que nuestra percepción de los objetos del mundo externo incluye no sólo simples esquemas de sensaciones debidas a la estimulación del momento, sino también imágenes derivadas de impresiones anteriores. Lo que percibimos en un momento dado sería una combinación de pasado y presente.Otra de las grandes aportaciones de este autor, fue, sin duda, el hecho de haber medido por primera vez la velocidad del impulso nervioso. 3.5. La frenologíaLa frenología fue un movimiento médico-fisiológico que tuvo su impacto en esta época antecedente a la psicología científica. Esta disciplina trató de establecer que el cerebro era el órgano de la mente y, también, que ciertas partículas del cerebro eran órganos especiales de facultades mentales separadas, es decir, creían que el cerebro se dividía en zonas de función independiente. Postulados teóricos de los frenólogos Es necesario que la doctrina demuestre que la configuración exterior del cráneo corresponde a la interior y también al cerebro. (Gall sostenía que esto es así, que la forma del cerebro está determinada por lo menos desde la niñez y que el cráneo se forma de acuerdo con esta determinación). Se necesitaría creer que la mente puede ser analizada satisfactoriamente en cierto número de facultades y funciones (37 poderes y tendencias) y hacer este análisis. Las facultades y poderes de la mente están localizados en forma diferente en el cerebro y un exceso de cualquier facultad está correlacionado con un agrandamiento del lugar que le corresponda a esa facultad en el cerebro. Una protuberancia del cerebro (y su correspondiente protuberancia en el cráneo) indicaría que existe un exceso de la facultad correspondiente. Un hundimiento en alguna parte del cerebro indicaría que esa facultad hace falta. La creencia en estos postulados derivó en el diagnóstico individual de los humanos a través de la inspección craneal. La frenología tiene interés para la psicología en cuanto sitúa las capacidades humanas ligadas a la estructura cerebral y establece un nexo con las problemáticas psicológicas al preocuparse por el diagnóstico de las diferencias individuales. Contribuyó, además, a crear una mentalidad organicista en la psiquiatría y en la psicología, tuvo una cierta influencia en la valoración jurídica del delito y constituyó un punto más en el avance de la orientación positivista. La tremenda aceptación popular de la frenología, no tuvo su paralelo dentro de la ciencia, donde no fue completamente aceptada. Encontró grandes opositores y fue muy ridiculizada. Esto motivó, junto a las críticas desde posturas eclesiásticas, a que este movimiento cayera rápidamente en el olvido. Sin embargo, hemos de tener presente, que aunque el punto de vista de la frenología fue erróneo, sirvió para impulsar el pensamiento científico y sugirió la posibilidad de que diferentes partes del cerebro tendrían distintas funciones fisiológicas y psicofisiológicas. 4. LA MEDICIÓN DE LOS FENÓMENOS PSÍQUICOS4.1. Los tiempos de reacción. La ecuación personal y la medición del impulso nerviosoLa medición del sentido del tiempo pasó a ocupar un lugar importante en la investigación guiada por Wundt en su Laboratorio Psicológico de Leipzig. Sin embargo, antes de llegar a Leipzig, la historia de los tiempos de reacción recorre un peculiar camino.Definición de tiempo de reacción El tiempo de reacción es un "proceso que se inicia con la influencia de un estímulo sensorial simple de naturaleza conocida de antemano y que termina con un movimiento arbitrario efectuado lo más rápidamente posible después de la recepción del estímulo" Wundt, W. (1881/1883) "Über Psychologische Methoden". Philosophische Studien (núm. 1, pág. 1-38). Es un incidente en el estudio y control del movimiento de las estrellas uno de los caminos por los que transcurre el inicio de este tipo de investigación. Antes de los sistemas mecánicos y fotográficos actuales, la determinación de cualquier movimiento astral dependía fundamentalmente de la habilidad del astrónomo. Éste miraba el cielo a través del telescopio que tenía aplicado un retículo, y oía –a la vez– el sonido de un reloj. Cuando el cuerpo celeste, cuya velocidad quería mesurar, entraba en el campo de visión, marcaba la hora exacta del reloj y empezaba a contabilizar los tic-tacs que sonaban hasta que desaparecía la estrella, que venían marcados por el espacio prefijado que iba de un lugar a otro del retículo del telescopio. Aunque este método necesitaba de gran pericia, nunca, de forma reconocida por los astrónomos, había presentado problemas. Un hecho acaecido en el Observatorio de Greenwich en 1796 y leído años más tarde, a principios del siglo XIX por el astrónomo alemán F.W. Bessel hizo plantearse la cuestión de la constancia y fiabilidad en la anotación entre distintos observadores a través de esta metodología.El suceso de Greenwich puede resumirse en el despido de Kinnerbrook, ayudante de Maskelyne, por negligencia en su trabajo. Maskelyne despidió a su colaborador porque desde hacía algunos años las anotaciones de éste no coincidían con las suyas. Cuando desde Königsberg Bessel lee este episodio, se pregunta cuál es la causa real de este aparente descuido laboral y se contesta si no puede ser debido a las diferencias individuales existentes entre los sujetos que realizan este tipo de labor.La cuestión suscitada llevó a Bessel a comparar sus tiempos de observación con los de otros ilustres astrónomos, comprobando así que su sospecha era justificada. Para solventar estas repetibles discrepancias, Bessel construyó las llamadas "ecuaciones personales", que tenían como fin ser aplicadas a los cálculos astronómicos y compensar de esta forma el error cometido. Las ecuaciones reflejaban los tiempos de reacción personales y, en consecuencia, sabiendo este dato tan solo consistía en corregir adecuadamente las posiciones de las estrellas. Había nacido así la problemática de los tiempos de reacción, nombre acuñado por von Exner en 1871 para este fenómeno, que hasta entonces había tenido la denominación de "tiempos fisiológicos".Por otro lado, la historia de los tiempos de reacción está ligada a la figura del gran físico alemán Hermann von Helmholtz. Sin embargo, en este caso, la problemática que provoca los experimentos es muy distinta, se trata de intentar medir la velocidad de la conducción nerviosa. Helmholtz demostró experimentalmente que el impulso nervioso era medible y frente a la idea imperante de que dicho impulso era casi instantáneo, puso en evidencia que la corriente nerviosa se propagaba a la velocidad de 25 metros por segundo. El tipo de investigación que dio paso a este gran descubrimiento es básicamente un experimento de tiempo de reacción. Helmholtz suministraba a un sujeto un estímulo en un punto de un miembro, y el sujeto tenía que apretar un botón en el mismo momento de recibir el estímulo. Medía así el tiempo de esa reacción. Más tarde aplicaba otro estímulo a un punto distinto del mismo miembro y anotaba ese segundo tiempo de reacción. La diferencia entre esos dos tiempos era la cantidad de tiempo precisa para llegar el impulso nervioso de un punto a otro del miembro del sujeto. Helmholtz se convierte así en el primero que introduce los experimentos de tiempo de reacción en psicología. Aunque la problemática e investigación de los tiempos de reacción provienen tanto de la astronomía y su "ecuación personal", como de von Helmholtz y su estudio sobre la velocidad del impulso nervioso, quien recoge estas dos fuentes de influencia y les da un carácter de estudio psicológico es el fisiólogo holandés Frans Cornelius Donders.Los experimentos de Donders planteaban tres condiciones: 1) se presentaba un estímulo al que el sujeto debía dar una respuesta (reacción simple); 2) el sujeto recibía más de un estímulo a los que debía responder con una respuesta distinta (reacción compleja), y, 3) ante varios estímulos el sujeto sólo debía responder a uno, omitiendo la respuesta en presencia de los otros (reacción compleja). Donders comprobó que los tiempos de reacción más rápidos eran los realizados ante la primera condición, seguidos de la tercera y segunda situación. El tipo de metodología empleada por Donders fue, al principio, utilizada por Wundt, y estuvo presente en los primeros psicólogos, ya que era una fórmula que ayudaba –por su rango cuantitativo– a afianzar el grado de cientificidad de la recién nacida psicología experimental. Pero pronto surgieron dificultades en la constancia de los datos conseguidos, provocados por la incidencia de otra área de trabajo que tendría un amplio foco de interés, sobre todo en la psicología inglesa y americana: la problemática de las diferencias individuales.4.2. Las medidas psicofísicas de Weber y Fechner El estudio de la sensación, resultó ser uno de los objetivos primordiales para los fisiólogos de la primera mitad del siglo XIX. Éstos, ocupados con el conocimiento sobre la anatomía y la fisiología de los órganos sensoriales, aprendieron a manipular la estimulación exterior para observar las sensaciones que producía y los cambios que ocasionaban en el organismo cuando éste recibía los estímulos. Los sujetos de sus experimentos, pues, eran expuestos a diferentes estímulos y se les pedía que los discriminaran según las variaciones que se observaran por lo que respecta a la medida, la luminosidad, el peso, etc. De esta manera, se iniciaba la utilización de una metodología más precisa y rigurosa que apostaba por el control experimental. Estos nuevos planteamientos –donde se relacionaban los acontecimientos externos con el conocimiento interno o experiencia– se desarrollaron de la mano de Gustav Theodor Fechner (1801-1887) en el marco de la disciplina que él denominó psicofísica. Fechner llevó a cabo la primera investigación sistemática en psicología experimental. Como buen conocedor de la física y la filosofía rompió las barreras de la mente, que hasta ahora había sido considerada como una entidad privada, mostrando que el control de la estimulación exterior a la que está expuesto cualquier individuo permite la manipulación de la conciencia consciente (sensaciones) del mismo. Este control le posibilitaba el experimento mental. Lo que propuso Fechner fue la cuantificación de las sensaciones de manera indirecta, pidiendo a sus sujetos experimentales que distinguieran entre las diferencias de estímulos. Este método, sin embargo, ya había sido utilizado por Ernst H. Weber (1795- 1878), profesor de anatomía y fisiología de la Universidad de Leipzig entre 1817 y 1878, y especializado en fisiología sensorial. Weber trabajó fundamentalmente con el sentido del tacto y el sentido muscular. Concretamente experimentó con la localización táctil y la detección de pesos.Estos experimentos consistían en establecer las diferencias mínimas que podían ser percibidas por los sujetos.Weber, experimentando con discriminación de pesos, descubrió que la mínima diferencia percibida (m.d.p.) no era una magnitud absoluta sino relativa, es decir, estaba supeditada a los pesos que se utilizaban en la comparación. El valor de ésta aumentaba, pues, cuando el peso era mayor. El trabajo de Weber no sólo consistió en la experimentación sobre un sentido, sino que extendió sus postulados al estudio del sentido de la vista, el oído..., éstos no hicieron más que mantener los resultados extraídos hasta el momento. Las ideas de este ilustre fisiólogo dieron lugar a que más tarde Fechner instituyera la psicofísica como disciplina específica para estudiar el tipo de relaciones expuestas por él, definiéndola de la siguiente manera: "Teoría exacta de las relaciones entre el alma y el cuerpo, y, de manera general, entre el mundo físico y el psíquico"; "estudio de las relaciones funcionales y de dependencia recíprocas". Fechner, G.Th. (1882). Revision der Hauptpunkle der Pschopysik. Leipzig: Breitkopf und Härtel. El objetivo fundamental de Fechner era conseguir una base científica o experimental de la relación entre el alma y el cuerpo. Así como establecer un lenguaje para poder manifestarla.Según Fechner, las relaciones entre el alma y el cuerpo se sucedían de manera regular y constante, es decir, que los cambios que se daban en uno eran reflejados en los cambios que se observaban en el otro. Así pues, se podía decir que se establecía una relación de dependencia, entendida como una necesidad del aspecto mental de estar supeditado o condicionado al aspecto físico (cuerpo). Esta relación no era intercambiable, ya que el aspecto mental o psíquico no podía ser medido de manera directa, sino de manera indirecta mediante su manifiesto físico. Teniendo en cuenta, pues, que el aspecto físico era clave, ya que se podía medir directamente, los esfuerzos de Fechner se dirigieron hacia el estudio de este mundo físico.El mundo físico de Fechner y por extensión la psicofísica en general se dividían en dos: La psicofísica externa, en la que se tenía en cuenta el material externo, consistía en el estudio de las relaciones que se podían medir entre la sensación y la estimulación exterior. La psicofísica interna, en la que se tenía en cuenta lo fisiológico y orgánico, consistía en el estudio de las relaciones directas entre la sensibilidad (sensaciones) y los cambios producidos en el sistema nervioso. La psicofísica interna, considerada a la vez como fundamental de la psicofísica externa, no fue desarrollada por Fechner. El campo donde se podía ubicar era en el seno de la psicología fisiológica, que, para él, no estaba suficientemente desarrollada y su estudio le representaba demasiadas dificultades metodológicas. "Las experiencias fundamentales para la totalidad de la psicofísica sólo pueden ser buscadas en el campo de la psicofísica externa, porque sólo ésta es accesible a la experiencia directa e inmediata". Fechner, G.Th. (1882). Revision der Hauptpunkle der Pschopysik. Leipzig: Breitkopf und Härtel. Fechner estableció que las relaciones no se podían medir de manera directa; por esta razón, la medida de la sensación tenía que ser indirecta: en este caso, mediante la capacidad de respuesta del individuo a los estímulos o, dicho de otro modo, midiendo su umbral sensorial. Esta capacidad o sensibilidad, sin embargo, era inversamente proporcional a los umbrales sensoriales, es decir, cuando los individuos tenían una sensibilidad alta era porque respondían ante muy poca estimulación, por lo tanto, tenían un umbral bajo; en cambio, cuando los individuos tenían una sensibilidad baja, era por el hecho de necesitar una gran estimulación (umbral alto).Fechner elaboró lo que actualmente se denomina Ley de Fechner o Ley de Weber-Fechner. Ésta representaba, en lenguaje matemático, la relación existente entre las variaciones incrementales de las sensaciones y los estímulos. Ley de Fechner (Fórmula psicofísica) S = KlogRLectura: La letra S corresponde a la sensación. La letra R corresponde al estímulo. La letra k es una constante dependiente de la medida (unidades). La metodología que utilizada por Fechner fue cuidadosamente sistematizada y se puede explicar a partir de lo que se ha denominado los métodos psicofísicos, todos ellos utilizados para medir la sensibilidad diferencial.Los métodos psicofísicos Método de las mínimas diferencias perceptibles o de los límites. Este método consistía en la presentación de dos estimulaciones, de las cuales una se mantenía fija y la otra se iba cambiando. Las diferencias entre ambas se iban variando de manera sistemática. Generalmente se empezaba por las grandes diferencias hasta acabar con la mínima diferencia perceptible. Seguidamente se seguía el mismo procedimiento pero invertido, es decir, se empezaba presentando dos estímulos iguales y se iba aumentando la diferencia hasta llegar igualmente a la m. d. p. El promedio de las medidas que se obtenían en las dos situaciones experimentales era lo que se denominaba umbral diferencial. Método de los casos verdaderos o falsos o también de estímulos constantes. En este caso y al igual que el método anterior, uno de los dos estímulos se mantenía constante mientras que el otro iba difiriendo. El sujeto debía determinar, mediante la comparación, si los estímulos eran diferentes contestando SI o NO. En este caso, sin embargo, los umbrales eran explicados en términos estadísticos y expresados, pues, por porcentajes. Método de los errores medios o b. El sujeto era el encargado de, ante un estímulo estable (utilizado como patrón), ajustar los otros estímulos de manera que coincidieran en magnitud con éste. Por lo tanto, el sujeto realizaba una estimación de la magnitud del estímulo-guía. Lo que medía, en este caso, era la resta entre las dos magnitudes (estimada y real) obteniendo un promedio que nos indica los errores producidos. Este método fue adaptado por Fechner a partir de su uso en astronomía. 5 . LA APORTACIÓN DE LA BIOLOGÍA: LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN Y LAS IDEAS EVOLUCIONISTAS DE DARWIN Y SPENCERLa historia de la vida sobre la Tierra había sido interpretada desde Aristóteles bajo un planteamiento "fijacionista". Esta visión, que veía a los seres orgánicos e inorgánicos inmutables desde el origen del mundo, imperó hasta que a finales del siglo XVII hubo descubrimientos geológicos que pusieron en evidencia las importantes transformaciones que había experimentado el Universo a lo largo de los siglos. También, en el curso de observaciones naturalistas se hallaron fósiles tan distantes a las especies conocidas que pusieron en duda el planteamiento "fijacionista". Por otro lado, la idea de evolución empezó a surgir en el seno de las ciencias históricas y de la filosofía y el concepto de "progreso" se manejó durante el siglo XVIII. El primero en proponer una teoría evolutiva aplicada a los seres vivos fue el francés Jean Baptiste Lamarck (1744-1829) que, frente al fijacionismo afirmó que los organismos cambiaban. Este autor planteó la hipótesis de que los cambios del entorno son los responsables de alteraciones estructurales en animales y plantas y que estos cambios de estructura pueden ser heredados, en cierta medida, por sus descendientes. Lamarck argumentó que los organismos adaptados al medio, cuando de forma imprevista su medio cambia, se ven obligados a crear nuevos recursos y abandonar otros por falta de utilidad. De tal forma que aparecen nuevas funciones que a través del uso dan carácter de órgano a los elementos que entraron en juego durante la ejecución y hacen que desaparezcan o se atrofien aquellos que no se usan. Estos planteamientos fueron conocidos como "principio de la herencia de los caracteres adquiridos" o "la ley del uso y del desuso". Sin embargo, este intento de explicar los cambios en las especies fue rechazado, triunfando en aquel momento, las interpretaciones catastrofistas. Charles Darwin (1809-1882), probablemente por haber sabido acompañar sus ideas de una importante cantidad de información empírica, consiguió hacer penetrar el evolucionismo. Darwin transformó la imagen del ser humano, éste pasó de ser la figura protagonista del Génesis a ser un organismo más luchando por su supervivencia y dotado de instintos, al igual que el resto de los animales. Las principales ideas de Darwin las encontramos en su libro El origen de las especies (1859), en el cual demostró que la evolución era un hecho real y que ésta se fundamentaba principalmente en la selección natural. En este libro, sin embargo, no se hacía referencia expresa a la especie humana, pero de alguna forma podía interpretarse que el hombre, igual que cualquier especie, era producto de la evolución. Elementos básicos de la teoría darwinista Los organismos se adaptan al medio para sobrevivir. Los seres vivos luchan por su existencia. En los individuos se producen variaciones o diferencias individuales que les ayudan a adaptarse mejor al ambiente. En los organismos se da una selección natural; aquellos que están mejor preparados, que son más aptos, se adaptan mejor, sobreviven y se multiplican. Los organismos mejor dotados y que han sobrevivido traspasan a través de la herencia los caracteres adquiridos. Las afirmaciones que acercan el hombre al animal aparecen en el libro Origen del hombre (1871), en el que defiende la continuidad del hombre y el animal y asegura que no hay diferencias fundamentales entre el hombre y los mamíferos superiores respecto a sus facultades mentales y que la diferencia que podría existir es de grado y no de clase, por tanto, entre la inteligencia animal y la humana sólo existía una diferencia cuantitativa. La idea de una continuidad animal-hombre hace que desarrolle una labor comparativa en el libro La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1872), donde intenta determinar los gestos con los que expresamos las emociones, empleando la observación objetiva a través del registro de conductas y gestos emocionales. En este libro –que le hace merecedor de ser el punto de inicio de la moderna psicología animal o comparada– llegó a proponer que el comportamiento emocional del hombre depende de la herencia de ciertos comportamientos que fueron útiles en la vida animal anterior, pero que ya no juegan un papel útil para el hombre actual. Por otro lado, otro inglés, Herbert Spencer (1820-1903), proclamaba antes que Darwin, que la mente sólo podía comprenderse mostrando su evolución, y acuñaba la expresión "supervivencia del más apto" que más tarde asumiría Darwin. En su libro Principios de Psicología (1855) formuló básicamente sus tesis, que podríamos simplificar a través de la teoría a la que se ha llamado "asociacionismo evolucionista". Según esta doctrina evolucionista la Ley de la frecuencia asociativa opera filogenéticamente. La asociación, cuando se repite con frecuencia, conlleva una tendencia hereditaria que en generaciones sucesivas se vuelve acumulativa. Bajo este punto de vista, Spencer explicaba la herencia de asociaciones adquiridas y la formación de los instintos. Nótese cómo en estas afirmaciones aparece claramente la influencia de la teoría evolucionista de Lamarck. Influencias fundamentales de las teorías evolucionistas en la psicología Al situar al hombre en el marco de una teoría evolutiva, hace pensar que las técnicas utilizadas para estudiar al hombre pueden generalizarse a los animales y viceversa, lo cual da lugar al nacimiento de la psicología animal o comparada. Por otra parte, la teoría evolutiva dio pie a una perspectiva genética y evolutiva en la psicología que intentó explicar el origen y el desarrollo de las funciones psicológicas. El pensamiento evolutivo desplaza el objetivo de los psicólogos. Parece más adecuado responder a la pregunta ¿qué funciones desempeña la conciencia? que intentar responder a ¿qué elementos contiene la conciencia? La adaptación del organismo a su medio parece de mayor importancia que el análisis de las imágenes mentales o los elementos que contiene la conciencia. Esto da lugar al nacimiento de la psicología de la adaptación, con una filosofía pragmática que derivará en el funcionalismo americano. El acento puesto sobre la variación, sobre las diferencias individuales, llevó a los psicólogos, interesados por la evolución, a intentar catalogar las formas en que podían diferir las mentes. De esta línea nacerá la psicología diferencial.

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