Obesidad Infantil

Definición      De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la obesidad hace referencia al estado del cuerpo que tiene una cantidad excesiva de grasa, lo que afecta su salud o bienestar. Esta es una enfermedad crónica de carácter genético y tendencia aditiva que es estimulada por una mala alimentación y cierto grado de sedentarismo y  trae consigo graves patologías que pueden ser invalidantes e incluso mortales (García, 2018) Esta definición también es aplicable para la obesidad infantil.    

Características Factores psicológicos que influyen en el mantenimiento de la obesidad infantil.      La etiología de la obesidad es sumamente compleja y una visión que solo considere dieta y ejercicio, resulta reduccionista e insuficiente.  El aspecto psicológico tiene un papel fundamental, aunque no existe claridad si éstos actúan como causa o consecuencia. Si bien se consideran como factores psicológicos influyentes los hábitos de alimentación y ejercicio, generalmente se ignoran otros de gran importancia para el mantenimiento de la enfermedad a lo largo de la vida, como los aspectos emocionales, la autoestima y satisfacción con la imagen corporal. (García, 2018)      Hay una gran relación entre las alteraciones nutricionales y las psicológicas, ya que la alimentación tienen un carácter social; en la vida del niño, el alimento, además de su valor nutricional tiene un gran valor simbólico y emocional, asociándose a recuerdos buenos o malos, situaciones, personas, reforzamientos positivos o negativos y etapas de la vida. Muchas veces se fortalece una tendencia adictiva al comer para afrontar diversas emociones, no por la sensación de hambre. (García, 2018)      Además, el carácter social de la alimentación se refleja en su protagonismo en festividades, ceremonias rituales, o la asociación de ciertos alimentos como símbolos de fuerza, éxito y placer, favoreciendo que en la elección de alimentos tengan una gran influencia de estos factores psicosociales y culturales más que la aportación nutricional de los mismo.(García, 2018)     Por otro lado, las horas de actividad física en los niños han disminuido considerablemente, por la influencia del desarrollo tecnológico que permite un menor gasto energético (autos, escaleras eléctricas), uso del tiempo libre en celulares y videojuegos y  una gran disminución del juego libre en vecindarios, patios y centros deportivos.(García, 2018)      Sin embargo, como mencioné anteriormente, observar las pautas de alimentación y ejercicio como causantes de la obesidad infantil, es una visión muy limitada; es fundamental considerar otros factores como el estado afectivo del niño, su autoestima e imagen corporal.      En cuanto al estado emocional, este se convierte en un factor de riesgo, tanto para la aparición como mantenimiento de la enfermedad; la falta de cariño, hambre psicológica, ansiedad, comer como respuesta a los problemas, puede ocasionar un consumo excesivo de calorías. Pero conforme el niño va creciendo, otros factores psicológicos se ven afectados: la imagen corporal, baja autoestima y rechazo.(García, 2018)     En la sociedad occidental, la imagen de una "persona gorda" es sinónimo de glotonería y burla, lo que ocasiona que los niños obesos sufran cierto rechazo y aislamiento, afectando su autoestima, generando sentimientos de tristeza y ansiedad que de nueva cuenta lo llevan a comer Factores familiares que influyen en el mantenimiento de la obesidad infantil      La familia es el primer núcleo en que el niño observa y aprende pautas de conducta: los hábitos de alimentación y actividad física y manejo emocional son aprendidos inicialmente en dicho núcleo. Las prácticas de alimentación se aprenden desde la primera infancia y depende de los padres la selección de cierto tipo de alimentos, la regulación de la ingesta y el consumo de comida chatarra como  recompensa o como sustitución de afecto y atención.  Además, los niños no solo aprenden de lo que se les dice, sino también de las pautas de conducta observadas en casa con relación al consumo de cierto tipo de alimentos. (García, 2018)      

Intervención psicológica en la obesidad infantil      Si no se realiza ningún tipo de intervención en la edad infantil, dado que es una enfermedad crónica, es muy posible que el niño continúe siendo obeso en la edad adulta. Dicho tratamiento debe atenderse por un equipo multidisciplinario integrado por pediatras, nutriólogos , psicólogos, maestros y otros profesionales que apoyen en la modificación de los factores causales. (García, 2018)      La atención psicológica es fundamental en estos casos, dado que la psicología es la ciencia que puede apoyar la modificación de pautas de conducta y estilos de vida, considerando las variables cognitivas (creencias), afectivas (manejo emocional) y ambientales ( hábitos y costumbres  familiares)      Los principales tratamientos aplicados en estos casos son las dietas, fármacos, ejercicio, programas conductuales y cirugías, en los casos más severos. Lo anterior es insuficiente en el caso de la obesidad infantil, ya que se debe trabajar en la modificación de los estilos de vida familiares, el autocontrol, el aspecto emocional, la autoestima, imagen corporal y la motivación para seguir el tratamiento. (García, 2018)      Precisamente la entrevista motivacional es considerada por muchos especialistas como una poderosa herramienta para favorecer el cambio de conducta, ya que ayuda a comprometer emocionalmente al niño y a la familia con el tratamiento; sería realmente muy difícil lograr la modificación de hábitos a partir de la imposición. La práctica clínica ha demostrado también que el tratamiento psicoterapeútico debe abordar la reestructuración de la personalidad en formación y la estabilidad psíquica relativa de las personas que componen su entorno familiar     La intervención debe tomar en cuenta tres aspectos: la prevención, el tratamiento y el mantenimiento, buscando una verdadera modificación de actitudes y hábitos, ya que la obesidad es una enfermedad crónica y se requieren cambios estables. Dicho tratamiento debe enfocarse al individuo y al grupo en que se inserta.