Pedagogía Marista

La pedagogía marista tiene su origen en Marcelino Champagnat, un sacerdote francés que al final del siglo XVIII e inicios del XIX sembró esperanza y difundió el amor de Jesús y de María entre los jóvenes de una pequeña región de Francia.  Su obra fue fecunda y sigue inspirando miles de educadores y escuelas en todo el mundo. Es un estilo educativo que se fundamente en una visión integral de la educación en la que se busca formar en valores. Las características fundamentales de la pedagogía marista son: La sencillez, el espíritu de familia, el amor al trabajo, la pedagogía de la presencia y el cariño a María. Estos rasgos característicos se integran a los valores emergentes con los que la sociedad actual busca construirse, como la solidaridad, la ecología, el deseo de comunicación, y la sed de espiritualidad.Para una información y una reflexión más completa. Accesa el siguiente vínculo: http://www.champagnat.org/shared/rasgos_pedagogia_marista_iberica_ES.pdf

SENCILLEZ. La sencillez marista se manifiesta en una cierta facilidad de trato, en relaciones auténticas y cariñosas, y en una actitud de buena voluntad, simpatía y respeto hacia el otro. Las relaciones entre los miembros de la comunidad educativa son sencillas y fraternas.  Los esfuerzos se dirigen hacia lo esencial poniendo siempre toda la atención en la persona y su sano desarrollo.

AMOR AL TRABAJO. Los recursos y el esfuerzo se dirigen de manera contundente hacia la educación.  El trabajo de los educadores garantiza el logro de las metas educativas y a la vez es testimonio de abnegación y creatividad para los alumnos.  El trabajo enseña y forma.  Los alumnos aprenden el amor al trabajo más por lo que ven y viven que por las instrucciones que reciben de sus profesores.

FINALIDADLa finalidad que Marcelino Champagnat le dio a la instrucción y la educación de los niños y jóvenes fue la de formar buenos cristianos y virtuosos ciudadanos.La situación que vivía la juventud en tiempos de Marcelino Champagnat es muy similar a los que viven los jóvenes en la actualidad.  Las carencias y necesidades son las mismas: Carencia del sentido de la vida Carencia de esperanza en el futuro Carencia de valores sólidos Pobreza de relaciones cercanas auténticas Precariedad de la vida familiar Escasez de referentes familiares y modelos de identificación Ausencia de compromiso social Ausencia de espíritu crítico.

ESPÍRITU DE FAMILIAEl amor a los niños es la condición para poder educarlos.  La confianza en los alumnos es fundamental para que puedan desplegar todas sus potencialidades.  La disciplina tiene la finalidad exclusiva de garantizar la realización de todas las posibilidades educativas en libertad y respeto.

PEDAGOGÍA DE LA PRESENCIA. Los educadores garantizan a los alumnos el ambiente que permite su desarrollo.  Están al lado de ellos el mayor tiempo posible y les acompañan en todas sus actividades escolares.  La presencia de calidad del educador produce afecto, disciplina, orientación hacia las metas educativas y el ambiente de trabajo necesario, además de prevenir de peligros y accidentes.

CARIÑO A MARÍA. Marcelino Champagnat llamaba a María, “Nuestra Buena Madre”, inspiradora de la ternura y dedicación que se requieren para educar a un niño, como Ella lo hizo con Jesús.  El educador marista se confía en las manos de María y en su fuerza intercesora e inspiradora de cariño, afecto y abnegación por sus alumnos.  Ella encarna también la sencillez y el espíritu de familia.  Marcelino Champagnat quiso que las escuelas maristas tuvieran siempre este sello mariano nutrido de la devoción a María y la vivencia del cariño maternal hacia los alumnos.

PEDAGOGÍA MARISTA

Sencillez y Espíritu de Familia

Amor al Trabajo y Pedagogía de la Presencia

Cariño a María