JOHN LOCKE John Locke, nació en Bristol, Inglaterra, en 1632 y murió en 1704. Fue uno de los filósofos más influyentes de la historia de la filosofía ya que formuló el principio del empirismo en el Ensayo sobre el entendimiento humano y sentó las bases del liberalismo político en los Dos ensayos sobre el gobierno civil. También es destacable su Carta sobre la tolerancia, obra en la que defiende la tolerancia religiosa y su estudio sobre la educación titulado Algunos pensamientos sobre educación. EL PENSAMIENTO POLITICO La obra política más relevante de Locke, sus Dos tratados sobre el gobierno civil, se publicó después de la revolución inglesa de 1688. Sin embargo, parece que fue escrita en 1680. Esto indicaría que esta obra no sería una mera justificación de la “Revolución gloriosa”, sino una llamada a la revolución, ya que los sistemas políticos vigentes en Europa, durante el siglo XVII, eran absolutistas y monárquicos. Es en este contexto de lucha contra el absolutismo en el que debemos entender la obra política de Locke. Dos eran las teorías que lo justificaban, y que Locke combatió: · La teoría del origen divino del poder, defendida por los clérigos R. Filmer (1588-1653) en Inglaterra y J. Bossuet (1627-1704) en Francia. Para Filmer la autoridad política tiene su origen en el poder patriarcal dado a Adán por Dios, que los monarcas tienen por sucesión hereditaria. Para Bossuet, toda autoridad proviene en última instancia de Dios, que como ser todopoderoso puede dar y quitar el poder según su voluntad. Si Dios consiente que el monarca gobierne, éste tiene derecho a hacerlo. · La teoría absolutista de Thomas Hobbes (1588-1679), sin utilizar argumentos de tipo religioso, justifica un poder absoluto de los gobernantes en general y, por tanto, de los monarcas en particular. Según Hobbes, del mismo modo que hay una física que explica los movimientos de los cuerpos, hay también una «física social» que explica el comportamiento de los seres humanos en sociedad. La ley de esta “física social” es la lucha por la supervivencia, principio que determina a todo ser humano a usar de su poder para preservar en todo momento su naturaleza y a buscar la paz para lograr este objetivo. En la situación de naturaleza el ser humano lleva una vida «solitaria, pobre, malévola, salvaje y corta», consecuencia de “la guerra de todos contra todos” por la supervivencia. Pero esta situación no interesa a nadie. De ahí que el ser humano entregue el poder de defenderse, que tiene en el estado de naturaleza, a un soberano (o Leviathan) para que éste, investido de todo el poder y de toda la fuerza, ponga orden y logre la paz. Esto interesa a todos y, por ello, todos aceptan el acuerdo o pacto social de someterse al poder absoluto de un soberano (sea éste un rey o un parlamento), concediéndole un poder ilimitado y exclusivo, imprescindible para que éste pueda lograr la paz y la seguridad de los súbditos. Locke no estaba de acuerdo con ninguna de estas dos teorías. En la primera parte de los Dos tratados sobre el gobierno civil rebate la teoría del origen divino del poder afirmando que Dios no ha distinguido a nadie con el signo de una autoridad natural, y considerando que de un análisis riguroso de la Biblia no puede derivarse ni establecerse ninguna sucesión hereditaria desde Adán que conduzca hasta los actuales monarcas. La autoridad política debe distinguirse de otro tipo de autoridades «naturales», como la autoridad que tienen los padres sobre los hijos, o la autoridad espiritual que tiene el sacerdote sobre su congregación. Según Locke, en la situación de naturaleza los hombres son iguales y libres. La ley que rige en esta situación es la ley natural inscrita en la naturaleza humana por Dios, que otorga a todos los seres humanos el derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad. Cuando por causa de la codicia humana no se respetan los derechos individuales naturales, la situación se convierte en un estado de guerra, en la que para protegerse de los que trasgreden estos derechos, se consiente construir una sociedad política mediante un contrato social, cuya finalidad es la protección de los derechos individuales. Por el Contrato Social, los individuos renuncian a ser los intérpretes de la ley natural y a tomarse la justicia por su propia mano, sometiéndose a un poder legislativo que elaborará y promulgará las leyes y a un poder ejecutivo, que surge del consentimiento de los individuos y que tiene como finalidad lograr la paz y seguridad de todos y que se encargará de aplicar la ley y castigar a sus transgresores. De modo que, para Locke, el pueblo conserva siempre el poder de revocar el poder otorgado, a diferencia de lo que pensaba Hobbes, y disolver la legislatura si ésta atenta contra la vida, propiedad y libertad de los súbditos. El tipo de Estado al que da lugar el contrato social es el Estado liberal, en el que el poder de legislar puede entregarse a una asamblea elegida por los ciudadanos, pero también a un monarca (elegido o nombrado por sucesión hereditaria), o a unos pocos. Pero sea quien sea quien ostente este poder legislativo debe ejercerlo respetando los derechos individuales ya señalados. Si no lo hace, su poder es revocable. Además, el poder de aplicar la ley debe ser independiente del poder de legislar. Este poder ejecutivo deben integrarlo jueces justos e imparciales que se sometan al imperio de la ley. Locke también concibió un tercer tipo de poder al que denominó poder federativo, cuyo papel es la defensa del Estado frente a otros Estados, pues en el ámbito internacional aún nos encontramos en una situación de naturaleza. Para Locke el origen del Estado es convencional: surge como consecuencia del consentimiento de los individuos, y el individuo no es parte del estado, es anterior a él. Además, al contrario de lo que pensó Hobbes, el contrato social establece obligaciones, pero también derechos y configura un sistema político liberal donde el poder está dividido y es revocable por el pueblo. Todos los poderes deben subordinarse al poder legislativo y este someterse a la ley natural. Estas ideas convierten a Locke en un claro precursor de la democracia liberal y en uno de los pensadores políticos más importantes de todos los tiempos.NATALIA M.G.
Nueva Página
Want to create your own Notes for free with GoConqr? Learn more.