Created by Temístocles Muñoz López
about 8 years ago
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Las Nuevas Realidades mundiales y la Educación Contenido Lectura y análisis crítico del cambio epocal entre La Modernidad y la Posmodernidad y la transición que vivimos, definiendo sus características principales y enfatizando el fin de la Modernidad, el advenimiento de la Posmodernidad, la transición epocal en México. Se enuncian los motores del Cambio en la transición, y los Factores de privilegio que es necesario observar en la transición durante el cambio de época. Incluye el listado de las Megatendencias mundiales que la acompañan: la transición en la Economía, la Aceleración tecnológica, la Masificación de la informática, el Desarrollo Sustentable, la Reestructuración de la Sociedad, el Nuevo Humanismo, así como las Nuevas realidades educativas y las Tendencias globalizantes. Cap. 1. Introducción: Las Tendencias Mundiales y la Educación La Modernidad se refiere al gran proyecto humano cuyos orígenes históricos se remontan al siglo XVIII –El Siglo de las Luces-. Se caracteriza como una gran revolución ideológica en contra de los poderes teocráticos, que sustituye las creencias religiosas como un método para explicar el mundo por el análisis y la razón. Se acompaña de un optimismo y una fe ilimitados en que el progreso científico e industrial traería abundancia de bienestar para las sociedades humanas. Se inician en ésta época los grandes movimientos ideológicos cuyo común denominador era la construcción de modelos sociales, políticos y económicos que hicieran posible la confluencia de lo bueno, lo bello y lo justo. (SNEST, 2004). Pero hay que considerar que la palabra moderno se utilizó por vez primera en el siglo V para distinguir entre el presente (cristiano) y el pasado (romano y pagano), se ha utilizado por diferentes épocas a fin de considerarse a sí mismas como el resultado de una transición de lo antiguo a lo nuevo. El término moderno apareció y reapareció en aquellos períodos en los que se formó la conciencia de una nueva época a través de una relación renovada con los antiguos y, además, siempre que la antigüedad se consideraba como un modelo a recuperar a través de alguna clase de imitación. Lo moderno viene a constituirse como una transición paradigmática al estilo que enunciara Laudan (1977) y sus tradiciones, que crecen e incrementan su rango de aplicabilidad, y se desgastan y acaban por desaparecer para ser sustituidas por nuevas tradiciones, de tal forma que la tradición puede terminar sus días con características radicalmente diferentes a las que tenía cuándo se inició. Sin embargo, los partidarios de la nueva tradición serían conminados a clarificar la ruptura para lograr una identidad propia y además, legítima ante los ojos de sus coetáneos. Lo progresista y lo degenerativo vienen entonces a constituir una transición en la que hay pérdidas y recuperaciones. 1.1 La Modernidad y la Posmodernidad[1] Un pesimista es un optimista bien informado Jean Paul Sartre 1.1.1 Un mundo que se acaba La edad de la humanidad conocida como modernidad está agonizante, no ha muerto pero languidece ante la nueva realidad mundial que se encarna en la edad posmoderna, en la aparición de nuevos paradigmas y nuevas concepciones de Hombre. La modernidad encarnó los discursos de salvación del Hombre como sujeto y como persona, de los discursos de la salvación de un pueblo, de la búsqueda de un gobierno de los hombres, justo y feliz para todos. La modernidad es la recuperación de la vieja tradición apolínea occidental que surgió con Sócrates y Platón y que culmina con el proyecto ilustrado, un proyecto de modernidad donde la legitimación de la ciencia se encuentra indisolublemente ligada a con la legitimación del legislador y que encuentra en sus filósofos prototipos a Rousseau (el humanismo ilustrado), Kant (el más claro exponente de defensa del sujeto, tanto a nivel trascendental como empírico) y Hegel tardíamente (el primero en descubrir la modernidad como problema). En la modernidad la cultura siempre fue vista y definida como una postura “anti”, y por lo tanto, en contra de lo establecido y en contra de las concepciones axiológicas que propugnaba el sistema en el poder. La novedad, el cambio, la actualidad, son conceptos clave de la modernidad. Los cortes en la historia no son líneas delicadamente trazadas, sino amplias transiciones críticas donde todo se vuelve nebuloso de momento, y luego se aclara más rápido para los más visionarios. Así llegó la crisis de la modernidad a fines de la década de los cincuenta, en el New York literario de Allen Ginsberg en la poesía y Norman Mailer en la narrativa, con J. Kerouac que bautizó a la Generación Beat (Beat, el golpe, el ritmo del Jazz), la generación golpeada o generación vencida para los europeos, los beatnik universitarios, con la filosofía existencialista (la última metafísica) como forma de vida, donde de El Ser y la Nada se extraían las normas de cotidianidad, y de El Extranjero de Camus, La Náusea y A puerta cerrada los paradigmas. La razón de vida estaba en el intento de unidad global y coherencia en el vestir, el vivir y el pensar, en la necesidad de una contracultura antagónica a los valores establecidos, en lo contestatario a rajatabla. El germen del cambio ya flotaba en el entorno, J. F. Kennedy con su “Nueva Frontera”, el 1959 con la Revolución Cultural de Mao en China, y el Fidel Castro con la liberación de Cuba, con la muerte de Martin Luther King y la del propio presidente, con Vietnam, con el Che Guevara y la liberación revolucionaria, con las críticas al Sistema de Noam Chomsky desde el MIT y Herbet Marcuse desde Berkeley, junto con Theodor Adorno, Erich Fromm y Max Horkheimer (la escuela de Frankfurt), con sus secuelas mundiales en la revuelta de 1966 (California), el movimiento hippy, la revolución de mayo en Francia, la Primavera de Praga y el 1968 de México. Estamos en la época de la “locuras” colectivas: Castro toma con trece hombres una isla; Mao cierra las universidades por un año, creando así una masa de maniobra antiburocrática (lo haya querido o no) que asegurará la perennidad de la revolución; los vietnamitas, en fin, que con simples bicicletas resisten a la más potente nación militar e industrial del mundo. Estemos seguros de que asistimos al nacimiento de una nueva “locura” colectiva que, como las precedentes, habrá de triunfar: que ha triunfado ya. Jean Paul Sartre. Victoria en la victoria. 1972. Construcción contracultural, desrazón romántica y contradicción maniquea, substitución de autoridad por antiautoridad, represión por libertad, poder por pasividad, guerra por paz, odio por amor, familia por sexualidad, en fin, iniciar la revolución, aún en contra de los partidos autoritarios y verticalistas que se mostraban como libertadores y revolucionarios. Los primeros años setenta representan la última ofensiva contra los valores puritanos y utilitaristas, y el último revuelo cultural, al tiempo que son el origen de la muerte del ideal humanista, como lo consideró Regis Debray. Al final no hubo cambio social, solo algunas vidas cambiadas, el triunfo del sistema y la domesticación del espíritu. Al final no hubo cambio social, solo algunas vidas cambiadas, el triunfo del sistema y la domesticación del espíritu. Friedrich Nietzsche en La Gaya Ciencia previó la muerte de la modernidad, del hombre, del sujeto moderno: Dios ha muerto, Dios es el horizonte y nosotros lo hemos borrado, aniquilado, un Dios que Heidegger traduce como todo el mundo suprasensible. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. “¿Qué a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos su asesino… ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!Nietzsche La apariencia devora al ser, las grandes revoluciones modernas, los enormes mitos, las esperanzas en sociedades justas... todo ha concluido. La desconfianza en la ciencia y en la técnica, en los valores de libertad, igualdad y fraternidad, en lo universal frente a lo particular... El estado de la cultura moderna ha tocado fondo, ha ido decayendo, vaciándose de contenido. Pero la modernidad, agonizante para muchos no es un proyecto acabado (Jurgen Habermas, 1985) hay que volver a ella y romper con las llamadas filosofías posmodernas que hoy por hoy andan tan de moda. 1.1.2 La Posmodernidad, los Astronautas y los Náufragos, los Fanáticos y los Zombis En 1954 E. M. Forster escribió un cuento anticipatorio donde predomina la desconfianza moderna en la tecnología, donde un disidente solitario interpela a su madre contra la omnipotencia y omnipresencia de “la Máquina” que controla todas las actividades de la ciudad subterránea (The machine Stops, citado por Brian Easlea, 1977): ¿No podéis ver, no podéis todos vosotros, profesores, que somos nosotros quienes estamos agonizando, y de aquí abajo lo único que realmente vive es la Máquina? Creamos la Máquina para que realizara nuestra voluntad, pero somos nosotros los que ahora no podemos realizar nuestra voluntad. Nos ha robado el sentido del espacio y el sentido del tacto, ha borrado toda relación humana y ha reducido el amor a un acto carnal; ha paralizado nuestro cuerpo y nuestra voluntad; y ahora nos obliga a adorarla. La máquina se desarrolla, pero no según nuestras directrices. La máquina opera, pero no de acuerdo con nuestros objetivos. Solo existimos como los corpúsculos de sangre que corren por sus arterias, y si pudiera funcionar sin nosotros, nos dejaría morir. E. M. Forster Pero continuemos con Colom y Mélich… Después del naufragio de la modernidad quedan restos flotantes, cosas, personas, ideas. El astronauta se basa en la tecnología más sofisticada, se encuentra aislado, mirando hacia el futuro, abriendo confines insospechados para la humanidad; debe ser, por otra parte, autosuficiente, y tomar decisiones inteligentes, correctas y precisas; debe bastarse por sí mismo, asentando todas estas cualidades en la asimilación de conocimientos muy especializados y en el manejo de artefactos tecnológicos asimismo muy complejos. En cambio, el náufrago se encuentra desorientado; sabe dónde quiere llegar, y le gustaría estar en compañía y en tierra firme; por otra parte, no posee instrumentos ni artefactos técnicos que le ayuden; sólo espera que otros seres lo encuentren o lo salven. Confía fundamentalmente en sí mismo, pero, de igual modo, también en los demás; sabe que el medio que le rodea es adverso, pero no pierde la esperanza de llegar. Colom y Mélich Casi todo ha cambiado en todo… en todas partes. Casi todo ha cambiado en todo… en todas partes. No hay conflictos en la ideología postmoderna, es individualista, es antihumanista, carece del sentido liberador del modernismo que agoniza frente al postcapitalismo y una nueva ilustración tecnológica, es en si la tecnociencia y la necesidad del conocimiento para seguir alimentando el avance de la humanidad. Se pulverizó la crítica ante una revolución indiferente y narcisista. Con la Posmodernidad reinan la liberación de la sexualidad, la singularidad del individuo y sus egoísmos, el consumismo, la imaginación supeditada a los media, el derecho a imaginar y crear en lugar de razonar, el hedonismo. La ciencia, el arte, la moral, la religión… todos perecen en brazos de la Posmodernidad. El Sistema se apodera de las banderas de la nación y del proletariado, es un mundo de Astronautas y Náufragos, de Fanáticos y Zombis, los sofistas están en posición de proclamar su victoria frente a la Filosofía (con mayúsculas). Desde Nietzsche se abren las puertas al abismo posmoderno, su Superhombre rompe al anterior hombre moderno, lo despedaza, lo deja supeditado al sistema (Luhmann) y la estructura (Foucault), un hombre donde el presente, el instante, se erige frente al pasado y el futuro, porque ya no hay esperanza de un después y los valores de la antigua persona perecen, no tiene asideros en estructuras estables, todo es relativo, la negación del absoluto o el absoluto de la relatividad. Los rasgos de la ideología de la Posmodernidad de Jameson están presentes, una nueva superficialidad, el debilitamiento de la historicidad, un subsuelo emocional totalmente nuevo, profundas relaciones con la tecnología, y el arte con misión política mundial en el capitalismo avanzado. La Posmodernidad es la filosofía de la desmitificación, de la desacralización, del derrumbamiento de los viejos ídolos, y de las ciencias exactas dependiendo de lo social. La cuestión del saber, qué saber y quién sabe, es más que nunca una cuestión de gobierno. La seguridad de la ciencia, el poder de la razón, la certeza del pensamiento y el individuo son falsos ídolos que la Posmodernidad se ha encargado de desenmascarar (Sartre: una pasión inútil). La comunicación constructiva se rompe entre los zombis que habitan una colectividad de islas. Triunfa la heterogeneidad, la diversidad, los nuevos valores personales y huérfanos, la crisis axiológica de occidente que desmorona las tradiciones y que hace proliferar las subculturas, las tribus urbanas con sus propias reglas, rituales, normas y valores (Cholos, Chundos, Emos, Punks, Metaleros, Skatos, Raztekas). La cultura dominante replica la lógica del capitalismo, es un objeto de consumo promovido por los medios masivos. La Posmodernidad es una crisis antropológica. El posmoderno se busca a sí mismo y su propia realización, el otro ha sido relegado al ámbito de lo no necesario, de lo no imprescindible. El individualismo es total. Vivimos el crepúsculo de los afectos donde las vibraciones personales se funden en el deporte, en la velocidad, en el riesgo del peligro, en la agresividad cotidiana, en las vorágines de las discotecas de fines de semana. La escuela es moderna, los alumnos son posmodernos La escuela es moderna, los alumnos son posmodernos. Los valores escolares de la Posmodernidad no soportan el eidos de la educación moderna porque no confían en los sarcófagos del saber por sí mismo fundado en la ciencia, solamente cree en la comunicación, en los lenguajes que soportan la información como mercancía, el saber funcional, operativo y utilitario, una necesidad de saber individualizado eficaz y útil, un saber formal fundamentado en los lenguajes y asido a otro saber experencial. La escuela de la utilidad y la necesidad, del aprendizaje de herramientas para el mundo del trabajo, plural, con una cultura no para reflexionar sino para vivir. Cultura posmoderna, búsqueda de la calidad de la vida, pasión de la personalidad, sensibilidad verde; desafección de los grandes sistemas de sentido, culto de la participación y de la expresión, moda retro, rehabilitación de lo local, de lo regional, de ciertas creencias y prácticas tradicionales... Imposible que alguna ideología inflame aún a las masas, la sociedad posmoderna no tiene más ídolos ni tabúes; tampoco imagen gloriosa de sí misma ni proyecto histórico movilizador; es el vacío que nos rige... una sociedad flexible fundada en la información y la estimulación de necesidades, el sexo, la cultura de la naturaleza, de la cordialidad y del humor... sin constreñimientos, con todas las opciones privadas imaginables..., cuyas instituciones se hacen depender de las motivaciones y deseos, incitan a la participación, acondicionan el empleo del tiempo libre y los placeres, manifiestan una misma tendencia a la humanización.[2] ¿Está todo perdido? Existen voces que pretenden desligar el posmodernismo y sus cartas de legitimidad para Latinoamérica, asumiendo que la idea de lo difuso-estancado articula el análisis, donde lo popular, lo desigual, lo periférico, son y comienzan a imponerse como el aspecto “central” dice Sergio Zermeño (1988). El mismo autor afirma: “Quiero recordar, en fin, que las coincidencias de lo latinoamericano con las tesis del posmodernismo no existen y son incluso contradictorias en un punto: aquél que tiene que ver con el espacio enorme y ya injustificado que el individuo y el individualismo ocupan en todas las manifestaciones de las sociedades posindustriales. Continuando con Zermeño, “Aquí también, a pesar del beneplácito hacia esos valores de aquella parte de nuestras sociedades que está mejor integrada al desarrollo y al consumo, la enorme masa de la población latinoamericana experimenta otras tendencias, sin duda opuestas a las presentadas en el anterior paradigma. ¿Cómo afirmar por ejemplo que la juventud latinoamericana paupérrima, es decir, la gran mayoría de los jóvenes de la región, tiende hacia un proceso despersonalización, va hacia lo que pudiéramos llamar una personalidad individual, si en los hechos se ve cada vez más obligada a subsistir gregariamente, a convivir en bandas que se enfrentan entre sí; cómo hablar de proceso narcisista si el joven se mueve en un terreno sumamente agresivo en donde el peligro viene tanto de los otros agrupamientos juveniles como de la policía al punto que ha renunciado a cultivar una personalidad individual y sabe que aislado está perdido y que tiene que asociarse para sobrevivir. Hablar de salud, goce de la vida, cultivo del cuerpo y deporte, vida sexual plena, cuidado de la naturaleza, información... estimulación de las necesidades, resulta una ironía más bien cruel en donde lo que priva es el embrutecimiento provocado por los fármacos, el "cemento", las golpizas, las violaciones, los estudios truncados e incluso el alejamiento de la familia y de las otras instituciones de la sociedad integrada. Dos millones de jóvenes mexicanos intentaron este año cruzar la frontera norte sin éxito, y es natural si tomamos en cuenta que ocho millones de nuevos demandantes de empleo, accederán al mercado de trabajo en los próximos cinco años sin lograr su objetivo pues esto tendrá lugar en una economía que se mantendrá estancada o decrecerá incluso en lo que resta del milenio”. Si consideramos lo anterior, el proceso de inclusión de la posmodernidad no se anula, sino que se retarda en la medida en que transitemos (como lo estamos haciendo) a una sociedad posindustrial, una sociedad de servicios con atisbos ya de una sociedad de información. 1.2 La nueva Realidad Mundial en síntesis Si una rana cayese en un cazo de agua caliente, inmediatamente saltaría hacia fuera. Sin embargo, se dice que si la rana estuviese ya en el cazo, en agua fría, y poco a poco lo fuésemos calentando, la rana permanecería dentro, incapaz de percibir el peligro del calentamiento lento y progresivo. Cuando el agua hirviese, la rana continuaría allí, pero muerta. José Luis García Ortega. Greenpeace. Las cosas se fueron dando lentamente, el cambio se metió como la humedad, de forma imperceptible, hasta que la posmodernidad ya está en todas partes. Pocos hombres visionarios pudieron anticiparse, y algunos trataron de alertarnos, mientras otros se subieron a la cresta de la ola para lograr ventajas y evitar ser revolcados por ella. 1.2.1 Los motores del Cambio En 1909, E. M. Forster escribió The Machine Stops, una obra en la que se describe a un mundo imaginario en el que una red electrónica nos conectaría a todos, un mundo en el cual todos se encerraban y aislaban en sus casas, mientras constantemente se comunicaban. ¿Visiones futuristas? ¿Pesimismo progresivo? Setenta años después, en 1981 se termina de definir el protocolo TCP/IP (Transfer Control Protocol / Internet Protocol) y ARPANET lo adopta como estándar en 1982, sustituyendo a NCP. El año 1982 es fecha clave para la creación de los Protocolos ISO de Internet. Con ello se inicia popularmente el Mundo Globalizado de hoy, pero la globalización es un fenómeno de siempre. Comenzó localmente con el desplazamiento del hombre sobre la tierra y se aceleró con los intercambios comerciales entre los diferentes grupos humanos. De hecho, cuando los europeos llegaron a América el comercio se intensificó y la economía se enriqueció con nuevas materias primas. Después los conflictos por controlar la riqueza se fueron intensificando hasta llegar a decidirse hoy por las guerras. El mercado global actual llegó para quedarse, con el avance de las comunicaciones apoyadas por el desarrollo tecnológico tenemos una nueva realidad donde recibimos información mundializada en tiempo real, lo que llamamos la revolución de las telecomunicaciones. Pero veamos los ejes de los cambios que se han venido sucediendo antes de finalizar el último siglo. [3] · La aceleración tecnológica § Comunicación + Informática + Nuevos materiales + Capital Humano La revolución de la tecnología es la revolución de la inteligencia y actualmente enfrenta tres problemas, sostener: 1. La competitividad. 2. El empleo, más producción y más productividad. 3. Tener sustentabilidad con protección y restauración ecológica para tener mejores niveles de vida para las personas. Ahora más que nunca el saber es poder, el país más rico es el que tiene más Capital Humano y mayor Capital Intelectual para resolver sus problemas con soluciones creativas que aprovechen y desarrollen más tecnología competitiva. · Los Recursos Naturales y las Materias Primas § Contaminación + Biotecnología + Ingeniería genética El Capital Humano de los investigadores fue revalorado ya para principios de los 80’s en otra línea de desarrollo sobre el manejo del material genético para alterar organismos vivos y aumentar la producción agrícola e industrial con más alimentos, medicinas, saborizantes y endulcorantes artificiales, hasta llegar a los procesos de transgenismo y clonación de órganos completos que observamos en nuestros días. La competencia se ubica también en la acumulación y el estudio del genoma, en la biodiversidad de especies silvestres y en el control de las materias primas naturales que se localizan principalmente en países subdesarrollados. · El Reajuste de la Economía Mundial § Capitales especulativos + Mercados abiertos + Neoliberalismo La Integración financiera: El dinero busca dinero, en la nueva realidad internacional los capitales calientes circulan libremente por el mundo (1.4 billones de dólares diarios a fines del siglo XX). Las economías de los países en desarrollo son altamente vulnerables a sucumbir ante los capitales especulativos y los consorcios internacionales reclaman a los gobiernos locales que no interfieran en la marcha de la economía de libre mercado, para ganar posiciones manipulando los gobiernos de los países dependientes. Solo podemos gobernar el capital humano, el dinero lo gobiernan otros desde afuera. Las políticas macroeconómicas sanas son un imperativo de todos los países. Los gobiernos no pueden ser irresponsables y tienen la obligación de trabajar por políticas macroeconómicas sanas, equilibrios financieros, sin déficit, con fuerte ahorro interno, con políticas antiinflacionarias. Solo en una economía sana se cumplen objetivos sociales. No obstante queda la duda, ¿qué efectos tendrá el imperativo externo de sujetar la economía interna? Sobre todo en su crecimiento, en el empleo, en los salarios, en el ahorro, etc. Los gobiernos son optimistas, pero los que tienen los bolsillos vacíos son pesimistas, y están muy inconformes. · El Reajuste de los 4 Centros de Poder Mundial § Asia + Europa + Norteamérica + Oriente Medio La caída de la Unión Soviética se relaciona íntimamente con la caída del Muro de Berlín y se construye un regionalismo abierto política, económica y comercialmente que reordena al mundo en bloques de naciones. La recomposición internacional en busca de equilibrio está en proceso y el nuevo orden afecta todos los organismos internacionales y nacionales. El éxito que tenga cada país depende de aprovechar la inteligencia, experiencia y creatividad, trabajando colectivamente bajo la nueva realidad. Por lo pronto los Estados Unidos se autoerigen como los dueños del mundo y se autoasignan la responsabilidad de gobernarlo, roto el balance del poder mundial, la soberbia los ha cegado y van por el petróleo de otros países. · El Colapso de los partidos masivos en el mundo § Burocracia + Falta de capacidad de reacción + Falta de representación social + Falta de legitimidad Con los cambios internacionales se han roto las reglas que mantuvieron al Estado totalitario comunista y el Estado Nacional populista; ambos perdieron progresivamente la agilidad y capacidad de respuesta ante los cambios ocurridos en el mundo. Los partidos masivos que más sufrieron deterioro, tras una larga época de estabilidad, de reconstrucción de sus países y continuos triunfos electorales fueron: Los Partidos Comunistas de Europa del Este, el Partido Liberal de Inglaterra, el Partido Liberal de Israel, el Partido Demócrata Liberal del Japón, el Partido del Congreso de la India, el Partido Revolucionario Institucional de México y marginalmente, el Partido Demócrata de Estados Unidos. · Los impactos en México desde los 80as México sufrió los impactos de las grandes transformaciones mundiales y fue empujado “desde afuera” a cambiar para adecuarse a las nuevas realidades mundiales. Se inicia el Neoliberalismo económico, asumiendo los nuevos retos y oportunidades internacionales del mundo globalizado, y usando los principios de la liberalización de la economía para ponerla en condiciones de la competencia del mercado sin la intervención del Estado, se inicia en México la desincorporación y venta de las empresas estatales que tenían una función social, el adelgazamiento de las estructuras burocráticas y la incorporación de tecnologías informáticas y de comunicación, así como el énfasis en la macroeconomía para mantener finanzas sanas. El capital se concentró progresivamente en pocas manos y en mayor cantidad, pauperizando a grandes capas de la población con menos recursos. La falta de control de los capitales especulativos hizo que se diera autonomía al Banco de México y se dictaran medidas sobre la economía interna para balancear el comportamiento del peso y la competencia comercial exportadora. Muchos países del mundo fueron saqueados por los capitales que buscaban mesas de dinero, en lugar de inversiones productivas, para después abandonar en grandes cantidades el país buscando nuevas y mejores ganancias. Es el fin del Estado benefactor, patrimonialista, corporativo y paternalista. El Estado del Nacionalismo Revolucionario fue golpeado por las presiones externas, obligándolo a abandonar su papel de padre benévolo y protector de la nación. Muchas de sus funciones sociales en la prestación de servicios fueron abandonadas en función de la rentabilidad. El sindicalismo corporativo se desmantela para dar mayores prerrogativas a las empresas y gobiernos en la conducción de sus objetivos, dejando a los trabajadores como elementos de competencia en mercados laborales abiertos. El nuevo mundo urgido de dinero, donde el Estado está reducido y el mercado es quien pone las condiciones, tiene efectos en el cambio de las estructuras y funciones de las empresas y los gobiernos, en la educación, en el desfase de las profesiones, en la renovación de los circuitos financieros y sobre todo, en una nueva actitud de adaptación de las personas y las organizaciones. Pero el cambio de las personas es hacia fuera de ellas, no es todavía internalizado. Estamos parados en un México que se va lentamente y cuando el nuevo México no acaba de nacer: es el México de la Transición. Es el último momento de prepararnos para el futuro que ya llegó. 1.2.2 Las nuevas realidades Para adaptarnos al cambio es necesario percibir los nuevos factores y comportamientos del mundo moderno, un mundo insospechado, un mundo que no puede ser visto por quienes se han quedado atrapados en el mundo en que nacieron. El siguiente cuadro ilustrativo, basado en la planeación estratégica, define las tendencias del cambio del milenio.ORDENA LA SECUENCIA DE CUADROS SIGUIENTES CON UNA LÍNEA II. Planeación Estratégica ¿Qué busca? Recursos estratégicos Desarrollo sustentable Ventajas competitivas Mercados Libertad Justicia social Bienestar social Empleos y salarios IV. Soluciones Estratégicas ¿Quiénes lo hacen? Capital humano Capital intelectual Capital financiero internacional Empresas de servicio Investigación y desarrollo Estructuras pequeñas Políticas gubernamentales I. Visualización Estratégica ¿A dónde corre el mundo? Globalización Competencia Trabajos cambiantes Nuevos materiales Biotecnología Informática Telecomunicaciones Nuevas tecnologías Estrategias cambiantes Educación continua Sociedad del conocimiento Sociedad participativa Sociedad de servicios III. Operación Estratégica ¿Cómo y cuándo? Calidad y excelencia Estrategias cambiantes Ética Nuevas políticas Creatividad Innovación Trabajo en grupos Proactividad Negociación Gestión del cambio 1.2.3 Los Factores de privilegio actuales La nueva realidad nos marca los compromisos que tenemos que asumir en conjunto para lograr adaptarnos como personas y como nación. 1. La gestión compartida del cambio (suavizar y conducir la transición), 2. Negociación en todas partes, 3. Acuerdos políticos básicos entre la sociedad civil, los partidos y gobiernos sobre el Proyecto de nación, 4. Acuerdos políticos básicos sobre la memoria histórica y las deshonras y ultrajes sociales del pasado y, 5. El control de la incertidumbre y la percepción del riesgo social en los ciudadanos. [1] El apartado hace referencia a una visión sintética del magnífico libro de Antoni J. Colom y Joan Carles Mélich, Después de la modernidad. [2] Gilles Lipovetsky, L´Ere du Vide, París, Gallimard, 1983, pp. 95-98, "Modernismo y Posmodernidad". Citado por Zermeño op. cit. [3] Referido principalmente por Felipe González, 1998. Siete asedios al mundo actual. Nexos No. 243. México.
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