Política Internacional. La Paz de Utrecht puso final a la Guerra de Sucesión e inauguró un nuevo orden internacional basado en el equilibrio entre las tres grandes potencias rivales: Francia, que conservaba su primacía intelectual, pero estaba agotada por las guerras; Austria, que era el territorio más extenso y poblado de Europa tras Utrecht, pero débil por la falta de unidad de su imperio; e Inglaterra, que se convirtió en la gran potencia de siglo. En torno a ellas, se agrupaban las demás naciones europeas. El nuevo sistema se basaba en la rivalidad latente entre los estados, que se aliaban formando bloques opuestos, pero de igual poder, lo que garantizaba la paz mediante un inestable equilibrio entre ellos. En el llamado siglo de las luces y la razón esta alcanzó incluso a las guerras, aunque solo se iniciaban si existían posibilidades reales de victoria y finalizaban cuando se reconocía la inferioridad militar. En este nuevo orden europeo, España quedó relegada a potencia de segundo rango, como aliada de Francia, y rival de Inglaterra y Austria. Desde el final de la Guerra de sucesión hasta 1730 (aprox.), la política exterior de Felipe V se orientó a la recuperación de las antiguas posesiones españolas en Italia. A esa política contribuyó la presión de su segunda esposa, Isabel Farnesio (que aspiraba a que sus hijos ocuparan tronos italianos, ya que la herencia de la Corona española correspondía a los hijos de la primera esposa). Pero sus intentos de dominar Sicilia y Cerdeña se saldaron un contundente fracaso. Sin embargo, lo que no pudo obtener España en solitario lo conseguiría mediante la unión con Francia en los Pactos de Familia (tratados de ayuda y defensa mutua). Durante el reinado de Felipe V se concertaron dos: 1733 y 1753. Pero el pacto fue roto cuando los reyes franceses fueron ejecutados por su pueblo durante la revolución francesa. El reinado de Fernando VI representó un paréntesis de paz gracias a su política de neutralidad en los conflictos europeos, aunque ascendió al trono en plena Guerra de Sucesión de Austria. Fueron años de negociaciones con Inglaterra, Portugal y la Santa Sede, cuyo resultado fue la firma del Concordato de 1753. La paz también fue aprovechada para restaurar la potencia naval española, que se convirtió en la tercera más importante de Europa (tras Inglaterra y Francia). Sin embargo, Carlos III volvió a la política de intervención militar en los conflictos europeos del lado de Francia y, esta vez, también de Austria. Por otra parte, el siglo XVIII estuvo marcado por las guerras coloniales contra Inglaterra; por el Tercer Pacto de Familia, España se vio envuelta en la Guerra de Los Siete Años, resuelta en el Tratado de París, por el cual España tuvo que ceder la Florida a Inglaterra, pero recibió la Luisiana de Francia. Tras la renovación del Pacto de Familia, España apoyó a Francia en la Guerra de Independencia de las colonias inglesas, guerra concluida con la Paz de Versalles, que supuso para España la recuperación de Menorca y La Florida. Sin embargo, de esta última guerra de la que surgieron los Estados Unidos de Norteamérica, creaba 8na gran incertidumbre para España, pues el ejemplo de los independentistas del norte se podía extender a sus propios territorios.
Want to create your own Notes for free with GoConqr? Learn more.