Created by Rosana Pérez González
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En 1637 se publica en Holanda el Discurso del método para dirigir adecuadamente la razón y buscar la verdad en las ciencias. El contexto de la primera mitad del siglo XVII en la que vive Descartes, ayuda a explicar por qué éste cree necesario una obra que se ocupe del método y por qué defiende que el anterior "camino" al conocimiento debe abandonarse, buscando una certeza para sobrevivir a la crisis.Hacia la mitad del siglo XVI comienzan en Europa una serie de crisis, se corresponde en el plano social con el desarrollo de la burguesía y en el plano ideológico con la necesidad que se experimenta de una nueva concepción del mundo basada en el concepto de Razón. Podemos destacar las siguientes:1. Crisis económico-social.El desarrollo del capitalismo se verá en este siglo especialmente favorecido como resultado del desarrollo del comercio marítimo y colonial y de la afluencia de metales preciosos de las minas europeas y americanas, que provoca un alza de precios, produciéndose múltiples revueltas de campesinos, que protestan por la introducción de impuestos reales. También, inventos en las técnicas marítimas, industrial y agrícola. Para proteger la producción propia, de cada estado, surge la teoría económica llamada "mercantilismo", según la cual la riqueza de una nación reside en la cantidad de oro y plata que pueda atesorar. Se consigue potenciando la exportación de productos propios y dificultando la importación de productos de fuera.2. Crisis política.La principal causa política de los conflictos reside en el absolutismo monárquico. Esta forma de gobierno necesita nuevos impuestos para financiar las guerras y para crear nuevas estructuras de carácter central que permitan gobernar un Estado con territorios diversos en costumbres y organización. En el siglo XVII los estamentos privilegiados estaban exentos del pago de impuestos. El resultado fue la aparición del hambre y las enfermedades. En el plano político se manifiesta en una serie de guerras y revoluciones. Se van formando los Estados modernos, independientes y soberanos, enfrentados en sus afanes colonialistas y el afianzamiento de las monarquías absolutas. El movimiento religioso puesto en marcha por Lutero y Calvino, supuso la ruptura del monopolio religioso ejercido por el cristianismo romano, con su fuerte presión sobre las estructuras políticas y morales de la sociedad occidental. Desde el catolicismo romano, esta crisis inspira el Concilio de Trento, la fundación de la Compañía de Jesús, la llamada Contrarreforma, dando ocasión a las "guerras de religión", como la Guerra de los Treinta Años, en las que Descartes tuvo ocasión de participar.3. Crisis de las mentalidades.Se manifiesta en el desarrollo del espíritu científico, desde los tiempos del Renacimiento. Los modelos construidos en la Edad Media y las soluciones propuestas por el Renacimiento no eran suficiente garantía para responder a las necesidades del momento, poniéndose de manifiesto la poca operatividad del sistema aristotélico-tomista. El desarrollo del pensamiento cartesiano se enmarca en el proceso abierto en el Renacimiento con el antropocentrismo, la consolidación del humanismo y el desarrollo de la ciencia. Hacia la mitad del siglo va perdiendo fuerza la creencia en hechizerías y ganando terreno la mentalidad racionalista por influencia del cartesianismo y del desarrollo científico, que se manifiesta en primer lugar en el campo de la astronomía con los descubrimientos de Kepler y Galileo y de la medicina con figuras como Harvey. Siguió el desarrollo de las matemáticas con figuras como Gassendi, Descartes, Leibniz, etc. y de la física que en esta época tiene su culminación en Newton que descubre la ley de la gravitación universal.
El proyecto de Descartes consiste en construir mediante la razón un sistema de proposiciones ciertas, fundamentado en principios verdaderos e indudables. El modelo tiene como referente a las matemáticas, una ciencia en la que la mente pasa de verdades evidentes por sí mismas a otras verdades deducidas a partir de las primeras. Los primeros trabajos de Descartes están relacionados con la matemática: se debe el desarrollo de la geometría analítica. Descartes consideraba que era posible conseguir una representación matemática del mundo, y llegó a plantear en sus Principios la idea de una mathesis universal. Impresionado desde joven por el método matemático, considera que este es aplicable a cualquier otra ciencia. La premisa cartesiana fundamental en este sentido es que es posible un método científico universal, porque la razón es una y la misma para todos los seres humanos. Este principio de la unidad de la razón garantiza que el saber sea también uno: hay una sola ciencia con diversas ramificaciones y, por tanto, un único método científico aplicable a todas las ramas del saber.El proyecto cartesiano habrá de empezar por los cimientos: la metafísica. Será necesario formular con anterioridad las reglas del método y unas normas morales a las que atenerse provisionalmente, mientras elabora su proyecto filosófico.
En su búsqueda del método Descartes se plantea la necesidad de conocer la estructura de la razón para poder aplicarla correctamente a los objetos de estudio.La razón conoce gracias a dos operaciones fundamentales: la intuición y la deducción. Descartes define la intuición como una luz o instinto natural que permite conocer un concepto con total claridad y distinción, con absoluta certeza. La deducción, consiste en la cadena de conexiones necesarias que se establece a partir de conceptos que conocemos con certeza, a partir de intuiciones.El método consistirá en una serie de reglas que garanticen el empleo correcto de estas dos operaciones de la mente. Son cuatro las reglas que Descartes enumera en el Discurso del método y en Reglas para la dirección del espíritu.Evidencia. No caer en la precipitación y admitir únicamente como verdadero aquello que se presente a nuestra razón como evidente: "nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese ocasión alguna de ponerlo en duda", dirá Descartes. La claridad y la distinción son las características de la evidencia: una idea es clara cuando la mente la percibe sin obstáculos, y es distinta cuando la percibe separada de cualquier otra idea. Solo la intuición puede proporcionar certezas de este tipo. Queda así formulado el principio de evidencia cartesiano.Análisis. Dividir cada una de las dificultades que se han de examinar en el mayor número de partes posibles y necesarias para resolverlas mejor, es decir, descomponer los conocimientos hasta llegar a los elementos más simples, de manera que podamos llegar a percepciones claras, a intuiciones.Síntesis. A partir de las ideas simples y evidentes percibidas por intuición, empezar un proceso de deducción mediante una cadena de intuiciones, hasta llegar a reconstruir lo más complejo: "Conducir mis pensamientos por orden, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer para ascender poco a poco, como por grados, hasta los conocimientos más complejos."Enumeración. Revisar y comprobar todo el proceso de análisis y síntesis: "Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales, que estemos seguros de no omitir nada".Las reglas del método que propone Descartes suponen poner en duda todo el saber tradicional y aceptar únicamente aquel principio que resista toda crítica. De ahí que la duda sea el punto de partida de toda la filosofía cartesiana.
La duda es una exigencia del método en el momento del análisis: al buscar los elementos más simples del conocimiento para encontrar verdades evidentes que resistan toda duda, Descartes pone en cuestión todo conocimiento comúnmente aceptado, ya sea por la tradición, por la fe o por la autoridad, y confía solo en la razón del sujeto que conoce. La duda cartesiana tiene características propias:Es universal y radical afecta a todo lo que permite una duda, por pequeña que sea, y cuestiona todas las certezas, por evidentes que parezcan.Es metódica y no escéptica. La duda escéptica es una duda permanente, mientras que la cartesiana es provisional y constructiva, un punto de partida para buscar la certeza. Y es una duda metódica porque forma parte del método: es un instrumento para alcanzar la verdad y construir la filosofía.Es teorética, lo que significa que solo debe afectar al nivel de la reflexión filosófica, y no al de las creencias y la conducta. El proyecto cartesiano incluye también una filosofía práctica, una ética, que Descartes dejó para el final de su sistema (y que nunca llegó a elaborar). Entretanto, propone una moral provisional que no cuestiona las creencias comúnmente aceptadas.Para justificar la necesidad de esta duda universal, Descartes esgrime una serie de razones: El engaño de los sentidos. Debemos dudar del conocimiento sensible, puesto que los sentidos nos engañan a veces y no sería prudente fiarnos de lo que alguna vez nos ha engañado. La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. Descartes recurre a uno de los tópicos del Barroco, la vida como sueño: podríamos estar soñando lo que creemos estar viviendo y confundir sueño y realidad. La hipótesis de un genio maligno que nos engaña y nos hace equivocarnos en nuestros propios razonamientos, incluso en aquellos que, como los matemáticos, parecen evidentes, tanto si estamos dormidos como despiertos.Sin embargo, la duda cartesiana tropezará con una primera certeza de la que no es posible dudar y que tiene su origen en la duda misma: la propia existencia del sujeto que piensa y duda.
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