El progresivo envejecimiento de la población y el incremento de la supervivencia de personas con enfermedades crónicas y discapacidades, suponen un aumento de la necesidad de cuidados de salud, sobre todo de los orientados a suplir o compensar la pérdida de capacidad para el autocuidado.
Por ello, el cuidado informal de personas mayores dependientes (aquel que no es llevado a cabo por un profesional de la salud, ni es remunerado y mayoritariamente realizado por familiares) se ha convertido en un tema de especial relevancia, tanto desde un punto de vista social como clínico.