DEPARTAMENTO CLÁSICAS
MATERIA: CULTURA CLÁSICA
PROFESORA: MIRIAM SANTAMARÍA GÓMEZ
COLEGIO RAFAELA YBARRA
BLOQUE II. ROMA
1. UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Roma está situada en la Península Itálica, a orillas del río Tíber y cerca del mar, esto facilitaba el comercio.
Cuando aumentó la población los romanos consiguieron conquistar el territorio de los pueblos vecinos:
la Península Itálica. Fue anexionando los pueblos vecinos y las colonias griegas del sur.
La cuenca mediterránea. Sicilia, Península Ibérica, el sur de la Galia, Macedonia, Asia Menor y las costas de África.
El resto del mediterráneo y otros territorios. Todo el territorio bañado por el Mediterráneo, la zona del sur del Danubio y del Rhin, parte de Gran Bretaña y Mesopotamia.
2. ORIGEN DE ROMA
ORIGEN MÍTICO
Los romanos creían que Roma tenía un origen divino: por parte de la diosa Venus y por parte del dios Marte.
En el primer caso, a través del héroe troyano eneas, hijo de Anquises y Venus. Eneas huye de Troya al ser destruida y desembarca en el Lacio para fundar la ciudad prometida a los dioses.
En el segundo caso, Marte como padre de Rómulo y Remo. Rómulo fundador y primer rey de Roma.
ORIGEN HISTÓRICO
Las diversas tribus latinas buscaban mejoras defensivas. Así se asentaron el la colina del Palatino y la fortificaron.
3. PERIODOS HISTÓRICOS DE LA ROMA ANTIGUA
MONARQUÍA
La monarquía romana fue la primera forma política de gobierno de la ciudad-estado de Roma, desde el año 753 a.C., hasta el año 510a.C., cuando el último rey, Tarquino el Soberbio, fue expulsado, instaurándose la república romana.
Durante la monarquía los reyes más destacados fueron Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco marcio, Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio.
Tras la muerte del primer rey Rómulo subió al trono Numa Pompilio el cual contaba con una Roma con un mayor territorio que abarcaba colinas como el Quirinal, el Esquilino, el Capitolino y la colina de Celio.
A la muerte de Numa le sigue Tulio Hostilio, al que se le atribuye el sometimiento definitivo de Alba Longa.
A Anco Marcio le sucede Lucio Tarquinio Prisco en el 616 a.C. Su reinado se centró en la expansión del territorio romano mediante continuas guerras contra sus vecinos sabinos, etruscos y latinos. Se le atribuyen también la organización de ciertos festivales romanos y del primer desfile triunfal. Pero, sin duda, su mayor logro fue la construcción del Circo Máximo.
Tras el asesinato de Tarquinio reina Servio Tulio quien expande las fronteras de Roma por el territorio de Veyes y otras áreas etruscas. También se debe a Servio Tulio la creación de la Asamblea Centuriada.
Sociedad
La sociedad en este periodo estaba compuesta por una clase alta o nobleza constituida por los patricios que formaban la aristocracia romana, el sector dirigente y privilegiado y eran los únicos considerados como ciudadanos romanos, con derecho a votar, ocupar los cargos políticos y religiosos; y una clase baja, la plebe, compuesta por los extranjeros y vecinos a los que se les consideraba hombres libres, pero no ciudadanos por lo que carecían de derechos y no tenían ninguna participación en el gobierno ni en la vida religiosa. Los plebeyos podían incorporarse a una familia de patricios como criados para contar con mayor protección.
Existía un último grupo inferior a todo estos, los esclavos, que eran los prisioneros de guerra y los plebeyos deudores, a los cuales no se los consideraba como personas sino como cosas. Se dedicaban a las tareas serviles y carecían de derechos. Los que lograban su liberación mediante un pago, se convertían en clientes.
Dentro de la organización social, la familia constituía la institución más sólida del estado, dentro de la cual era el padre quien contaba con la mayor autoridad.
Gobierno
El gobierno solamente podía ser ejercido por los patricios. El rey era elegido por la Asamblea, formada exclusivamente por los ciudadanos y cuyas funciones eran variadas(desde legítimas a judiciales). También existía un Senado el cual estaba integrado por los jefes de la familias patricias y sus funciones se basaban en asesorar al rey.
Economía
La economía se basaba en la explotación de la tierra, por lo cual la mayoría de la población era campesina. Aunque los hombres de la ciudad se dedicaban a otras tareas como la artesanía, carpintería, herrería, y algunos también abastecía al pueblo de alimentos y útiles necesarios para la vida diaria.
REPÚBLICA
La República Romana fue un periodo de la civilización romana antigua caracterizado por un régimen de gobierno republicano. Se inició con el derrocamiento de la Monarquía Romana, 510 a. C., y duró más de 450 años, hasta el 27 a.C. cuando comienzan los conflictos por el poder, a través de una serie de guerras civiles, hasta desembocar en un forma de gobierno imperial. La evolución de la Republica Romana fue fuertemente influenciada por la lucha entre la aristocracia, patricios, y los romanos con riquezas, pero que no eran de familias nobles. Este periodo se rige por una constitución que se centra en los principios de una separación de poderes, controles gubernamentales y equilibrios de poder. También hay que señalar que es en la república cuando Roma alcanza su máximo esplendor debido a la multitud de conquistas que lleva a cabo el ejército romano.
Los personajes importantes de la república romana son entre otros:
Julio César fue un militar romano y un líder político. Es considerado como uno de los más grandes genios militares de toda la historia, pero también un excelente político y uno de los líderes más fuertes del mundo antiguo. Fue proclamado dictador por toda la vida, y centralizó el gobierno de la Republica. Fue asesinado en el 44 a. C., por Bruto y una serie de senadores comandados por él, recibiendo de ellos más de veinte puñaladas. Hizo innumerables conquistas para el territorio romano, y nunca perdió una batalla en la que él se encontrara de comandante.
Sociedad
Sigue existiendo grupos sociales pero cada vez se establecen más relaciones que favorecen a una mayor igualdad. Los patricios se unes con los ciudadanos ricos y forman la nueva aristocracia y los plebeyos menos ricos, que en la monarquía estaban bajo el poder de los patricios, crean el título de tribuno de la plebe y consiguen arrebatarles a los patricios cargos como Máximo Pontífice y augures o las magistraturas. Viendo el poder que alcanzaban los plebeyos, los patricios se unen a ellos formando la nobilita.
Respecto a los esclavos seguían siendo tratados como objetos a los cuales los vendían y compraban. Estaban constituidos mayoritariamente por la población de los pueblos conquistados.
Política
Durante la Republica en Roma muchos funcionarios e instituciones propias del régimen monárquico, desaparecieron, pero otras se adaptaron para servir mejor al gobierno del pueblo. De este modo los organismos de gobierno fueron:
Los Cónsules, elegidos anualmente por la asamblea popular. Ejercieron casi los mismos poderes que le habían correspondido al Rey durante la Monarquía Romana. En caso de emergencia y de peligro nacional, los cónsules debían nombrar a una persona con poderes absolutos llamado Dictador, pero este cargo debía cesar una vez terminado el peligro y, en ningún caso, podía durar más de seis meses.
El Senado. Durante la República se afianzó definitivamente como un organismo cuyo papel era orientar y aconsejar al gobierno de Roma. También era el elegido para llevar a cabo las relaciones exteriores de la política romana.
Las Asambleas: Reciben también el nombre de comicios y fueron de tres clases: Asamblea Curial(reunión de patricios), Asamblea Centurial(reunión de ciudadanos), Asamblea Tribal(reunión de la plebe).
Existían otras magistraturas como censores, cuestores, pretores, ediles…
IMPERIO
Comenzó en el año 27 a. C., al otorgársele a Octavio el título de Augusto. Fue considerado hijo del César divinizado, y se le otorgó poder consular a perpetuidad. Bajo el mantenimiento de las formas republicanas, se va avanzando paulatinamente a un sistema de poder monárquico y militarista.
Octavio Augusto tenía potestad censoria, que le permitía elaborar la lista de los senadores y también dirigía la política exterior, dictaba normas, llamadas constituciones imperiales, acuñaba moneda y proponía candidatos para las magistraturas.
Los Comicios prácticamente desaparecieron. Su función se vio reducida a aclamar al Emperador y los magistrados.
A este período se lo conoce con el nombre de Alto Imperio, sucediéndose luego de Augusto, cuatro dinastías de emperadores: la de los Julio-Claudios, la de los Flavios, la de los Antoninos y la de los Severos. Todos gobernaron con un poder casi absoluto, basado fundamentalmente en el ejército.
Durante el gobierno de Augusto, se piso fin a las guerras civiles, y comenzó a vivirse en orden, seguridad y prosperidad, con gran florecimiento artístico y cultural, conociéndose esta etapa como de la pax romana.
Las distintas provincias incorporadas a la dominación romana se dividieron en senatoriales e imperiales. Las primeras, estaban bajo la administración del Senado y las segundas estaban bajo el control del Emperador.
La ciudad más importante del imperio, era Roma, su capital. En ella se podía ver una gran diferencia social , donde los miembros del orden senatorial y los ricos caballeros habitaban en los domus, residencias muy lujosas, y la mayoría de la población vivía muy modestamente, en los insulae, casas de inquilinato de hasta cuatro pisos, inseguras e incómodas.
El Bajo Imperio comienza con Diocleciano, que gobernó entre los años 284 y 305, estableciendo el sistema de la tetrarquía y pacificando el territorio. El imperio fue dividido en una zona occidental, bajo su gobierno, y en otra oriental, a cargo de Maximino, ambos con el título de Augustos, pero eligiendo un César, cada uno, configurándose cuatro poderes imperiales.
Durante su gobierno se persiguió a los cristianos ferozmente, disponiéndose por edicto la obligación del culto imperial. Templos y libros fueron destruidos y los cristianos padecieron la cárcel y torturas. En el año 311, Galerio, dictó el Edicto de tolerancia, y en año 313, se promulgó el Edicto de Milán que proclamaba la neutralidad del estado en materia religiosa.
Con Constantino se divide el Imperio, para su mejor gobierno, en cuatro prefecturas: Oriente, Iliria, Italia y las Galias.
En el año 395, Teodosio I, divide el Imperio entre sus dos hijos: Honorio, a quien le correspondió el imperio de Occidente, con capital en Roma y Arcadio, a quien le correspondió el de Oriente, con capital en Constantinopla.
La crisis se generó a raíz del aumento de los gastos originados en un estado burocrático y militarizado y la presión de los pueblos bárbaros por ingresar a las fronteras imperiales, los que fueron en muchos casos admitidos para tareas rurales y prestar servicios militares.
En el año 476, el Imperio de Occidente cayó en poder de los pueblos bárbaros. El de Oriente aguantó hasta 1453, cuando Constantinopla cayó en poder de los turcos otomanos.
GUERRAS PÚNICAS
Origen del conflicto
Cuando, el año 272 a.C., la colonia griega de Tarento, en el Sur de Italia, cayó en manos de los romanos, Roma dominaba ya toda la península y se había convertido en uno de los estados más poderosos de su entorno. Era sólo cuestión de tiempo que su camino se cruzara con el de la otra gran potencia del Mediterráneo occidental: Cartago.
La ciudad de Cartago, en la costa norte de la actual Túnez, había sido fundada el siglo IX a.C. por marineros fenicios, que construyeron este enorme puerto en el centro de las rutas comerciales que surcaban el Mediterráneo. Además de su estratégica posición para el comercio, Cartago estaba rodeada de tierras fértiles, y muy pronto, los cartagineses (que también recibían el nombre de púnicos), extendieron su dominio hasta Sicilia. Allí tomaron contacto con los romanos, que se encontraban en plena expansión, y las dos potencias comenzaron a vigilarse con recelo.
Sicilia, rica en cereales, estaba poblada por prósperas colonias griegas, muchas de las cuales estaban dominadas por los cartagineses. Sin embargo, una de ellas, Mesina, situada en el estrecho entre Italia y la isla, decidió llamar en su auxilio a los romanos para que expulsaran a la guarnición cartaginesa que controlaba la ciudad. Cuando los mensajeros de Mesina llegaron al Senado se produjo una larga deliberación. Todos eran conscientes de que enviar ayuda militar a la ciudad desencadenaría un terrible enfrentamiento con Cartago, cuyas últimas consecuencias eran imprevisibles.
Al final, los romanos decidieron enviar a sus soldados. Era el año 264 a.C. y daba comienzo así la primera de las Guerras Púnicas, tres terribles enfrentamientos entre romanos y cartagineses que decidirían el destino de Occidente.
Primera Guerra Púnica
Roma –que poseía sólo una pequeña flota- apenas tenía experiencia en batallas navales. Así que, al principio, los cartagineses destruían con facilidad las naves que enviaban los romanos, mal dirigidas por sus inexpertos almirantes.
Pero cada derrota enseñaba a los romanos algo nuevo. Al final, se percataron de que su infantería era superior a la cartaginesa, y decidieron aprovechar esa ventaja. Para ello, diseñaron unas pasarelas de madera terminadas en garfios, con las que los legionarios podían cruzar hasta las naves enemigas. Los cartagineses sabían manejar mejor sus trirremes, pero sus marineros no estaban preparados para combatir cuerpo a cuerpo, y terminaron siendo derrotados.
Después de veinte largos años de guerra, en el año 241 a.C., los romanos se convirtieron en los únicos dueños de Sicilia, que pasó a ser la primera provincia romana.
Compromisos de Cartago
La derrotada Cartago se comprometió a no atacar jamás a un aliado de Roma, y tuvo que hacer frente a unas indemnizaciones millonarias. La cuantía de las compensaciones era tan elevada, que los cartagineses no podían pagarlas con los beneficios de sus dominios en África, y decidieron expandirse por las ricas tierras de la Península Ibérica. Pero, tras su victoria sobre Cartago, Roma se había convertido en una potencia temible, y también había puesto sus ojos en las tierras de Hispania.
Así que para evitar un nuevo enfrentamiento, decidió repartirse la Península con Cartago. La frontera se situaría en el Ebro. Los territorios al norte de este río serían para Roma, los del sur, para Cartago.
Escipión en Hispania
Mientras Aníbal deambulaba por Italia, la estrategia romana, que había desplazado sus mejores tropas a Hispania, comenzaba a dar frutos. Allí, en una decisión sin precedentes en su historia, Roma había entregado el mando de sus legiones al jovencísimo Publio Cornelio Escipión, hijo y sobrino de dos brillantes generales y perteneciente a una de las principales familias patricias.
Aunque había combatido ya junto a su padre en las batallas de Tesino y Cannas, Escipión contaba apenas 24 años, y era sólo un ciudadano particular, que no había desempeñado aún ninguna de las magistraturas que daban acceso al mando militar.
Su estirpe y su determinación insuflaron nuevos ánimos a unas tropas desesperadas, que bajo su mando consiguieron derrotar al ejército cartaginés comandado por los hermanos de Aníbal, Asdrúbal y Magón, hasta expulsarlos completamente de Hispania. En el año 205, sus legiones victoriosas estaban en condiciones de regresar a Italia.
La situación en Italia
Allí, los últimos restos de las tropas romanas habían aprendido la lección y evitaban cualquier enfrentamiento directo con Aníbal. Preferían hostigar a sus hombres desde la distancia, y sus ataques eran una sangría insoportable para el ejército cartaginés.
Sin haber sufrido jamás una derrota, después de haber tenido a la indefensa Roma a su merced, Aníbal, atrapado en Italia, sin aliados, sin provisiones y con apenas un tercio de su ejército, se vio obligado a regresar por mar a Cartago, tras haber estado deambulando por Italia durante 16 años.
Cambio de escenario y desenlace
Por fin, Roma se atrevió a llevar la guerra a suelo cartaginés. Escipión convenció al Senado de la necesidad de desembarcar cuanto antes en la costa norteafricana, en persecución de Aníbal, cada vez más acorralado. Ambos compartían además viejas deudas de sangre. Escipión había derrotado al hermano de Aníbal en Hispania, Asdrúbal, pero éste se había cobrado antes la vida del padre y el tío de Escipión.
Los dos grandes generales se enfrentaron por primera y última vez en la decisiva batalla de Zama, en el año 202 a.C. Roma y Cartago se hallaban al límite de sus fuerzas y el resultado sería decisivo. Aníbal recurrió a su genio táctico, Escipión a su astucia.
Para neutralizar a los elefantes, la más temible de las armas cartaginesas, el romano hizo sonar todas las trompetas de su ejército. Las bestias, aterrorizadas, huyeron en desbandada aplastando a la propia caballería cartaginesa. Aunque la infantería de Aníbal presentó batalla hasta el final, el gran general no pudo evitar su completa derrota.
Tras su victoria, Escipión obtuvo el sobrenombre de “el africano”, mientras Aníbal, abandonado por sus propios compatriotas, se vio obligado a refugiarse en la corte del rey de Bitinia, donde se quitó la vida con un veneno.
Tal vez fuera cierta la sentencia de su jefe de caballería, que, exasperado porque Aníbal no se decidía a conquistar Roma cuando la tenía en su mano, le dijo: Cierto es que los dioses no conceden todos sus dones a la misma persona. Tú sabes vencer, Aníbal, pero no sabes aprovechar la victoria.
Situación de Roma tras la guerra
La derrota de Cartago convirtió a Roma en la dueña absoluta del Mediterráneo occidental, y dio paso a la época de las grandes conquistas. Pronto comenzó también la colonización de los territorios ya dominados: la Península Ibérica, el sur de la Galia y el Norte de África.