Generalidades sobre los reactivos
De acuerdo con el diccionario, el término “reactivo” se aplica a la sustancia usada en una reacción química, o químicamente activo. Como adjetivo, se refiere a aquello que produce reacción. Que entra rápidamente en reacción química. De igual manera, se aplica a la sustancia usada en una reacción química para detectar, medir, examinar o analizar otra sustancia.
En complemento de estos significados, la palabra reacción se refiere, entre otras cosas, a la acción causada por otra y opuesta a ésta; a la fuerza que un cuerpo sometido a la acción de otro ejerce sobre él, con la misma intensidad, en igual dirección y con sentido opuesto; no se neutraliza con la acción por actuar ambas sobre cuerpos diferentes.
En el campo de la fisiología, una reacción es una respuesta a un estímulo o una situación que puede ir desde un reflejo a un proceso emocional. Originariamente este término sólo se utilizó en fisiología. Cuando la psicología experimental empezó a trabajar en campos relacionados con esta disciplina, el término reacción se extendió a sistemas de estimulación más complejos. En psicología se prefiere sin embargo, el término respuesta.
Con base en estas ideas, consideramos que el término apropiado para los elementos que integran los exámenes, es el de reactivo, sin dejar de reconocer que algunos autores también utilizan el término ítem, como por ejemplo, el Diccionario de Ciencias de la Educación en el que se señala que: “ítem es cada una de los elementos, las partes o unidades de que se compone un test, prueba o material psicotécnico”. Es probable que esta definición se base en lo que los diccionarios nos dicen acerca de dicho término: “Ítem adverbio latino que significa ‘igualmente’, con el cual se inicia cada una de las divisiones que constituyen un escrito; por ejemplo, las cláusulas de un testamento”.
Material de apoyo didáctico:
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/.../1/Evaluación%20de%20los%20aprendizajes.pdf
Concepto
Los elementos que integran los exámenes para medir el aprendizaje escolar, son los reactivos. Éste es el término apropiado para referirse a los diferentes tipos de estímulos que se le presentan al alumno para que manifieste el aprendizaje declarativo, conceptual o procedimental adquirido, si estamos pensando en el constructivismo y, si lo consideramos de acuerdo con la taxonomía de Bloom, es para que manifieste su conocimiento, comprensión, aplicación, o capacidad de analizar, sintetizar o evaluar. En cualquier caso, el reactivo propicia una reacción en el alumno, la cual no es otra cosa sino que su aprendizaje.
De acuerdo con lo anterior, el CENEVAL afirma que: “Un reactivo se define como la formulación de una proposición o problema para que sea contestado por un sujeto, con el fin de conocer el nivel de dominio de un tema o área de conocimiento determinado”.
En relación con esta idea, otros autores consideran que: “un reactivo mental es una situación o prueba (test) a la que es sometido un sujeto con la intención de provocar y evaluar sus respuestas. A través de estas manifestaciones inducidas de la conducta del sujeto se pretende inferir el grado y la calidad de sus procesos mentales, los rasgos de su personalidad, sus actitudes, etc.”
Por otra parte, los reactivos pueden elaborarse de acuerdo a cuatro formas básicas: pregunta, frase incompleta, orden o consigna y una combinación de afirmación-interrogación. Cualquiera de ellas constituyen estímulos específicos para que el alumno manifieste el aprendizaje adquirido, es decir, cualquiera de ellas propician una reacción en el alumno.
Pregunta
Reactivos Frase incompleta
(Formas básicas)
Orden o consigna
Afirmación-interrogación
Por estas consideraciones, los profesores debemos evitar el uso de ciertos términos, tales como “ejercicios” o “aciertos”, que no son los apropiados, ni mucho menos sinónimos para referirnos a los reactivos. Respecto del primero, debemos considerar que los exámenes implican una situación de prueba, no de ejercitar o practicar conocimientos o habilidades aprendidas. Por tanto, los ejercicios están reservados a la fase de enseñanza del proceso educativo. Los reactivos son para que los alumnos manifiesten lo aprendido, no para que lo ejerciten. De igual manera, el término “acierto” tampoco es correcto ya que esta palabra se refiere a los reactivos correctamente resueltos. Por tanto, los aciertos sólo se pueden asignar una vez que los alumnos hayan dado respuesta a los reactivos planteados.
Asimismo, algunos maestros usan el término pregunta para referirse a los reactivos de sus exámenes, lo cual es acertado siempre y cuando el examen contenga preguntas exclusivamente.
En complemento de lo anterior, otros autores consideran que los exámenes: “son pruebas de papel y lápiz, compuestas generalmente por ítemes verbales y que pueden presentar las siguientes formas:
Ítem abierto: el sujeto elabora su propia respuesta, sin que haya un solo modelo o patrón único que se considere válido; existen diversas respuestas correctas.
Ítem cerrado: cuando existe una sola respuesta correcta que el examinando ha de dar; según la tarea que realiza el sujeto”.
Importancia
Los exámenes escritos pueden incluir una variada gama de reactivos, dependiendo de los aprendizajes que se pretenden medir. Sin embargo, dichos reactivos se pueden clasificar en dos grandes categorías:
Los que esencialmente ponen de relieve la memoria al exigir de los sujetos el recuerdo de determinados hechos, datos, conceptos, procedimientos, etc.
Los que ponen en evidencia además otras capacidades, como cuando se debe elegir una respuesta entre varias, cuando es preciso asociar conocimientos, resolver problemas de diferente naturaleza o elaborar respuestas de manera creativa.
Cualquiera que sea su categoría, la importancia de los reactivos está directamente relacionada con la importancia que los exámenes tienen para medir los aprendizajes logrados por los alumnos. Es ampliamente aceptado que estos instrumentos deben reunir tres características: validez, objetividad y confiabilidad, las cuales se pueden lograr si se satisfacen dos condiciones. La primera se refiere a que al inicio del proceso de enseñanza-aprendizaje en cuestión se hayan definido correctamente los aprendizajes que deberían adquirir los alumnos y que serían objeto de evaluación a través de un examen y que éste se haya planeado correctamente, utilizando una tabla de especificaciones.
La segunda condición se refiere a la correcta elaboración de los reactivos, cuyo número y tipo se hayan determinado en la citada tabla.
Si alguna de estas condiciones no ha sido satisfecha, tendremos un examen que no reúna las características antes mencionadas.
Por otra parte, la importancia de los reactivos también radica en que ya sea la pregunta, frase incompleta u orden o consigna con los que éstos se expresen, estén formulados con tal claridad y precisión que el profesor y los alumnos entiendan lo mismo; que cada reactivo permita que el alumno exprese lo aprendido; que las respuestas a los reactivos estén claramente previstas de antemano y que los criterios de valoración estén prefijados con tal claridad y precisión que no surjan dudas a la hora de calificar.