Porfirio Díaz Mori gobernó al frente de la presidencia en dos
periodos de 28 de noviembre de 1877 a 1880 y de 1884 al 25 de mayo
de 1911. Él gobernó durante casi 30 años.
Organización política
Diaz, instauró una dictadura constitucional, esta dictadura era real y la
constitución era ficticia. Había mucha política pero tenían poca administración.
Al tener toda la fuerza política, Díaz tuvo también la militar y para lograrlo separó a
los caudillos sobresalientes del ejército y dividió el territorio en 12 zonas militares con
el fin de controlar las fuerzas armadas.
Organizó un poderoso y disciplinado ejército entre ellos incorporado a la policía federal, cuyo cometido
era mantener la paz en el campo, pero los rurales mantenían su rebeldía les esperaba la cárcel el paredón
o la famosa “Ley Fuga”.
¿Qué es la ley fuga? Durante el gobierno de Porfirio Díaz, “la ley fuga” fue una acción
llevada a cabo por los cuerpos policiales, que simulaban la huida de un preso para
poder ejecutarlo por la espalda.
Dentro de las elecciones libres nunca existieron, pues el pueblo mexicano no tenía
voz ni voto, sólo los gobernadores y a los poderes federales y estatales los imponían
el presidente y sus colaboradores, además, el general Díaz utilizó al congreso para
modificar las leyes.
Desarrollo económico
Díaz, invitó a los capitalistas-inversionistas a invertir en nuestro país como las
minas, la construcción de ferrocarriles, la producción de hilados y tejidos,
electricidad, petróleo, actividades bancarias y en general las comunicaciones como
teléfono, telégrafo y puertos.
Estas inversiones de extranjeros fueron: Estados Unidos,
Francia, Alemania e Inglaterra.
A estas inversiones, tanto extranjeras como nacionales, les benefició en el comercio como el crecimiento de
ciudades, también se generó empleos y se impulsó la producción agrícola, estas condiciones sólo permitió
que la clase media y los profesionista mejoran su estilo de vida.
Los beneficios de esta prosperidad no llegaron a otros sectores de la población, como
campesinos, obreros, artesanos, jornaleros, pequeños comerciantes e indígenas
Estructura social
En 1910 se realizó un censo, la población contaba con 15,160,396 habitantes. La mayoría de la población
era rural, existían diferencias extremas en la sociedad: los ricos eran muy ricos y los pobres eran muy
pobres, la clase media tenía la esperanza de una mejora social y económica.
La riqueza se concentró en unas cuantas personas, mientras que la mayoría de los mexicanos
vivía en condiciones de pobreza.
El gobierno puso a la venta las tierras comunales y de la iglesia, ofreciéndo las a quienes tuvieran recursos para
adquirirlas. Algunos empresarios y hacendados compraron grandes extensiones de tierra y formaron latifundios. Unos
cuantos mexicanos y extranjeros eran dueños de las tierras y fábricas.
Esta circunstancia afectó parte de la producción agropecuaria y a otros factores de la población como
las comunidades indígenas, campesinas y a pequeños rancheros, quienes perdieron sus propiedades
y no pudieron competir con los grandes hacendados.
Los obreros de la época porfiriana fueron objeto de muchos atropellos; las jornadas en las fábricas y minas
comenzaban al salir el sol y concluían cuando se ocultaba. Tanto en el campo como en las fábricas, la jornada de
los obreros y peones era de 12 a 15 horas diarias y recibían un salario que no alcanzaba para cubrir sus
necesidades básicas.
Los obreros eran explotados y laboraban en condiciones deplorables: salarios bajos, jornadas de trabajo largas y sin
prestaciones, trabajo nocturno y dominical, inseguridad e insalubridad de los talleres y, en caso de que los trabajadores
reclamaran sus derechos, eran reprimidos con violencia