Lázaro Cárdenas se distinguió por su lealtad al grupo
de los sonorenses.
Su lealtad, habilidad y responsabilidad le ganó el aprecio
de Calles, y determinó su futuro político y militar.
Cardenismo
Periodo dentro del gobierno de Cárdenas en el cual se
formularon y aplicaron un conjunto de reformas sociales y
nacionalistas.
Relación entre Estado y sindicatos
La política cardenista fue favorable a
los movimientos sindicales y
reconoció la legitimidad del recurso
de huelga.
El estado asumió la figura de
máximo árbitro entre las
empresas y sindicatos.
La nacionalización
Ferrocarriles
En 1937 fue precedida por
una serie de huelgas
originadas en demandas
laborales
Radicó en el impulso que Cárdenas le
otorgó al movimiento sindicalista.
Petrolera
Fue precedida por conflictos laborales
resueltos a favor de los trabajadores
La reforma agraria
Contempló la aceleración en el reparto de
tierras, la revisión del ejido y su conversión de
unidad productiva de autoconsumo, lo que dio origen al ejido colectivo
La resignificación del ejido
Fue una cooperativa de producción agrícola que se creó a partir de la
extinción de latifundios altamente productivos y se orientó al
mercado
Repercusiones de las reformas cardenistas
A pesar de las transformaciones en la estructura agrícola
mexicana contra los pronósticos de los opositores al
régimen, no hubo baja en la producción
El consumo nacional de productos agrícolas
subió gradualmente
Entre las derivaciones de la
reforma agraria cardenista están:
El ejido colectivo se convirtió en
modelo de desarrollo económico.
Bienestar individual de los ejidatarios
Freno temporal a la
migración campo-ciudad.
Balance de la etapa cardenista
Lázaro Cárdenas representó en la tercera década del siglo pasado la articulación entre
el grupo de los sonorenses y la nueva generación de políticos del centro de México.
Se ha querido ver al cardenismo como un
régimen que dio origen al autoritarismo priísta
y como un gobierno populista
Otras versiones muestran al cardenismo
como un régimen todopoderoso, cuyas
medidas reformistas contaron con el apoyo
indiscutible de todos los sectores.
El cardenismo fue un movimiento social heterogéneo que
experimentó movilizaciones populares no controladas por el Estado
Sin embargo, la resistencia que provocaron estas reformas
limitaron su actuar y las colocaron en el centro de una
"Ingeniería de desmantelamiento".