Zusammenfassung der Ressource
Cinco pautas para diseñar una buena
interfaz de usuario
- “Usabilidad“, “diseño limpio“, “keep it simple”, “experiencia de usuario“… Cada vez son más los
conceptos que inevitablemente inundan nuestra mente a la hora de tener en cuenta las características
de un producto o servicio. Sin embargo, todas ellas van enfocadas a la misma finalidad: lograr una
buena interfaz de usuario. Sencilla a la vez que completa y personalizada. Crear una interfaz de
usuario eficaz puede llegar a ser más complejo de lo que parece. Sin embargo, jamás debemos
ignorar este aspecto, ya que podría significar la diferencia entre el éxito o el fracaso de nuestro
producto. Además, una buena interfaz de usuario premiará a los desarrolladores con unos altos
índices de conversión, y al usuario con una mayor facilidad de uso. Es decir, todos contentos. Pero,
¿qué debemos tener en cuenta a la hora de desarrollar nuestra interfaz? Podemos resumir las pautas
clave en 5 apartados:
- 1. Sencillez, claridad y concisión Debemos tener siempre como objetivo crear una interfaz sencilla que
pueda ser utilizada de manera intuitiva. Cuantos menos manuales de instrucciones tengan que leer
nuestros usuarios, mejor que mejor. Orden, jerarquía y metáforas visuales son algunos de los
elementos que nos ayudarán a clarificar las funciones de nuestro producto o servicio. Por otro lado,
debemos evitar a toda costa la ambigüedad. Encontrar en una misma web la misma función o otras
similares repetidas varias veces puede desconcertar al visitante (¿pero cómo contacto con éste
proveedor, en el botón “llámanos”, o en el de “contacta con nosotros”?). Por eso, es recomendable
unificar todas estas funciones en una sola. Y es que no hay nada peor que una pantalla atiborrada de
opciones. Pensemos en los productos o servicios más exitosos de la red. Sin ir más lejos, Google es el
claro ejemplo del éxito de una interfaz concisa y minimalista.
- 2. Familiaridad y contextualidad Esta podría ser una solución a los errores similares al que cometió
Gmail: utilizar botones que hagan referencia al mundo real, o utilizando conceptos ya existentes. Por
ejemplo, utilizar un incono de un disquete como botón de “Guardar”. Se trata de algo que nació como
metáfora del mundo real y que ha acabado convirtiéndose en una convención muy fuerte y
arraigada, a pesar de que ya nadie use disquetes.
- 3. Interactividad o “feedback” El usuario se sentirá más seguro si tiene información clara y constante.
Esto proporciona la sensación de control y hace al usuario confiar en el producto para volver a
utilizarlo. Debemos procurar que nuestra interfaz parezca “viva”, que responda a las acciones del
usuario, que le informe claramente de lo que está haciendo bien y que, de igual manera, le advierta
de sus errores y le ofrezca soluciones para remediarlos (un buen botón de “Deshacer” o el típico
“Restaurar configuración inicial”).
- 4. La importancia de las funciones estándar Según 99designs, el usuario raramente cambia las
opciones predeterminadas de un producto o servicio. Pone como ejemplo un suceso curioso a la
par que divertido: el archiconocido tono de llamada de Nokia (sí, aquel que se convirtió en el tono
de llamada de la mayoría de los usuarios de teléfonos móviles en la década pasada). Se trataba del
tono de llamada predeterminado, y efectivamente, casi nadie lo modificó. De igual manera, la
mayoría de los usuarios conserva el fondo de pantalla predeterminado de su teléfono móvil, las
opciones de fábrica en los ajustes de su televisión, y la temperatura que venía de serie en su
frigorífico. Por ello, es importante asegurarnos de que las opciones predeterminadas son lo más
útiles y prácticas posibles.
- 5. Posición y colores de las acciones Debemos tener muy en cuenta los lugares clave para situar los
botones o enlaces hacia determinadas acciones. Por ejemplo, si utilizas PayPal, te habrás fijado en
que el botón de pago en la página final del proceso de compra aparece tanto al principio como al
final de la información de facturación. El principio y el final del contenido son dos puntos clave para
situar elementos que inviten a realizar acciones importantes (comprar un producto, suscribirse a
un servicio, etc.)