Zusammenfassung der Ressource
Cuidados pos-paro cardiaco
- Soporte respiratorio
- Sin cambios respecto a recomendaciones del 2010.
Mantener saturación de O2 >= 94% (entre 94-98% según el
ERC) y normocapnia.
- Manejo de la isquemia miocárdica
- Angiografía coronaria urgente en pacientes con RCE tras PCR
extrahospitalaria de origen cardíaco con elevación del ST en el ECG
(Clase I, LOE B-NR).
- angiografía coronaria urgente en pacientes seleccionados
(eléctrica o hemodinámicamente inestables) en coma tras PCR
extrahospitalaria en la que sospechamos origen cardiológico sin
evidenciar elevación del ST (Clase IIa, LOE B-NR).
- Angiografía coronaria de emergencia tras la RCE en pacientes en
los que estaría indicada independientemente de si el paciente
se encuentra en coma o no (Clase IIa, LOE C-LD)
- considerar la inserción de un DAI en pacientes isquémicos
con disfunción ventricular izquierda significativa, que hayan
sido resucitados de una arritmia ventricular producida
después de más de 24-48 h. tras un evento coronario
primario.
- Manejo hemodinámico
- La AHA recomienda evitar y corregir la hipotensión arterial dando
estas cifras como referencia: PAS < 90 mmHg o PAM < 65mmHg)
(Clase IIb, LOE C-LD).
- El ERC establece como objetivo la presión arterial media que permita una
diuresis adecuada (1 ml/kg/h) y unos valores normales o decrecientes de
lactato.
- Se recomienda ecocardiografía en todos los pacientes para valorar la disfunción miocárdica post PCR
que sabemos puede producir inestabilidad hemodinámica.
- Optimización de la recuperación
neurológica
- Manejo de temperatura
- Estudios como el de Nielsen et al3, publicado en New
England en 2013, muestran que el pronóstico neurológico y
la supervivencia no son peores en pacientes con
temperatura controlada en torno a 36º C frente a los
tratados con temperatura de 33ºC.
- La AHA recomienda emplear temperaturas más próximas a los 36ºC en
pacientes en los que las bajas temperaturas supongan un riesgo
añadido, como en pacientes con sangrado importante.
- Control de glucemia
- La AHA afirma que el beneficio de establecer un rango específico en el
manejo de las cifras de glucemia es incierto en adultos con RCE tras PCR
(Clase IIb, LOE B-R).
- El ERC recomienda que los niveles de glucosa
deberían mantenerse <= 180 mg/dl.
- Sedación y control de convulsiones
- No hay indicaciones de sedación específicas y se debe
controlar las convulsiones con los fármacos habituales.
- Valoración del pronóstico neurológico
- Deben pasar al menos 72 horas antes de
establecer un pronóstico neurológico
- Predictores de mal pronóstico
- Ausencia de reflejo pupilar a la luz y reflejo
corneal 72 h tras la PCR.
- Presencia de estado mioclónico (diferente de contracciones
mioclónicas aisladas) durante las primeras 72-120 horas tras
PCR (FPR 0%; 95% CI 0-4%; Clase IIa., LOE B-NR).
- Ausencia de onda cortical N20 en potenciales evocados
somatosensoriales de 24-72 horas después de la PCR o
el recalentamiento (FPR, 1%; 95% CI 0-3%; Clase IIa, LOE
B-NR).
- Marcada reducción de relación sustancia gris/sustancia blanca en
el TAC cerebral en las 2 horas tras PCR (Clase IIb, LOE B-NR).
- Amplia restricción de difusión e la RM cerebral entre 2 y 6
días tras PCR (Clase IIb, LOE B-NR).
- Ausencia persistente de reactividad de EEG a
estímulos externos a las 72 horas tras PCR (FPR 0%;
95% CI 0-3%. Clase IIb, LOE B-NR).
- Brote-supresión persistente o estado epiléptico resistente al tratamiento en
el EEG 72 a las 72 horas (Clase IIb, LOE B-NR).
- Donación de órganos
- Los pacientes con RCE pero que posteriormente fallecen, se
deben considerar como posibles donantes (Clase I, LOE B-NR)
- los pacientes en los que no se llega a la RCE tras la reanimación o
en los que se retiren las medidas de soporte vital pueden ser
considerados candidatos donantes de hígado o riñón, que son
órganos menos sensibles a la isquemia (Clase IIb, LOE B-NR).
- Rehabilitación
- El ERC añade una nueva sección en relación con la rehabilitación tras
una PCR. Se debe establecer una organización sistemática de los
cuidados de seguimiento; incluyendo una valoración precoz de
potenciales alteraciones cognitivas y emocionales y la aportación de
información y soporte al paciente y a la familia.