Erstellt von faby juarez
vor etwa 6 Jahre
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Lev Vigotsky (Lev Semiónovich Vigotsky, Vigotski o Vygotsky; Orsha, 1896 - Moscú, 1934) Psicólogo soviético. Fue jefe de la orientación sociocultural de la psicología soviética, junto a A. R. Luria y A. N. Leontiev. Con sus investigaciones sobre el proceso de conceptualización en los esquizofrénicos (El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, Pensamiento y lenguaje), y su posterior seguimiento en la obra de sus discípulos, ejerció una gran influencia en la psicología pedagógica occidental. Siendo aún muy niño se trasladó con su familia a Gomel. Sus padres tenían gran interés en que estudiara medicina y, aunque su vocación lo inclinaba a materias de carácter humanístico, consiguió el ingreso en la Facultad de Medicina de Moscú. En el último momento, sin embargo, renunció a su plaza y se matriculó en la Facultad de Derecho. Paralelamente siguió estudios de filosofía e historia en la Universidad Shanyavsky, aunque su titulación no estaba reconocida por las autoridades educativas zaristas. Muchos años después, en la última etapa de su vida, Vigotsky comenzó a estudiar medicina, buscando en ello una explicación de la organización neurológica de las funciones mentales superiores que había estudiado antes desde otras perspectivas. Su prematuro fallecimiento le impidió completar estos estudios. Durante toda su vida Vigotsky se dedicó a la enseñanza. Trabajó inicialmente en Gomel como profesor de psicología y después se trasladó a Moscú, donde se convirtió muy pronto en una figura central de la psicología de la época. Tuvo como alumnos a Alexander Luria y Alexei Leontiev, que se convirtieron en sus primeros colaboradores y seguidores. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/vigotski.htm
1. PENSAMIENTO Y LENGUAJE EN VIGOTSKY En muchos aspectos y teniendo en cuenta el ambiente intelectual y científico predominante en su época, las ideas de Lev Vigotsky pueden considerarse idiosincráticas, revolucionarias e inusuales. Desde una perspectiva general y ya desde muy joven, Vigotsky defendió vehementemente que la Ciencia Psicológica no podía ignorar la conciencia, una visión de la Psicología no demasiado popular ni en su tierra, la URSS, patria de los reflexólogos, ni en el resto del mundo, especialmente en los EEUU donde el paradigma conductista imperaba en los ámbitos académicos y científicos. Dicho de otro modo, el joven pensador defendía una psicología "con mente", epistemológicamente abogaba por un cognitivismo. Por tanto, junto a Piaget, la escuela de la Gestalt y unos pocos coetáneos más, afirmaba que los procesos mentales podían ser investigados y afirmaba la posibilidad de su abordaje científico, al contrario de lo defendido por los conductistas. Desde esta óptica, aquí tendríamos el primer paralelismo evidente entre su punto de vista y el de la Psicología y Neurociencias Cognitivas contemporáneas, incluyendo la actual Psicolingüística: sin ninguna duda, el lenguaje y el resto de funciones mentales tienen una dimensión interna, mental o computacional que puede y debe ser estudiada científicamente. A diferencia de otros psicólogos tanto anteriores como contemporáneos, Vigotsky afirmaba que el pensamiento y el lenguaje, como funciones mentales superiores, tenían raíces genéticas diferentes, tanto filogenética como ontogenéticamente. Eso sí, se desarrollan en una continua influencia recíproca. En este sentido, se diferenciaba claramente de las posturas que estaban defendiendo un continuismo entre el intelecto general y los procesos psicolingüísticos. Por ejemplo, para Jean Piaget, de cuya teoría Vigotsky (1934) hizo un excelente análisis y crítica, ambas capacidades mentales estaban relacionadas, como veremos más adelante. Tampoco para el Conductismo tenía sentido establecer una diferenciación entre conductas inteligentes y conductas verbales: ambos tipos de comportamientos eran aprendidos mediante los mismos mecanismos de condicionamiento. Para Vigotsky, sin embargo, las dos funciones se desarrollan de forma independiente, y según el autor, esto es evidente tanto en la adquisición y desarrollo de ambas en el niño como desde una perspectiva comparada y evolucionista. A Vigotsky no se le escapaba la interrelación que se establecía entre ambas capacidades en un momento determinado del desarrollo (la aparición, por ejemplo, de la inteligencia o del pensamiento verbal), así como la influencia del lenguaje en otras capacidades cognitivas. Sin embargo, defendió tanto la existencia de estadios de desarrollo del habla pre-intelectuales como de pensamiento e inteligencia pre-lingüísticos. En esa íntima interrelación, Vigotsky pensaba además que el lenguaje podía determinar el desarrollo del pensamiento. En suma, el desarrollo evolutivo del niño, de hecho, es el resultante no tanto de cambios en las dos funciones como de cambios en las conexiones mutuas entre ellas. En un momento concreto "… dichas líneas se encuentran, por lo que el pensamiento se hace verbal, y el habla, racional" (Vigotsky, 1995: 97). Desde una perspectiva filogénetica, su postura presentaba una gran similitud. Vigotsky, al igual que Wolfgang Köhler, defendió que otros animales podían tener inteligencia, como es el caso de los primates no humanos, y que dicha capacidad y el lenguaje estaban disociados. En palabras del autor "En los animales, el lenguaje y el pensamiento brotan de raíces diferentes y se desarrollan en diferentes líneas" (Vigotsky, 1995: 97). Refiriéndose a los monos y primates, aceptaba, por tanto, que los animales tuvieran un lenguaje, si bien bastante diferente al humano. Sin embargo, Vigotsky sostenía que esas estrechas correspondencias ya mencionadas entre pensamiento y lenguaje, propias del ser humano, no se daban en los antropoides. También en la filogenia defendía etapas pre-lingüísticas en el desarrollo del pensamiento y fases pre-intelectuales en el desarrollo del habla.
2. LENGUAJE, INTELIGENCIA Y COMUNICACIÓN ANIMAL Es obvio que el lenguaje no es la única habilidad cognitiva que tenemos. Es una más entre todo un entramado de capacidades que abarcan la percepción, la memoria, la atención, el razonamiento, el pensamiento, la capacidad de cálculo y el resto de lo que podríamos llamar conductas o habilidades inteligentes. Dicho de otra forma, la "inteligencia", para la mayor parte de científicos cognitivos, no es una aptitud única y transparente, sino que la cognición implica numerosos sistemas especializados y relativamente autónomos (Mehler y Dupoux, 1990). Sin embargo, no es menos cierto que estas capacidades autónomas interactúan continuamente entre sí. Por ello, investigar la dependencia/independencia entre el lenguaje y el resto de la vida mental es un objetivo prioritario para todos aquellos interesados en la Lingüística y Psicología del Lenguaje, en particular, y en la cognición humana, en general, tal y como lo fue para Lev Vigotsky. La relación entre el lenguaje y el resto de la cognición está estrechamente conectada con uno de los temas de debate e investigación más apasionantes sobre el lenguaje: ¿es el lenguaje una capacidad innata, con la que nacemos, o por el contrario tiene un origen cultural y, por tanto, es aprendido o adquirido como tantas otras conductas inteligentes humanas? A su vez, este debate entronca y es un reflejo del tradicional enfrentamiento dialéctico entre dos concepciones históricas sobre el conocimiento humano: la tradición racionalista y la tradición empirista. Para aquellos que abogan por un instinto del lenguaje propio del ser humano, y que defienden que gran parte de lo que entendemos por conducta lingüística está genéticamente programada, es necesario demostrar que el lenguaje es independiente del resto de la cognición, que es un módulo cognitivo y una facultad autónoma. Dentro de la moderna Psicología del Lenguaje así como de la Lingüística, el debate renació y cobró una inusitada fuerza en la crítica que hizo el lingüista Noam Chomsky al psicólogo experimental y uno de los máximos exponentes del neoconductismo, B.F. Skinner. Para Chomsky, heredero de la tradición platónica como él mismo defendió (Chomsky, 1988), el lenguaje no se aprende sino que forma parte de nuestro equipamiento genético y se desarrolla a partir de procesos madurativos, siendo el ambiente un mero mecanismo disparador (Carreiras, 1997). Desde esta perspectiva, el lenguaje es cualitativamente distinto del resto de conductas inteligentes: es un módulo cognitivo, en términos fodorianos (Fodor, 1983), y por tanto sus estructuras y modo de funcionamiento son en buena medida automáticos, encapsulados y no influidos por el resto de la cognición. El lenguaje sería, por tanto, una habilidad específica de dominio. La cognición interactuaría sólo con el output o producto final del módulo lingüístico. Pero para demostrar que el lenguaje es realmente un módulo, una habilidad específica de dominio, resulta imprescindible encontrar pruebas de que el lenguaje no depende de la inteligencia general ni del resto de actividades cognitivas. Una buena parte de la investigación en adquisición del lenguaje se ha dedicado precisamente a intentar apoyar o refutar esta idea que es, precisamente, la que defendió Vigotsky. A nivel epistemológico, es relevante destacar que tanto el lingüista Noam Chomsky como los primeros psicólogos cognitivos que pusieron a prueba experimentalmente en los laboratorios su teoría (Miller, Garrett o Mehler, por citar algunos de los más destacados), se consideran los fundadores de la entonces nueva disciplina científica, a caballo entre la Lingüística y la nueva Psicología Cognitiva: la Psicolingüística moderna. Para estos psicólogos y quizás pecando de reduccionismo, se trataba de estudiar cómo en la actuación (la conducta mensurable) se reflejaba la competencia lingüística chomskyana.
3. LOS ESTUDIOS CON PRIMATES NO HUMANOS Los primates no humanos y concretamente los chimpancés son las segundas criaturas en inteligencia del reino animal (Pinker, 1994), por lo cual deberían ser capaces de aprender un lenguaje, aunque fuera de menor sofisticación que el nuestro. Muchos defensores de la teoría de la continuidad, desde los años 30 hasta la actualidad, se han empeñado en enseñar el lenguaje a chimpancés y gorilas, algunos de cuyos estudios pioneros fueron analizados y comentados ya por Vigotsky (1934). El razonamiento que subyace a estos trabajos se basa en la premisa de que el lenguaje es fruto de una evolución o refinamiento progresivo de sistemas de comunicación animal más primitivos. Aparte de ciertos cambios evolutivos en los órganos vocales y en los circuitos neurales responsables de la percepción y producción del habla, lo que nos diferencia de otras especies es un incremento en las habilidades generales de aprendizaje o inteligencia. Desde este punto de vista los chimpancés, que poseen una elevada inteligencia, deberían ser capaces de aprender un lenguaje, quizás no tan complejo como el humano pero sí con las mismas características esenciales. Por ello, son muchos los esfuerzos que se han realizado en esta línea, entrenando intensivamente a primates en las artes del lenguaje.
4. LENGUAJE Y EVOLUCIÓN En principio, todas estas conclusiones parecen constituir un claro apoyo a la teoría de la discontinuidad y por tanto a la teoría vigotskyana. No existe un continuo entre comunicación animal y lenguaje: éste no es una mera evolución de aquélla. Sin embargo, este planteamiento pudiera ser problemático y entrar en conflicto con la teoría de la evolución de Darwin. Para autores como Bates et al. (1991), es necesario encontrar el origen del lenguaje en las características mentales y conductuales que compartimos con otras especies porque lo contrario sería ir contra los postulados darwinistas. El lenguaje tuvo que evolucionar a partir de sistemas comunicativos y simbólicos evolutivamente más antiguos (Bates y McWhinney, 1989). Sin embargo, Pinker (1994) atribuyó este tipo de objeciones e hipótesis a una interpretación incorrecta de la doctrina de Darwin. La evolución no debe ser vista como una escalera o cadena continua donde los eslabones son las especies, sino como un árbol con múltiples ramificaciones. Aunque gorilas, chimpancés y humanos provengan del mismo tronco o rama inicial, constituyen distintas subramas separadas. Desde esta óptica, el resto de los primates no están debajo de nosotros sino en ramas diferentes. Las primeras formas de lenguaje, para Pinker, pudieron aparecer una vez que la rama que conduce a la especie humana se separó de la que conduce a los chimpancés. El resultado es que los chimpancés no tendrían lenguaje, y no debe resultar extraño que ninguna otra especie, por muy próxima a nosotros que esté, lo tenga. Otro problema estrechamente relacionado es que en la evolución de las especies las novedades absolutas son imposibles: incluso aceptando algún tipo de mutación, el lenguaje no puede haber surgido de la nada sino que tiene que haber evolucionado de algún rasgo antecedente o conducta evolutivamente previa. Pero como vimos anteriormente, las diferencias entre lenguaje y comunicación animal son de tipo cualitativo, dando lugar a la paradoja de que el lenguaje difícilmente puede haber evolucionado de la comunicación animal (Bickerton, 1990). Entonces ¿de qué sistema anterior ha evolucionado el lenguaje? Lieberman (1991), basándose en estudios paleontológicos sobre los tractos vocales de homínidos, así como de posibles localizaciones de las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje, defendió que éste surge hace aproximadamente 400.000 años con la aparición del homo sapiens, y que es consecuencia de preadaptaciones relacionadas con otras funciones. Dicho de otro modo, el lenguaje sería un órgano nuevo fruto de desarrollos en funciones no relacionadas originariamente con el lenguaje, tales como el control manual de instrumentos. De este modo, el lenguaje no es consecuencia de la evolución de capacidades cognitivas generales sino más bien al contrario.
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