Una valoración crítica es un texto sencillo que recoge los aspectos fundamentales de una obra literaria y en el que hacemos un juicio crítico objetivo/opinión personal objetiva de dicha obra en el que se destaquen elementos (temáticos, estructurales, estilísticos, históricos, etc.) que hayan llamado la atención del lector. Para ello, deberemos elaborar un texto de modalidad expositiva-argumentativa con razonamientos sólidos y con un estilo adecuado, coherente y cohesionado de en torno a 150-200 palabras. Es importante concentrar la mayor cantidad de información en pocas líneas, así que no hay que ser excesivamente subjetivo en los juicios u opiniones y debemos evitar palabrería innnecesaria que impida una progresión temática adecuada y fluida. La valoración crítica debe estructurarse en tres o cuatro párrafos. En el primer párrafo haremos una contextualización de la obra, en la que mencionaremos el título, el autor, el género literario y la corriente artística a los que corresponde la obra, la época en la que fue escrita o publicadao y la importancia literaria, cultural o intelectual que tienen la obra y el autor en su contexto histórico. A continuación, dedicaremos un párrafo al contenido de la obra. Expondremos de manera general el tema o la tesis que se defiende en sus páginas, recogiendo un brevísimo argumento que exponga los puntos esenciales de la trama, o cualquier otro elemento que se ponga de manifiesto en el texto: carácter de los personajes, tratamiento del tiempo y del espacio, novedad en los temas abordados, perspectivas, voz del narrador o del yo poético, focalización y punto de vista… Ahora dedicaremos un nuevo párrafo a datos relacionados con la estructura interna de la obra, con el tono adoptado por el autor o con la ideología transmitida, y realizar una valoración del estilo literario (es decir, la forma) del autor en donde se pongan de relieve los mecanismos empleados para lograr la finalidad perseguida (esto es, aspectos morfosintácticos, léxico-semánticos, fónicos, etc.) Finalmente, acabaremos nuestro comentario con una breve conclusión. En ella podemos citar otras obras literarias del mismo contexto histórico y hacer mención a la actualidad, pervivencia y pertinencia de la lectura de la obra en el momento presente y su relevancia literaria.
Decir "estoy de acuerdo" o "no estoy de acuerdo" sin argumentar las razones. Expresar ideas que contradigan las del autor sin justificarlas. Volver a contar el texto resumido. Intentar impresionar a los correctores del comentario de texto expresando ideas "muy originales", pero poco justificadas o razonables. Salirse del tema, es decir, irse por las ramas. Ser innecesariamente irónico o irrespetuoso con el autor del texto. Ser subjetivo y tomarse el tema a pecho. Usar vocabulario complejo o sinónimos obscuros en exceso. Debemos evitar tanto coloquialismos como pedantería.
Leer el texto una o dos veces antes de entregarlo para corregir faltas de ortografía y puntuación. Aunque parezca que no, este paso es imprescindible. ¡No te lo saltes! Asegurarnos de que la letra se entiende y está límpio y sin tachones. Asegurarnos de que el texto está cohesionado, es coherente y nuestro estilo, registro y léxico se adecua a la situación.
Debemos emplear conectores y marcadores discursivos para facilitar la exposición y la lectura de nuestro comentario. Nuestro comentario debe contar con una estructura ordenada en la que queden patentes tanto la contextualización, la valoración temática, formal y literaria más personal y la conclusión final. Debemos ceñirnos al límite de palabras. Si nos excedemos, que sea por muy poco.
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