A. Definición de la Enfermedad
La obesidad infantil hace referencia a una condición en la que se da una acumulación anormal o excesiva de tejido adiposo en el cuerpo de un niño, que puede afectar adversamente su salud y bienestar. Este estado corporal se caracteriza por un desequilibrio en el balance energético, donde la ingesta de energía supera al gasto. Aunque es fácil de identificar desde una perspectiva física, definirla psicológicamente es algo más complejo, implicando factores psicológicos, sociales y culturales. La obesidad infantil es una enfermedad compleja, multicausal y difícil de tratar, con raíces genéticas, hábitos alimentarios inadecuados y estilos de vida sedentarios. La obesidad no es solo un trastorno biológico, sino que involucra aspectos emocionales y conductuales que resultan de su impacto psicosocial en el individuo.
B. Características de la Enfermedad
La obesidad infantil ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial en el siglo XXI. Desde 1980, la prevalencia de obesidad en niños se ha duplicado, convirtiéndola en una de las enfermedades nutricionales más trascendentales en esta etapa de la vida. Factores como: la genética, la cultura, los hábitos de vida y el entorno social contribuyen a su origen. Tradicionalmente, la dieta y el ejercicio han sido los pilares del tratamiento, pero enfoques más holísticos se reconocen ahora, considerando aspectos psicológicos y socio-familiares. Se ha integrado la terapia conductual basada en la familia y la escuela para abordar la motivación, cumplimiento del programa y consecuencias psicológicas de la obesidad. La obesidad infantil es una enfermedad crónica que puede desencadenar otras patologías graves, y su manejo implica cambios tanto en los individuos como en los estilos de vida familiares.
C. Abordaje de la psicología de la salud en el tratamiento de la enfermedad.
La obesidad infantil requiere un enfoque integral y multidisciplinario, donde la psicología desempeña un papel fundamental. Más allá de abordar solo la dieta y el ejercicio, es necesario comprender la complejidad de los comportamientos arraigados. La intervención psicológica busca motivar emocionalmente al niño y a la familia, fomentando la responsabilidad y participación activa en la modificación de estilos de vida. Además, la familia es un componente esencial e importante, reconociendo su influencia en la formación de hábitos y promoviendo cambios duraderos tanto en la dinámica familiar como en la adopción de hábitos saludables. El objetivo de una intervención desde el punto psicológico no es solo reducir el peso, sino también lograr un cambio profundo en actitudes y comportamientos, manteniendo la conciencia de la importancia de modificar hábitos en el largo plazo.
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