Momentos de intervención

MOMENTOS DE INTERVENCIÓN El hábito de dormir puede ser enseñado. La mayoría de problemas que presentan los niños y ni­ñas relacionados con el sueño son: - no poder conciliar el sueño. - no querer quedarse solos o solas en su habitación. - despertarse repetidamente a lo largo de la noche. Para ello es importante incidir en algunos aspectos: Ø Problema de separación que pueden presen­tar los niños y niñas y las personas adultas. - Niño/a necesidad fisiológica de sentirse seguro/a y de afecto.- Persona adulta tiene que favorecer el proceso de separación. Ø Los problemas relacionados con la adquisición del hábito de dormir propiamente dicho. Existen una serie de aspec­tos muy importantes que hay que tener en cuenta para un buen aprendizaje del hábito de dormir: · Horario: 3 primeros meses de vida del bebé ajustar el horario de comidas y de momentos de descanso al ritmo biológico del niño o niña Progresivamente el bebé tendrá que adaptar su ritmo al ritmo biológico de las 24 horas de las personas adultas. · Actividades que generen rutinas relacio­nadas con el momento de irse a dormir, les dará seguridad. · Mantener una serie de condiciones que facili­ten la conciliación del sueño: A nivel ambiental (luz, sonido, temperatura, ambienta­ción) Objetos de transición que dan seguridad a los niños y niñas (como son los ositos, mantas, chupetes...). · Mantener pautas de actuación claras, dando siempre la misma respuesta a las demandas del niño y niña expresadas a través del llanto, de manera que sean capaces de mantener la calma y expli­car de manera sosegada y segura al niño y niña cuál es la situación. Ø Respetar las características individuales de cada niño y niña En la mayoría de casos los progenitores realizan la con­sulta al pediatra cuando la situación ya es insostenible. Desde la es­cuela infantil orientar a las madres y padres a través de charlas informati­vas. Respecto a la intervención con los niños y las ni­ñas, si se entiende que la escuela infantil ha de en­focar toda la actividad educativa y asistencial bajo la concepción integral y globalizadora, las rutinas y los hábitos tienen que formar parte de la pro­gramación. De esta manera, la hora del descanso se tiene que programar y evaluar para conseguir mejorarla, para ello se han de programar las acti­vidades a desarrollar en tres momentos claves: · Antes de dormir. Actividades cotidianas que se realizan después de las comidas (lavarse las ma­nos, los dientes, hacer pipí...), coger los objetos que necesita para dormir, descalzarse y dejar los zapatos en su sitio, tumbarse en la hamaca, el colchón, música relajante, bajar las persianas para dejar el dormitorio en penumbra, explicar un cuento y... ¡a descansar! · Durante el tiempo de descanso, en el que la persona adulta debe estar allí, y puede ser un buen mo­mento para recoger las observaciones realizadas en las diferentes actividades desarrolladas. · Después de dormir. Subir lentamente las per­sianas, despertar poco a poco a los niños y niñas (puede ser con una canción), volver al estado de vigilia cada uno siguiendo su propio ritmo, recoger los objetos de dormir, ponerse los zapatos, y volver al lavabo para hacer otro pipí.-