origen de la tecnologia

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es un texto sobre el origen de la ciencia y de la tecnología
paulina  macias
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paulina  macias
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ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

Toda sociedad humana produce conocimiento y utiliza técnicas para resolver sus problemas. La ciencia es el saber conceptual oficial de una sociedad, el cual es utilizado para comprender el mundo, para suministrar explicaciones, relatos coherentes, clasificaciones lo más organizadas posibles de los seres, los objetos, los acontecimientos de la vida humana. La ciencia nace como una parte especializada del lenguaje verbal en la cual ese lenguaje se vuelve más preciso y coherente que el lenguaje de uso diario. Se desarrollan clasificaciones organizadas conceptualmente y conceptos cada vez más generales y abstractos y de cada vez más amplia aplicación. Así surgen las taxonomías y las teorías explicativas. La técnica es un saber hacer relacionado con objetos inanimados. Está relacionada con el desarrollo y uso de artefactos (objetos que son producto de la acción humana). Esos artefactos pueden ser para uso directo (vestido, adorno, techo); o pueden ser herramientas, utensilios, objetos útiles en la consecución de fines directos; o pueden ser herramientas para fabricar herramientas y así sucesivamente en progresivos grados de elaboración. El conjunto de artefactos que utiliza una sociedad es la base de su saber técnico. Ese saber técnico puede ser tan sencillo que solo incluya un centenar de utensilios, o puede ser más elaborado e incluir miles o millones de ellos. El modo de vida de la sociedad determinará esa cantidad. En una sociedad con un desarrollo técnico muy elaborado un solo dispositivo puede tener miles de elementos. A medida que aumenta el número de utensilios y dispositivos técnicos, se van haciendo evidentes unos principios técnicos básicos, unos procedimientos básicos, unos materiales fundamentales que se combinan de muchas formas diferentes para dar origen a diferentes productos. Esos elementos básicos caracterizan el desarrollo técnico de una sociedad y por eso las primeras comunidades humanas se clasifican por los materiales que usaban en Edad de Piedra, Edad del Bronce, Edad del Hierro. Una vez se conocen los procedimientos para dar forma a los metales (al hierro, por ejemplo) se multiplicarán los objetos para diferentes usos, que utilizan estos materiales. Una vez se descubra un principio técnico, este se tratará de aplicar de muchas formas. Por ejemplo, una vez se haya descubierto que el filo de los objetos corta, o que una vara se puede usar como palanca, surgen muchas aplicaciones de cada uno de los principios y luego aplicaciones que combinan diferentes principios y conocimientos básicos sobre técnicas de fabricación o de utilización de algún tipo de materiales. Se descubren técnicas que se vuelven básicas para el desarrollo de otras técnicas, como puede ser el caso de las técnicas de medición de longitudes, de volúmenes, de pesos o el uso del dibujo técnico para representar lo que se va a construir o fabricar. Aparecen artefactos para desarrollar artefactos y conjuntos integrados de varios artefactos. Este tipo de articulación de las técnicas es lo que se denomina la tecnología de una sociedad. O sea que tecnología es simplemente un conjunto más o menos articulado de técnicas. El repertorio técnico y tecnológico que necesita - y que a su vez es capaz de usar - una sociedad depende mucho de su forma de vida. El grado de desarrollo tecnológico de una sociedad se puede dimensionar contando el número de artefactos (hechos por los humanos), el nivel de elaboración e interrelación de esos artefactos, el número máximo de elementos que puede tener un dispositivo, la cantidad de diferentes materiales que se usan, la cantidad de diferentes técnicas de fabricación. En este punto debemos observar que a lo largo de este curso se usará la palabra técnica solamente para referirse al saber hacer relacionado con objetos inanimados. Para el saber hacer relacionado con los seres vivos, bien sean vegetales, animales o humanos se usará la palabra método en vez de técnica y metodología en vez de tecnología. En ese sentido será incorrecto usar la palabra técnica para referirse, por ejemplo, al método de respiración utilizado para relajarse, o a la serie de pasos que se usan para adiestrar una mascota, o a los diferentes métodos de injerto. Obviamente, esos métodos pueden estar asistidos por artefactos provenientes de la técnica. Puedo usar un reloj para medir el tiempo de relajación, puedo usar correas y huesos artificiales para adiestrar a un perro, puedo usar el arado para oxigenar la tierra y cultivar maíz. El saber técnico tuvo un cambio cualitativo cuando el ser humano inventó la aldea y el modo de vivir sedentario. Cuando esa aldea se hizo más estable y se convirtió en ciudad la posibilidad de guardar muchos utensilios se hizo inmensa y empezaron a aparecer más y mejores materiales. Además la ciudad llevó a una mayor especialización en el trabajo, empezaron a aparecer especialistas en cada una de las actividades, lo cual facilitó el descubrimiento de más procedimientos básicos y más principios técnicos. La casa es un gran artefacto, compuesta por un número grande de elementos y la ciudad puede verse como un sistema coordinado de muchos artefactos, como un superartefacto, un gran dispositivo construido por el ser humano. Obviamente no solo hubo un gran salto técnico y tecnológico al aparecer la ciudad. Las relaciones humanas se volvieron mucho más complejas, el lenguaje se hizo más elaborado. Fue necesario que el humano fuera consciente de la organización social que se daba a sí mismo, por lo que surgió la política y el derecho. El derecho con su serie de normas y preceptos dio además un primer modelo para interpretar la realidad. La naturaleza también debía seguir leyes. El derecho fue por lo tanto predecesor de la ciencia. En resumen, la invención de la ciudad fue uno de los mayores descubrimientos de la humanidad. No en vano muchos autores afirman que las dos invenciones principales de la humanidad, que nos separan del resto de primates, son el lenguaje verbal y la ciudad. Con el progresivo desarrollo de la ciudad el mundo del humano se vuelve cada vez más un mundo construido por la misma especie; cada vez más su hábitat se limita a ser solamente lo que la especie misma ha construido. La ciudad más antigua de que se tenga registro arqueológico, es Jericó, sus vestigios tienen 12.000 años de antigüedad, aproximadamente. Con la aparición de las primeras ciudades en Asia y Europa se desarrollaron las edades de los metales, del cobre, el oro y el bronce primero y luego (al menos en Europa y Asia), del hierro. Las primeras grandes civilizaciones euroasiáticas coincidieron con el paso de la Edad de Bronce a la Edad del Hierro aproximadamente unos 3.000 años antes de nuestra era. Hace 2.000 años ya existía una ciudad (Roma) con un millón de habitantes. El desarrollo de la ciencia y la tecnología en Roma, en las demás ciudades del imperio romano y en toda el área de influencia de esta red de ciudades, fue muy grande. La sociedad urbana romana se extendió por Europa y sus alrededores constituyéndose en un sistema interconectado que articuló grandes áreas y fue el sistema social, político, económico, tecnológico, cultural y militar más grande y complejo de la antigüedad, el cual anticipó el actual hábitat artificial que construyó la especie encima del hábitat natural donde vivimos los seres humanos de la actualidad. También existieron grandes ciudades en China, en el lejano oriente, en América, en África, sin embargo seguiremos principalmente el curso de los acontecimientos en Europa y en el Cercano Oriente, ya que fue en esta región donde posteriormente se logró el desarrollo que dio origen a las actuales ciencia y tecnología occidentales que se han difundido por todo el planeta. Tanto la ciencia como el saber técnico son patrimonios de toda la sociedad que las crea y existe una parte de esos saberes que es compartida por un amplio número de sus integrantes. Sin embargo, en la medida en que la especialización de labores avanza, se forman núcleos más o menos cerrados dentro de los cuales se tiene un dominio más amplio de esos saberes. Los sacerdotes primero y los filósofos después van haciéndose dueños del saber conceptual teórico, del conocimiento oficial avanzado de la ciencia. Los artesanos primero y luego el conjunto de técnicos, constructores, tejedores, ceramistas, ferreros, van apropiándose del saber práctico que aprovechan otros especialistas en otras labores como los pastores, los agricultores o los soldados. En las sociedades urbanas de la antigüedad se tenían ya redes sociales complejas que manejaban los dos tipos de saberes. En Roma se dio una especialización avanzada en la cual existían filósofos, escribanos, legisladores, políticos, historiadores, sacerdotes y adivinos, astrónomos y naturalistas, que manejaban todos ellos el saber verbal conceptual. Por otra parte estaban los que hacían el trabajo físico, que básicamente eran esclavos, o en todo caso, no eran ciudadanos romanos. Sólo aquellos más sobresalientes en su oficio, en su arte, en su técnica podían aumentar su fortuna, su importancia social e incluso convertirse en ciudadanos romanos como muchos gladiadores, soldados y constructores famosos. Tal es el caso de Vitruvius eminente arquitecto romano del siglo I al que se atribuye el acueducto romano y quien escribió diez volúmenes en latín sobre las técnicas de construcción y sobre el arte de la arquitectura, que luego pasaron a la posteridad como la primera enciclopedia técnica del mundo. En la sociedad romana y en las sociedades esclavistas en general se dio una división de labores tal que las actividades relacionadas con los artefactos y el mundo físico estaba reservado a los esclavos y ciudadanos no romanos y el trabajo intelectual, el conocimiento conceptual, las artes liberales (de los hombres libres), el derecho, la política eran para los ciudadanos romanos. Ese carácter subordinado no permitió que el saber técnico se uniera al saber de la ciencia, ya que esos dos tipos de saberes estaban, en principio, en manos de clases diferentes de la sociedad. En Europa fue necesaria la caída del Imperio Romano y el auge de los pueblos provenientes del norte (francos, germanos, normandos y posteriormente los pueblos escandinavos como los vikingos) para que el conocimiento técnico y el científico empezaran a acercarse y se diera un gran impulso al desarrollo de la tecnología. En los países donde la cultura latina y la cultura proveniente de esos pueblos (los llamados bárbaros en tiempos del imperio romano) se pudieron fundir, surgieron los maestros artesanos medievales con cada vez mayor inteligencia práctica, lo que finalmente produjo en el siglo 18 en Europa lo que terminó llamándose la Revolución Industrial, ese desarrollo de "dedos inteligentes y cabezas duras". Simultáneamente surgieron los científicos con espíritu cada vez más práctico, desde Francis Bacon hasta James Watt que se fueron acercando cada vez más a los problemas de la producción propios del saber técnico, aportando ideas y nuevos principios que desarrollaron la metalurgia, la construcción de máquinas, el desarrollo de instrumentos de medición y dieron bases matemáticas y geométricas a la precisión en la construcción de obras civiles y en la fabricación de todo tipo de artefactos. Científicos prácticos que precedieron a los Faraday y a los Pasteur que posteriormente darían lugar a los científicos empresarios o emprendedores como Thomas Alva Edison a principios del siglo XX o Bill Gates en sus finales. La ciencia europea cada vez más sistemática y rigurosa dio una base cada vez más sólida a partir de los siglos 17 y 18 para la articulación de las técnicas en la tecnología europea. La tecnología cada vez más elaborada y compleja dio a su vez un renovado empuje a la ciencia, realimentándose mutuamente. La ciencia y la tecnología europeas lograron así unos niveles de elaboración nunca vistos antes en la historia de la humanidad. Durante muchos siglos en occidente, al igual que en las demás sociedades humanas la ciencia estuvo basada en el criterio de autoridad. Solo al término de la Edad Media algunos científicos europeos comenzaron a romper con ese criterio y postularon la comprobación experimental mediante medición y uso del lenguaje geométrico y matemático como el criterio para sostener su autoridad. Esa ruptura fue posible por contar con utensilios de una técnica refinada como relojes y telescopios. El éxito de la física estableció el modelo matemático- experimental como paradigma en la ciencia; luego la química empezó a realizar mediciones del aire, del agua en todos sus estados, del calor y la presión y establecer leyes matemáticas para predecir el resultado de otras mediciones en otras condiciones. Cuando se introdujeron clasificaciones de plantas y animales que tenían una base conceptual relacionada con la observación detallada de las partes que las componen y de sus diferentes funciones y se empezaron a cuantificar algunas propiedades, la biología también entró en un modelo similar de ciencia. Los siglos XIX y XX han presenciado el cada vez mayor acercamiento entre los saberes de la ciencia, de las técnicas, de la medicina y la biología, el comercio, las finanzas, la publicidad, la sicología y la sociología hasta producir la paradójica situación actual en la cual cada vez hay más saberes especializados sobre áreas cada vez más pequeñas y simultáneamente se están produciendo paradigmas generalizantes transversales a muchos saberes que tienen que dar cuenta tanto de los conceptos más generales como de los desarrollos más detallados y locales. Surge la tecnociencia como una fusión del saber práctico y el teórico y se generaliza el surgimiento de saberes locales que tiene que articularse con un lenguaje universal. Sin embargo todavía la humanidad está muy lejos de haber logrado esas síntesis, como se ilustra muy bien en la dificultad aún hoy existente de integrar el desarrollo científico- tecnológico europeo, hoy extendido en todo el mundo, con los conocimientos milenarios de Oriente o con la compleja sabiduría de los pueblos amazónicos. La construcción simbólica colectiva que trata de modelar sectores cada vez más amplios de la naturaleza y de la vida humana es cada vez más intrincada y compleja. La ciencia occidental ha tenido bastante éxito en el modelamiento del mundo inanimado y en la predicción del comportamiento de complejísimos dispositivos que ha construido a partir de la combinación de artefactos más simples. Ha logrado con sus artefactos observar, medir e intervenir en la vida de los seres animados. Ha tratado de duplicar con modelos nacidos del método analítico cartesiano toda la complejidad de la vida, considerando los millones de átomos y partículas elementales en que ha subdividido la realidad. Pero a pesar de poder construir modelos con números cada vez mayores de partículas y elementos, la complejidad de lo viviente, del individuo humano y de las sociedades humanas se le desliza entre los dedos. Uno de los primeros científicos en advertir la necesidad de nuevos paradigmas fue Ludwig von Bertalanffy, padre de la Teoría General de Sistemas. Sin embargo, muy temprano en la transición del siglo XIX al XX ya Nietszche había vislumbrado los grandes problemas de la ciencia y la filosofía que hoy enfrenta occidente. En cualquier caso en la sociedad mundial seguirán subsistiendo técnicas individuales, técnicas locales, técnicas de un grupo de personas, como siguen subsistiendo interpretaciones divergentes del conocimiento oficial de la sociedad, más o menos estructuradas y organizadas (el Candomblé y la Macumba, por ejemplo). Sería totalmente inconcebible pensar que ya no existe ninguna diferencia entre técnicas, tecnología y ciencia y que todos estos desarrollos se van a fundir en una sola cosa. El ser humano vive cada día más en un mundo construido por él mismo, el cual puede en buena medida diseñar y controlar pero nunca debe aspirar a conocer y controlar completamente el planeta y las fuerzas grandes y pequeñas de la naturaleza. Además, aún le queda a la especie una tarea gigantesca que desarrollar, que es conocer y aprender a actuar adecuadamente sobre el mundo de la vida, sobre el mundo del individuo humano y sobre la sociedad humana. Aún queda mucho trabajo muy importante por hacer. ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS La ciencia es el saber conceptual oficial de una sociedad. La técnica es un saber hacer relacionado con objetos inanimados. La tecnología es simplemente un conjunto más o menos articulado de técnicas. La ciencia europea cada vez más sistemática y rigurosa dio una base cada vez más sólida a partir de los siglos 17 y 18 para la articulación de las técnicas en la tecnología europea. La tecnología cada vez más elaborada y compleja dio a su vez un renovado empuje a la ciencia, realimentándose mutuamente. La ciencia y la tecnología europeas lograron así unos niveles de elaboración nunca visto antes en la historia de la humanidad.

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