Erstellt von Elianet Sosa
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Horizontes culturales Al comenzar el siglo xx, varios historiadores de Mesoamérica propusieron distintas maneras de ordenar las etapas que caracterizaban a esta región. En los años cincuenta lograron un acuerdo: adoptar el término horizonte cultural y dividir el periodo en tres grandes etapas (Preclásico, Clásico y Posclásico).Un horizonte cultural es un periodo de desarrollo histórico en el cual predominan algunas tendencias generales en la forma de vida, las creencias, la cerámica y la arquitectura.Horizonte PreclásicoEl horizonte "Formativo" o "Preclásico" abarca desde el 1,500 a.C., cuando comenzaron a desarrollarse las primeras aldeas agrícolas, hasta el año 200 d.C, periodo en el cual se consolidó una de las grandes civilizaciones de Mesoamérica: la olmeca. La agricultura cambió la forma de vivir de la gente; le permitió establecerse en aldeas y comenzó una forma de vida sedentaria pues la cosecha aseguraba comida para todos y ya no hubo necesidad de ir de un lugar a otro en busca de alimento. Poco a poco la población aumentó y las aldeas crecieron. Sus habitantes aprendieron a hacer ollas, cántaros y platos de barro. Trabajaban la piedra y domesticaron animales como el guajolote, el pato y un perro llamado "itzcuintli". Con el tiempo, algunas aldeas se convirtieron en ciudades y centros ceremoniales como Cuicuilco, construido a orillas de uno de los lagos que había en la cuenca del valle de México. En el Preclásico, Cuicuilco fue el poblado más importante de esa región. De esa población sólo se conserva una pirámide de base circular, rodeada por el pedregal que formó la lava del Xitle, un pequeño volcán en las faldas del Ajusco cuya erupción destruyó el sitio. El proceso de crecimiento aldeano, que tuvo lugar en varias partes de Mesoamérica, habría de culminar con el establecimiento de la cultura olmeca. Surgida en tierras cálidas y húmedas de la costa del Golfo de México, esta cultura estuvo favorecida por la abundancia de agua; su poder y vigorosa influencia se extenderían por toda el área y más allá de sus fronteras.Horizonte Clásico: La revolución del Preclásico permitió el surgimiento de nuevas culturas: los teotihuacanos, los zapotecas y los mayas, quienes crearían las más exquisitas civilizaciones de Mesoamérica. Tras la revolución urbana que caracterizó al Horizonte Preclásico, los pueblos mesoamericanos iniciaron un periodo de gran desarrollo: crearon avanzadas técnicas agrícolas como las terrazas, las chinampas, el sistema de roza y una serie de obras hidráulicas que posibilitaron el riego mediante canales. La producción de un excedente agrícola y alimentario permitió la especialización de los artesanos. Así, durante este horizonte nacieron los más grandes albañiles, tejedores, pintores, alfareros, lapidarios y ceramistas del México antiguo. Asimismo, la suma de los excedentes y la producción de los artesanos permitió la aparición de grupos expertos en el comercio, mismos que recorrieron el territorio mesoamericano realizando intercambios. Las sociedades clásicas del México prehispánico se caracterizaron por una marcadísima división social: sacerdotes, jefes militares, nobles y algunos comerciantes de gran importancia constituían grupos privilegiados. Mientras que el resto de la población -integrada por agricultores, artesanos y trabajadores empobrecidos- constituían otro gran grupo social. La mayoría de las civilizaciones clásicas eran dirigidas por medio de teocracias, en las cuales los sacerdotes y los gobernantes ejercían el poder absoluto, aunque hacia el final del horizonte los grupos militares se fortalecieron a tal grado que lograron compartir el poder con los sacerdotes y los gobernantes. Durante este horizonte, en todo el territorio mesoamericano se difundió el culto al dios de la lluvia y el juego de pelota como actividad ritual. Asimismo, durante esta etapa los pueblos mesoamericanos perfeccionaron la escritura jeroglífica, los sistemas matemáticos vigesimales y los calendarios civil y ritual. Entre los años 600 y 900 los Estados mesoamericanos más poderosos se extinguieron por causas aún desconocidas, aunque sus tradiciones culturales sobrevivieron a este horizonte. Las civilizaciones más importantes del periodo Clásico en Mesoamérica fueron la teotihuacana, la maya y la zapoteca, aunque las dos últimas continuaron su desarrollo durante el Horizonte Posclásico. La civilización teotihuacana es considerada como la más representativa del Horizonte Clásico. Su vida se prolongó durante poco más de diez siglos y alcanzó su esplendor entre los años 300 y 600. Los teotihuacanos -al igual que los olmecas- influyeron de manera decisiva en Mesoamérica; las evidencias de su importancia se encuentran incluso en territorios pertenecientes a Aridoamérica, tal es el caso de los vestigios hallados en Chihuahua, Durango, Nayarit y Zacatecas. Los teotihuacanos fueron grandes agricultores y artesanos. Sus obras arquitectónicas, artísticas y artesanales aún nos maravillan gracias a las pirámides del Sol y la Luna, las espléndidas pinturas y grabados en piedra de sus templos y casas, y su cerámica, misma que se convirtió en un modelo a seguir por la mayoría de los pueblos mesoamericanos. Hacia el año 750, Teotihuacan fue invadida y parcialmente destruida por guerreros provenientes de Aridoamérica. Comenzaba el principio del fin, mismo que llegaría con el abandono de la ciudad debido a la sublevación de las poblaciones tributarias y la crisis ecológica. Tras estos fenómenos, su población emigró a otras regiones de Mesoamérica y llevó consigo su cultura. Por su parte, los mayas comenzaron a desarrollarse en una amplia zona que cubre casi todo el sureste de México. Al igual que las restantes civilizaciones clásicas, sus principales actividades fueron la agricultura, la producción artesanal, el comercio y la pesca. A ellos debemos la construcción de grandes urbes, así como Palenque y Bonampak en el actual estado de Chiapas, como Tikal y Piedras Negras en Guatemala y Copán en Honduras. Los zapotecas se desarrollaron en los valles de Oaxaca y convirtieron a Monte Albán en su principal centro político y religioso. También se dedicaron a la agricultura, la artesanía y el comercio. Debido a la llegada de los mixtecas -la cual se unió a otros factores como conflictos sociales y problemas ecológicos- la civilización zapoteca entró en decadencia y se dispersó hacia los años 750 y 1200 de nuestra era.Horizonte Posclásico: Esta etapa marca el fin del mundo prehispánico. En ella, las civilizaciones mesoamericanas se transformaron y crearon las últimas grandes culturas: los toltecas, los mexicas y los tarascos. Uno de los rasgos sobresalientes del Horizonte Posclásico fueron las grandes migraciones, principalmente la de los chichimecas de Aridoamérica, mismas que transformarían de manera definitiva el fértil territorio que ocupaba Mesoamérica. Las sociedades del Posclásico mantuvieron en sus líneas más generales las características de la etapa anterior (un grupo privilegiado que estaba formado por sacerdotes, jefes militares, funcionarios y comerciantes más poderosos, y un grupo desfavorecido que integraban agricultores, artesanos y esclavos).En estas civilizaciones, el poder estaba en manos de un gobernante supremo que poseía la máxima autoridad política, judicial, militar y religiosa. Aunque cabe aclarar que los grupos militares predominaron en las sociedades del Posclásico. La guerra tuvo gran importancia durante esta etapa, a tal grado que los pueblos más poderosos -como los mexicas- sometieron a los más débiles para obligarlos a pagar tributo, el cual se convirtió en una de las fuentes más importantes de riqueza. Incluso, esta actividad llevó al extremo una de las características urbanas que se iniciaba en el horizonte anterior: las ciudades fortificadas. Por último, durante esta etapa, se inició en Mesoamérica la extracción de metales con el fin de producir algunas obras de joyería y unas cuantas herramientas. En efecto, en aquellos años se trabajaron minas y yacimientos de oro, plata, estaño y plomo, al tiempo que se desarrolló la técnica de la "cera perdida" para moldear los metales. Durante el Posclásico destacaron cuatro grandes civilizaciones: la mixteca, la tolteca, la mexica y la tarasca. La cultura mixteca comenzó a conformarse en la sierra poniente de Oaxaca y, luego de enfrentarse contra los zapotecos, constituyeron una serie de señoríos independientes como Teozacoacalco, Coixtlahuaca y Yanhuitlán. Ellos fueron grandes orfebres y sobresalieron en la metalurgia de oro, plata y cobre. Por su parte, la civilización tolteca floreció entre los años 850 y 1168 de nuestra era; su capital era Tula, una urbe que se localiza en el actual estado de Hidalgo. Los toltecas -una cultura marcada por el predominio de una casta militar- fueron los autores de las primeras crónicas históricas y su influencia llegó a Yucatán, sobre todo a Chichén Itzá. Su decadencia se debe a varias causas: los conflictos religiosos al interior de su sociedad, las prolongadas sequías y la presión de los mexicas, así como la de otros grupos nómadas que hacia el año 1168 arrasaron e incendiaron Tula. Los mexicas fueron el último grupo náhuatl que penetró al Valle de México, donde fundaron Tenochtitlan y crearon el más vasto imperio de Mesoamérica, mismo que vio su ocaso tras la derrota que sufrieron a manos de los españoles en 1521.Por último, en la región que hoy ocupan los estados de Michoacán, Nayarit, Colima, Sinaloa y parte de Guerrero y Guanajuato se desarrollaron varias culturas diferentes del resto de los pueblos mesoamericanos. Hacia el año 1250 -gracias a Tariácuri, un caudillo unificador- los tarascos constituyeron un poderoso imperio, rival de los mexicas, cuyas principales ciudades fueron Pátzcuaro, Ihuatzio y Tzintzuntzan. Ellos nunca pudieron ser conquistados por los mexicas y sólo conocerían la subyugación tras la llegada de los españoles.
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