Bienestar social e infancia.El concepto de Bienestar Social empieza a aparecer en las sociales occidentales más desarollo como resultado de la organización social y las prácticas sociales de finales del siglo XIX. Estas prácticas tienen su auge tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que se estructuran en un contexto marcado por los desastres de la guerra. Esta situación social, y el crecimiento económico, dan lugar al llamado Estado del Bienestar; tiene como objetivo corregir las consecuencias negativas de la desigualdad social que ocasiona el modelo capitalista.El Estado del Bienestar pretende aplicar políticas distributivas de riqueza e impulsar los servicios sociales. El Bienestar Social quedaría conceptualizado en una triple dimensión: como valor social, como pacto y como conjunto de políticas públicas.El Estado de Bienestar busca asegurar la satisfacción de necesidades básicas de los ciudadanos. Para ello, se constituyen diferentes subsistemas de protección social dirigidos a: Mantenimiento de ingresos o rentas mínimas. Cuidado de la salud. Servicio de educación. Servicio de vivienda. Servicios sociales personales. Empleo.
Bienestar infantilEn el siglo XIX, al hacerse públicas las penosas condiciones de vida de los niños, empieza a contemplarse la infancia en el contexto del bienestar social. También se empieza a reconocer a la educación como medio de socialización, apareciendo las primeras normativas sobre escolarización de menores.Cabe destacar la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño (1924) y la Declaración de la ONU sobre los Derechos del Niño (1959).Ambos documentos son precedentes de la Convención de los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Dicha Convención presenta dos características fundamentales: Los niños pasan a ser considerados sujetos activos de Derechos y no como objetos de protección. Se incorpora a la legislación de cada país por lo que se inicia una dinámica de mejora de las condiciones de la infancia.
Necesidades de la infanciaSegún el constructivismo moral, las necesidades de la infancia constituyen a base de los derechos del niño y su objetivo. Se entiende que las necesidades humanos son el resultado de la acción humana, por lo que también se entiende la posibilidad de realizar acciones que tiendan a su satisfacción.Para la teoría psicoanalista, las necesidades son instintos que tienen carácter biológico. Freud considera que existen dos necesidades básicas en las personas: hambre y amor, que surgen de dos instintos: de conservación y sexual.El conductismo distingue entre "implulso" o motivo y el "incentivo" o refuerzo posterior. Es decir, la acción humana atiende al aprendizajeDesde la psicología evolutiva, Piaget plantea que los seres humanos manifiestan desde su nacimiento una tendencia a la actividad que tiene como finalidad la construcción de conocimiento.La psicología cognitiva acepta el conocimiento como necesidad primaria del ser humano.De la psicología social-histórica surgen estudios sobre la motivación genética. Consideran que existen dos grupos de necesidades vinculadas entre sí: Necesidades de origen biológico, vinculadas al desarrollo de la especie (filogénesis). Son los "motivos biológicos". Necesidades basadas en el desarrollo cultural e historico. Son los "motivos sociales". En la psicología humanista destaca la pirámide de Maslow (1963):
Las necesidades superiores solo surgen cuando están satisfechas las inferiores. Además, Maslow habla de "necesidades universales".Felix López (1995) elaboró una taxonomía de las necesidades infantiles: Necesidades de carácter físico-biológico: alimentación, temperatura, higiene, sueño, actividad física. Necesidades cognitivas: estimulación sensorial, exploración física y social, comprensión de la realidad, adquisición de un sistema de valores y normas. Necesidades emocionales y sociales: sociales, sexuales y con el entorno físico y social. Ochaíta y Espinosa (2004) explican las necesidades de la infancia vinculadas a la etapa evolutiva. Proponen la existencia de dos necesidades básicas en los menores:
Dificultad social en la infancia.No existe una definición exacta de dificultad social. De forma genérica se puede definir como el conjunto de dificultades que están perjudicando el desarrollo del niño y cuya manifestación se da en el ámbito de lo social.También se define la dificultad social cuando los problemas del niño inciden sobre varios ámbitos y el entorno familiar y social no ofrece una postura adecuada.Gaitán (2010) señala que la etiqueta de infancia y adolescencia en dificultad social también se utiliza para aquellos que con sus comportamientos causan dificultad o problemas a los demás.
Maltrato infantil.El concepto de maltrato infantil incluye un conjunto de situaciones, conductas y consecuencias en los niños que lo sufren. Es cualquier acción (física, sexual o emocional) u omisión no accidental en el trato hacia el menor que le ocasiona daño física o psicológico y que amenaza a su desarrollo.El concepto de desarrollo debe interpretarse desde una doble perspectiva: Necesidades del niño. Suficientemente cubiertas las necesidades primarias. Perspectivas del derecho. Derecho al desarrollo. Joaquin de Paul señala tres elementos presentes en la definición de maltrato infantil que es necesario valorar: Perspectiva evolutiva. Presencia de factores de vulnerabilidad. Existencia de daño real o potencial. En la valoración de una situación de maltrato es importante contemplar la gravedad y su persistencia temporal.De Paul (1995) también distingue tres tipos de desprotección inicial. Situaciones producidas por el imposible ejercicio de los deberes de protección, es decir, situaciones en que los niños no pueden recibir los cuidados y la atención necesarios por parte de sus padres u tutores y resulta totalmente imposible, temporal o definitivamente, modificar esa situación por razones como orfandad, prisión de ambos padres, enfermedad incapacitante de los padres. Situaciones producidas por el incumplimiento de los deberes de protección. Los padres o tutores no ejercen los deberes de proteción y los niños se encuentran totalmente desprotegidos. Algunas de estas situaciones se producen: por el no reconocimiento ni de la paternidad ni de la maternidad del menor por ningún adulto o por el abandono total del niño en manos de otras personas con desaparición. Situaciones producidas por el inadecuado cumplimiento de los deberes de protección. Este tipo de situaciones puede clasificarse, a su vez, en diferentes tipos de maltrato: Maltrato físico: cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores, que provoque daño físico o enfermedad en el niño o le coloquen en grave riesgo de padecerlo. Abandono físico: situación en la que el cuidador responsable del niño, de manera deliberada o por falta de atención, no satisface directa o indirectamente las necesidades físicas del niño y del desarrollo físico, intelectual o emocional. Maltrato o abandono emocional. Falta persistente de repuesta a las señales, expresiones emocionales y conductas procuradoras de proximidad e interacción iniciadas por el niño y la falta de iniciativa de interacción y contacto por parte de una figura adulta estable. Este tipo de maltrato reviste una especial complejidad por la dificultad que puede presentar para su detección dado que no ocasiona señales o indicadores objetivos físico, sino que suele tener lugar en la intimidad familiar y en el ámbito de lo intersubjetivo. Abuso sexual. Cualquier clase de contacto sexual con una persona menor de 18 años por parte de un adulto, desde una posición de poder o autoridad sobre el niño. Explotación laboral.
Riesgo social en la infanciaEl riesgo social es la situación en la que se encuentra un niño debido a la inadecuada satisfacción de sus necesidades y/o derechos por parte de su familia.La Ley Orgánida 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, distingue las situaciones de riesgo y las situaciones de desamparo. Las situaciones de riesgo se caracterizan por la existencia de un perjuicio para el menor que no alcanza una gravedad suficiente para justificar el desamparo.La ley 14/2010 de los Derechos y las Oportunidades de la Infancia y la Adolescencia de Cataluña, tipifica las siguientes situaciones de riesgo: Falta de atención física o psíquica del niño. Dificultad grave para dispensar atención física o psíquica. Utilización de castigo físico o emocional. Marginación, inadaptación o desamparo. Falta de escolarización, absentismo y abandono social. Conflicto abierto y crónico entre los progenitores. Incapacidad de los progenitores. Las prácticas discriminatorias. Cualquier circunstancia que pueda evolucionar en desamparo. La conveniencia de atender las situaciones de riesgo de forma precoz, con el objetivo de evitar deterioros importantes en la familia y daños en el niño, requiere la detección de estas situaciones. Algunos instrumentos para la evaluación de riesgo social realizan diversas clasificaciones de los factores de riesgo: Características del niño y factores de vulnerabilidad infantil. Características del cuidador y de la relación entre ellos. Tipo de interacción entre el niño y sus cuidadores. Características del entorno familiar. Características y relación con el entorno social e institucional. Respuesta familiar ante la intervención del profesional.
DesamparoEl concepto de desamparo se introduce en la legislación española en la Ley 21/87. Define desamparo como una situación que se produce por el incumplimiento, imposibilidad o inadecuado ejercicio de los deberes. Este concepto sustituye al difuso concepto de abandono. Se distinguen elementos en la definición de desamparo: Desamparo como una situación de hecho. Tres tipos de causalidades: incumplimiento, imposible ejercicio e inadecuado.
Situación de desprotecciónUn menor se encuentra en situación de desprotección cuando no tiene cubierta la adecuada satisfacción de sus necesidades básicas y/o derechos fundamentales. El elemento clave son las consecuencias que se producen en el niño. La desprotección infantil incluye las situaciones de riesgo moderado y grave y las situaciones de desamparo.La detección de una situación de desprotección en un niño obliga a la administración pública correspondiente, a realizar las actuaciones pertinentes para revertir o paliar esa situación.
El buen trato a la infancia y la resilienciaEn psicología, resiliencia se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a tragedias o periodos de dolor emocional. El concepto de resiliencia y de buen trato infantil, vertebran un paradigma que estudia el bienestar social.La resilicienciaLa resiliencia, según Lecomte y Cyrulnik (2005), se define como: la capacidad de una persona para desarrollarse bien, para seguir proyectándose en el futuro a pesar de los acontecimientos.Generalmente, la resiliencia se relaciona con capacidades personales tanto de recursos internos como de ámbito relacional. Son capacidades que facilitan a la persona el acceso y uso de redes de apoyo.Resiliencia no implica vulnerabilidad; no lo constituye una serie de virtudes sino que es un proceso en el que una persona, en relación dinámica con su entorno, desarrollar unas capacidades que van transformándose durante toda la vida.Walsh (2004) define la resilencia familiar como un proceso dinámico que permite a la familia, como sistema abierto, reaccionar positivamente ante amenazas y retos del entorno. Suele identificarse con patrones de conducta positivos y competencias funcionales.
Buen trato y apegoLa base fundamental del buen trato es la construcción de un apego seguro entre los padres y el niño. Se constituye a partir de dos elementos principales: La predisposicción que muestra el se humano desde su nacimiento a establecer sólidos vínculos afectivos con determinadas personas. La disponibilidad del cuidado hacia el niño. El apego genera en el niño la base de la seguridad y el estímulo para su supervivencia y adecuado desarrollo.A partir de la observación de las diferentes conductas de los niños en esta situación, Ainsworth describió la existencia de tipos de apego: Apego seguro. Los niños con este tipo de apego ante la ausencia de su madre se muestran inseguros, disminuyendo sus conductas de exploración. Ante la vuelta de la misma muestran alegría y buscan el contacto físico con ella durante unos instantes para continuar después sus conductas exploratorias. Apego inseguro-evitativo. Niños con dificultades emocionales que no presentan una respuesta clara ante la pérdida de la persona de apego, se muestran dispuestos a explorar el espacio, prescindiendo de su madre como base segura y adoptando una postura defensiva de indiferencia. Ante la vuelta de la madre manifiestan cierta inseguridad y rechazo. Apego inseguro-ambivalente. Los niños con este tipo de apego, ante la ausencia de su madre, se muestran reacios a explorar su entorno y cuando regresa su madre se muestran ambivalentes, con conductas que oscilan entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y las conductas de mantenimiento del contacto. En este tipo de apego la conducta de la madre se caracteriza por la falta de disponibilidad para atender las demandas del niño. Apego desorganizado. Son los niños que muestran un nivel más alto de inseguridad. En la situación experimental, ante la vuelta de la madre muestran un abanico de conductas confusas y contradictorias, con una expresión triste de ofuscación y desorientación.
Buen trato y capacidades parentalesEn la construcción del apego seguro tiene un papel muy importante la capacidades parentales, por las que se entiende las de cuidar, estimular y ayudar a los niños a superar las dificultades que encuentran en su proceso de desarrollo.La paternalidad positiva se traduce en una actitud de afecto y de aceptación; buenas prácticas como pueden ser: Vínculos afectivos cálidos, protectores y estables. Entorno estructurado, que proporciona modelo, guía y supervisión. Estimulación al aprendizaje cotidiano y escolar. Reconocimiento del valor de los menores. Capacidad de los hijos, potenciando su percepción de que son agentes activos, competentes y capaces. Educación sin violencia. Barudy (2005) introduce el concepto de parentalidad social, no basta con engendrar a un menor para ser su progenitor.
Buen trato, resiliencia y entorno comunitarioLas capacidades parentales son las herramientas para que las figuras de apego establezcan guías iniciales de desarrollo y resiliencia. Pero en el adecuado desarrollo de la infancia también juega un papel importante la comunidad. El llamado "exosistema" (medio social y cultural, con sus valores dominantes).Inciden igualmente en el desarrollo de los niños, las políticas sociales. Esto constituye el "macrosistema".Algunos estudios manifiestan la importancia que la presencia del entorno tiene en el desarrollo de los niños. Incluso, algunos adultos significativos pueden interacción e influir en los niños de forma positiva cuando sus padres no tienen la disponibilidad o la capacidad necesaria para hacerlo.
Pregunta examen Septiembre 2013. El buen trato a la infancia y la resiliencia.
Pregunta examen Junio 2013.Riesgo social en la infancia.
Pregunta examen Junio 2013.Necesidades en la infancia.
Pregunta examen Junio 2014.Señale las necesidades básicas que según Espinosa y Ochaíta (2004) presentan los menores en el ámbito de la salud física y en el de autonomía.
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