Que el concepto sea "ambiguo y polisémico" quiere decir que las competencias son ambiguas y no se pueden definir.

Para entender el concepto de "competencia", su utilidad en el contexto educativo se pone en entredicho, "...a pesar del discurso de formación y evaluación por competencias, presente en lineamientos curriculares, en el Examen de Estado, en indicadores de logro, en los ECAES y en la acreditación". Esta afirmación es:

De acuerdo a nuestra lectura, el término "competencia" se entiende de una manera vaga, ambigua, confusa y polisémica.

La evaluación precisa, exacta y subjetiva de logros y conductas claramente observables demuestran una competencia instrumental.

La competencia práctica o instrumental es la que tradicionalmente se ha dado en llamar "competencia" en el acto educativo, ya que es una capacidad demostrada de desempeño eficiente en algunos roles y tareas, claramente definidos y estructurados.

Se supone que es posible formar en determinada competencia compleja a partir de una secuencia acumulativa de competencias de menor nivel, por lo cual muchos programas de formación se dividen y
subdividen en módulos de competencias específicas.

A medida que el objeto de aprendizaje se torna más complejo y multidimensional, y requiere mayores niveles cognitivos y de organización, investigación, conceptualización y relacionamiento entre fenómenos, en esa medida el término ‘competencia’ pierde rápidamente validez y utilidad en el ámbito educativo.

En un reciente estudio realizado en la Universidad Nacional sobre las competencias... se evidenció que a mayor nivel intelectual, analítico y de abstracción requerido en esas supuestas competencias, menor era el peso de conocimientos, saberes disciplinarios, formación práctica, tradiciones intelectuales e institucionales, actitudes y disposiciones.

Las competencias en Colombia no tienen un referente disciplinar claro, debido a que la significación con la cual se usan no guarda relación con disciplinas específicas.

En nuestra educación es necesario relievar el valor social, económico y cultural, de la competencia e idoneidad técnica, científica o artística: en la música, literatura, en la cirugía, en el diagnóstico médico, en la construcción de obras, en el diseño y construcción de motores, aviones, instrumentos, drogas, alimentos.