La idea generalizada desde la familia y aún palpable en nuestros estudiantes es la de que las matemáticas son terribles, resultando terribles en matemáticas con excepciones de casos aislados. Es vital que todos o la mayoría de actores del proceso educativo socialicen la necesidad, utilidad y poder de esta rama del saber que se hace aún más poderosa al relacionarla con otros saberes e integrarla en variados contextos que evidencie verdadero progreso y bienestar en las comunidades.
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