EVALUACIÓN REVOLUCIONES BURGUESAS

De modo general una revolución podría definirse como un cambio rápido, profundo y posiblemente violento que afecta a las instituciones políticas, económicas o sociales de uno o varios estados. En un proceso revolucionario normalmente aparecen enfrentadas de forma más o menos nítida dos fuerzas: los partidarios de mantener las viejas estructuras (reaccionarios) y los partidarios de derribarlas para crear otras nuevas (revolucionarios). Teniendo en cuenta lo anterior, en la historia, un claro ejemplo de revolución sería:

Desde finales del siglo XVIII sucedieron ciclos revolucionarios que buscaban derribar el absolutismo político y el feudalismo, quienes participaban de estas revoluciones comprometían esferas sociales, económicas, políticas e incluso éticas. Ante estas circunstancias, es posible inferir que las revoluciones burguesas tenían como objetivo general:

La independencia de las 13 colonias británicas aparece como un precedente histórico fundamental para entender el papel de las colonias dentro del absolutismo impuesto desde Gran Bretaña. Acontecimientos como la imposición de impuestos a la prensa, al papel o al Té, culminaron en hitos que pueden ser interpretados como:

La Constitución de 1787 fue la primera de su tipo escrita de la historia de los países. Su estructuración permite entender de qué manera los Estados Unidos de Norteamérica se liberaron de las imposiciones mercantilistas que les imponía la metrópoli cuando eran colonias conllevando a su expansión económica y territorial. Desde un punto de vista filosófico-político, la independencia de las Colonias Norteamericanas constituye:

Después de declararse independizadas de Gran Bretaña, las 13 Colonias de Norteamérica se constituyeron como los Estados Unidos de Norteamérica. Una repercusión clave fue el asentamiento sobre un conjunto de valores e instituciones inspirados en el pensamiento liberal, principalmente, en las ideas de pensadores como Montesquieu. Partiendo de lo anterior, es posible proponer como principal consecuencia desde el plano político:

Las ideas de la Ilustración tuvieron un rol muy importante en el siglo XVIII. El anhelo de igualdad, libertad y fraternidad se materializaron durante la Revolución Francesa, cuyos resultados dieron fin al absolutismo monárquico que fue reemplazado por la soberanía nacional, el reparto de poderes y el reconocimiento de las libertades individuales. Frente a este panorama, dos posibles causas de la caída de la monarquía francesa durante esta revolución fueron:

Durante el siglo XVIII, Francia estaba dividida en estamentos fundamentados sobre los privilegios y la desigualdad. Los beneficiarios de este orden social eran la nobleza y el clero, los cuales tenían privilegios y no pagaban muchos de los impuestos. Un tercer grupo que estaba constituido por burgueses, artesanos, campesinos y otros colectivos marginales carecía de privilegios, sobre ese heterogéneo conjunto recaían los impuestos y cargas económicas en los que se sustentaba el Estado. Frente a lo anterior, los cambios económicos que estaban teniendo lugar en el siglo, en el seno del capitalismo comercial, dieron lugar a que en la pirámide socieconómica tuvieran gran influencia:

En el siglo XVIII, en Francia, los estados generales se reunieron el 5 de mayo de 1789 en Versalles con el propósito de solventar el problema financiero. En la práctica sirvieron de plataforma para que el Estado Llano pidiese reformas políticas radicales. El Estado Llano, que contaba con un número de componentes que igualaba al de los otros dos juntos, planteó que las votaciones se hiciesen individualmente, es decir, cada diputado un voto y no por estamentos, a lo que tanto la nobleza como el clero se negaron. Ante el rechazo absoluto hubo consecuencias radicales tales como:

Durante la Revolución Francesa, hubo presiones para que la Asamblea Nacional se disolviese, pero, el 20 de junio de 1789 , los diputados juraron no hacerlo hasta elaborar una Constitución para Francia. Desde ese instante la Asamblea Nacional se transformó en Asamblea Constituyente. A los intentos del monarca por reprimir una insubordinación que cuestionaba el orden establecido respondió el pueblo de París con el Asalto a la Bastilla. De acuerdo a lo anterior, es posible inferir que la labor más importante que realizó la Asamblea Constituyente fue:

De acuerdo con la Constitución de 1791 en Francia se configuró una nueva Asamblea. Sin embargo, durante ese período tuvieron lugar una serie de hechos que radicalizaron la revolución, uno de ellos fue la aprobación de la Constitución del Clero, por tal motivo el Rey intentó huir a Austria, siendo descubierto en Varennes y obligado a regresar a París, quedando en entredicho su lealtad, y afectando negativamente las iniciativas de los miembros más moderados de la Asamblea Constituyente y a la Constitución monárquica de 1791.
Como reacción, las potencias absolutistas encabezadas por Austria y Prusia decidieron ayudar al monarca francés.
Este hecho tuvo como consecuencia que La Asamblea Legislativa, dominada por los girondinos le declararán la guerra a Austria, no obstante, los jacobinos (republicanos radicales) no estuvieron de acuerdo por motivos que no obedecían a la economía sino que se insertaban en las relaciones externas debido a que:

Se denota que la revolución francesa fue la primera revolución política burguesa del continente europeo, sus precedentes se enmarcan en la Revolución Inglesa del siglo XVII y en la Independencia de los Estados Unidos. Ante este hecho, es posible afirmar que el principal impacto de esta revolución fue:

Un militar de prestigio, Napoleón Bonaparte, se convirtió durante algún tiempo en el árbitro de la política.
El gobierno de Napoleón (1799-1815) encarnó la consolidación del nuevo estado francés heredero de la Revolución. Se asentó sobre un régimen personalista y autoritario que difundió ideales revolucionarios mediante la ocupación de numerosos estados de Europa. En este sentido la principal labor de Napoleón Bonaparte fue:

Después de la caída de Napoleón (año 1815), la monarquía francesa es restaurada en la figura de Luis XVIII de Borbón. En Europa, estos tiempos se caracterizaron por el intento de recomposición del Antiguo Régimen, algo que sus partidarios no consiguieron sino de forma limitada. A este periodo se le conoce como Restauración y suponía:

El Congreso de Viena fue convocado en 1814 con el objetivo de proceder al reajuste territorial de Europa. En él participaron las principales potencias, representadas por sus respectivos embajadores: Austria, Gran Bretaña, Rusia, Prusia y Francia. España intervino superficialmente como potencia de segundo orden.

Su principal objetivo fue:

Debido a la solidaridad entre reyes, los monarcas ruso (ortodoxo), austríaco (católico) y prusiano (protestante), que se consideraban a sí mismos reyes por la "Gracia de Dios", firmaron el Pacto de la Santa Alianza. Se trataba de un documento que, invocando los principios del cristianismo, pretendía sustentar las relaciones internacionales mediante una serie de máximas religiosas como la "eterna religión de Dios salvador". Inglaterra no suscribió dicho texto, pero promovió una "Cuádrupe Alianza" que se fundamentó principalmente en: