"A las aladas almas de las rosas..."
(Miguel Hernández)

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
(Miguel Hernández, "Elegía A Ramón Sijé")

Eres como la Rosa
de Alejandría,
colorada de noche,
blanca de día.
(Lope de Vega, Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé Burguillos)

Acude, corre, vuela,
traspasa la alta sierra, ocupa el llano,
no perdones la espuela,
no des paz a la mano,
menea fulminando el hierro insano.
(Fray Luis de León)

La muerte es un suplicio
banal, si se compara
con este andar a tientas
tras una sombra vaga.
(Nicolás Guillén, Elegías)

Por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba…
(Garcilaso de la Vega)

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar.
(Gustavo Adolfo Bécquer)

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.
(Gustavo Adolfo Bécquer)

El dulce lamentar de los pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas escuchando…
(Garcilaso de la Vega, Égloga)

Con tanta mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella parte caminaba,
que pudieran los ojos el camino
determinar apenas que llevaba.
(Garcilaso de la Vega, Égloga III)

«No hay extensión más grande que mi herida.»
(Miguel Hernández)

«Tanto dolor se agrupa en mi costado que, por doler, me duele hasta el aliento.» (Miguel Hernández)

"Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana del coro, que retumbaba en lo alto de la esbelta torre en la Santa basílica"
Leopoldo Alas, «Clarín». La Regenta.

Es de oro el silencio. La tarde es de cristales.
(JRJ, Hora inmensa)

en el cénit azul, una caricia rosa!
(JRJ, Elejías lamentables)