Todas las imágenes que nos acompañan desde que somos pequeños nos sirven para formar y modelar nuestro universo visual; es decir, de alguna manera “almacenamos” esas imágenes en la mente y estas influyen en nuestra manera de percibir y valorar lo que nos rodea. En consecuencia, al estar frente a una obra artística hacemos una interpretación subjetiva que está basada en nuestras experiencias y puntos de vista.

Si bien en el mundo del arte no hay verdades absolutas en cuanto a la interpretación de una obra ni un manual que indique los pasos exactos para analizarla, si hay varias maneras de aproximarse a ella y reconocer la experiencia estética que se produce cuando estamos frente a una imagen inesperada, sorprendente o admirable, y los pensamientos y emociones que se generan.

Uno de esos medios para aproximarse a las obras de arte, son los niveles de apreciación o percepción de la obra, los cuales son:
-Primeridad: Se refiere a los elementos compositivos de la imagen, los cuales comprenden puntos, líneas, formas, figuras, planos, texturas, entre otros.
-Segundidad: Se refiere al contenido de la imagen, todo aquello que se puede identificar como objetos, animales, personas, lugares, entre otros.

-Terceridad: Se refiere a lo invisible de la imagen, aquello que el autor quiere decir con su obra, aquello que se puede interpretar desde el significado de los colores, las vivencias o hechos históricos que se narran.

A medida que se avance en el estudio de las artes visuales, el análisis que se realice de cada obra será más completo y mejor sustentado, por tanto tu experiencia al ver una obra o visitar un museo será cada vez más enriquecedora.

A continuación te mostramos un ejemplo de este tipo de análisis:

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EJEMPLO DE USO DE LOS NIVELES DE PERCEPCIÓN EN EL ANÁLISIS DE OBRA DEL ARTE MODERNO.