No, es constante con independencia de las dimensiones de la cimentación. Se estima que a partir de 1,50 m de profundidad se anulan

Sí, disminuye progresivamente con la profundidad. Las presiones se distribuyen en forma de bulbo debajo de la zapata

Si, deben conocerse en la medida de lo posible y considerar sus efectos sobre los empujes en el empure

No, no hace falta. Se supone que el técnico que proyectó el edificio colindante las diseñó para que no ejercieran influencia sobre las edificaciones vecinas

Si, así se queda mejor toda la cimentación y nos aseguramos ante fallos generalizados

No, habría que estudiar si el fallo está localizado y en ese caso puede ser preferible actuar sobre la zapata concreta que haya tenido problemas

Sí, lo verdaderamente importante son los ensayos destructivos

No, puede aportarnos información muy valiosa para conocer la configuración estructural

Tendremos que sustituirlos obligatoriamente. Se trata de un material muy frágil que no satisface las exigencias actuales

En general, podremos continuar utilizándolos, aunque tendríamos que asegurarnos de si están en buen estado

No, nunca. Tendremos que añadir más tornillos para tener en cuenta las nuevas cargas

Sí, si el acero es soldable. En ese caso, la soldadura se dimensionará para resistir las cargas que se añaden

Únicamente la podremos conocer con precisión mediante catas y extracción de testigos

Aparte de las catas y testigos, hoy día se cuenta con otros medios para determinar con garantía el armado

Podemos recurrir a elementos de fibra de carbono que se disponen como una tela que envuelve el pilar

Las únicas opciones verdaderamente viables son el refuerzo aumentando la sección de hormigón o disponiendo un refuerzo con angluares metálicos empresillados

Hay que levantar el suelo por encima del forjado en cuestión y clavar en las viguetas unos pernos que actúen como estribos

Se puede añadir una platabanda metálica o de fibra de carbono en la parte inferior de las viguetas