Valorar no es en esencia describir, ni probar objetividades, como no es informar sobre estados de ánimo, expresarlos, provocarlos o prescribirlos, sino que es reconocer y comunicar una exigencia de aceptación o rechazo, de avenencia o desavenencia, que trasciende lo fáctico. El valorar apunta, pues, a una necesidad. Pero puesto que tampoco es posible intuir ni deducir esta necesidad, reconocer la exigencia es como aceptar un supuesto, o para decirlo un poco al modo kantiano, un postulado de la praxis.
Salazar Bondy: Una hipótesis sobre el sentido valorativo
Si los valores no describen ni reflejan la realidad de modo neutral, entonces los valores, a juicio de Salazar:
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