El contrato surge efecto únicamente entre las partes que lo han otorgado, en consecuencia no afecta a terceras personas, los contratos gozan de la presunción de la buena fe, que implican el deber del cumplimiento de las obligaciones adquiridas y la abtención de la parte del acreedor de ejecutar maniobras que pueden afectar dicho cumplimiento.
Una responsabilidad es reparar el daño causado a otro.
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