En el ámbito legislativo, ya sea que el abogado se desempeñe él mismo como legislador, ya como asesor de legisladores, ya como servidor público de los servicios legislativos, deberá tener siempre como horizonte los valores jurídicos fundamentales, comenzando por el valor de la persona, la justicia, la libertad, pero particularmente deberá interiorizar y disponerse a actuar con base en y con la finalidad de servir a la comunidad, al bien común y a que la ley sea justa y eficaz.
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