Cuando Lutero salió de la ciudad de Roma lo hizo con una fe profunda de que los medios de salvación ofrecidos por la Iglesia eran en realidad válidos.

Ante las dificultades de confesar todos su pecados, Staupitz le sugirió a Lutero que estudiase a los místi­cos alemanes, ya que existía allí otro modo de salvación que descansaba, no en el perdón de los pecados individuales, sino sencillamente en confiar toda la vida y todo el ser a Dios.

Lutero creía que el ser humano no llega a ser justo porque hace obras justas, sino que, tras haber sido hecho justo, hace obras justas

Con el conocimiento y aprobación de Martín Lutero, las noventa y cinco tesis, escritas originalmente en latín por tratarse de un documento académico, fueron tradu­cidas al alemán, impresas y profusamente distribuidas por todo el país.

En el 1519, en un debate en Leipzig con Juan Eck de Ingolstadt, Lutero llegó a declarar que la autoridad de la Biblia es superior a la de los papas y concilios, y que tanto algunos concilios como algunos papas han errado.

La razón por la que Lutero insistía en la autoridad de las Escrituras era su convicción de que la tradición había caído en el error, y que debía ser llamada de nuevo al verdadero sentido del evangelio por la autoridad de las Escrituras, que se encuentra por encima de la tradición, de la iglesia, de los teólogos, y del propio Lutero.

Cuando Lutero dice que la Biblia debe ser su propio intérprete quiere decir que el mensaje central de la Biblia, el evangelio, es la clave de su interpreta­ción.

La dialéctica entre la ley y el evangelio es el punto central de la teología de Lutero, sin el cual sus enseñanzas acerca de temas tales como la justificación, la predestinación y la ética no se pueden entender.

La justificación según Lutero es el decreto de absolución que Dios pronuncia sobre el pecador, declarán­dole justificado a pesar de su pecaminosidad.

La doctrina del sacerdocio universal de los creyentes es la fuerza, según Lutero, que une a la iglesia, la concibe, al mismo tiempo que la libera de toda sujeción a cualquier autoridad jerárquica.

La doctrina de los dos reinos es el principio de la ley y el evangelio aplicado a la vida diaria del ser humano dentro de su situación histórica.

La doctrina de los dos reinos de Lutero deben identificarse con la iglesia y el estado.