3.4. El desarrollo sensorial
El recién nacido ve, distingue la luz de la oscuridad, mira un objeto que se sitúa ante sus ojos y sigue a ese objeto si se desplaza lentamente ante él, aunque el movimiento de sus ojos todavía no sea suave y continuado presentando preferencias hacia ciertos estímulos: brillo, movimientos, luz, comida…. No logra realizar un ajuste ocular para ver objetos situados a distancias variables. Hacia los 4-5 meses, es capaz de enfocar objetos cercanos y lejanos, el estímulo preferido suele ser el rostro humano.
Ven el mundo en color y tienen preferencias por unos colores u otros en función de la longitud de onda de esos colores.
A medida que el niño crece, su atención deja de estar determinada por las características de los estímulos y se va convirtiendo en una atención voluntaria, fruto de las experiencias, intereses y expectativas. En el momento del nacimiento es el sentido menos desarrollado.
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