La continuidad visual se refiere a la relación de continuidad entre un plano y su precedente y/o siguiente. Para preservar la continuidad visual, espacial de la acción, existen ciertas reglas que se deben tener en cuenta[1][4]:

- La regla de los 180 grados: El eje de la cámara no debe moverse más de 180 grados alrededor de la línea que une a los personajes en una escena. Esto ayuda a mantener la orientación espacial consistente y evitar confusiones en la dirección de los personajes.

- La regla de los 30 grados: La cámara debe moverse al menos 30 grados entre cada toma para que la transición no sea brusca.

- La regla de la proporcionalidad: La relación de tamaño entre los objetos en diferentes tomas debe ser consistente.

- La correspondencia de miradas: Si un personaje en una toma mira hacia un lado, en la siguiente toma debe haber algo en esa dirección que justifique su mirada.

- El plano-contraplano: Cuando se muestran dos personajes en una conversación, se deben alternar tomas de cada uno para mantener la continuidad visual.

- La continuidad de contenido: Los objetos y personajes en una toma deben mantenerse consistentes en las tomas siguientes.

- La continuidad de posición: La posición de los objetos y personajes en una toma debe mantenerse consistente en las tomas siguientes.

- La continuidad del sonido: El sonido debe mantenerse consistente en las tomas siguientes.

Además, el raccord es una técnica que se utiliza para mantener la continuidad narrativa en el montaje de video[1]. El raccord se define como un cambio del plano insignificante, como tal o transparente, en el que se preserva una absoluta continuidad de una imagen a otra[1].

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