Los Artículos 71 y 72 de la Constitución utilizan los dos términos: ley y decreto, pero por su naturaleza propia ambos son ley. Se trata de normas generales, abstractas, obligatorias y coercibles, características esenciales a toda ley; luego decir decreto es decir ley. Pero por costumbre legislativa -no por mandato constitucional alguno- la palabra ley es utilizada por el Congreso para regular materia o asuntos generales; y la palabra decreto para asuntos más concretos, como pasa con las reformas a las leyes. Pero esto no es regla absoluta y a veces hasta resulta difícil determinar la mayor o menor generalidad de un campo legislativo.

Bajo el nombre de decreto, el Congreso suele encerrar también simples resoluciones administrativas, como cuando otorga su autorzación para que los mexicanos puedan prestar sus servicios en las embajadas de otros países en México, concede licencia la presidente de la república mexicana para ausentarse del país temporalmente por visitas a otros países, otorga pensiones a hijos u otros parientes de héroes de la patria, decide que se ponga en los muros de la Cámara de Diputados con letras de oro -como justo homenaje- el nombre de dos grandes ra poetas: Sor Juana Inés de la Cruz, y Netzahualcóyotl (1º de octubre de 2004), y de la Universidad Nacional Autónoma de México, que figure en la Rotonda de las personas ilustres (antes Rotonda de los hombres ilustres) un monumento a mexicanos de gran prestigio nacional, como el reciente a la escritora Rosario Catellanos.

Derecho Administrativo Mexicano.

NAVA NEGRETE ALFONSO.

3ª Edición México. Fondo de Cultura Económica, 2007

ISBN 978-968-16-8518-8

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Distinguir entre Decreto y Ley.