El deterioro producido por el envejecimiento es prácticamente uniforme, aunque tiende a tener más repercusión en la memoria
Estudios realizados con imágenes cerebrales estructurales han mostrado disminuciones significativas del volumen de la materia cerebral blanca y gris en adultos sanos, en las regiones frontales y occipitales, y en mucha menor medida en el hipocampo
La amplitud de la memoria visual y verbal disminuye considerablemente con la edad, al igual que la memoria de trabajo
El nivel educativo de un individuo relaciona directamente con la cantidad de deterioro de la memoria episódica que pueda presentar, además de otros factores
La actuación de los mayores en tareas de memoria episódica se encuentra modulado por soporte ambiental disponible durante la recuperación
El que personas expertas en determinada actividad durante toda su vida puedan mantener su nivel de actuación en la vejez podría deberse a la existencia de un proceso compensatorio del enlentecimiento motor consistente en la automatización de los movimientos motores necesarios para realizar la tarea
Cuando el aprendizaje se realiza a una edad avanzada, el éxito depende del tipo de tarea
Los mayores son más lentos que los jóvenes y muestran peor memoria implícita intermodal para los estímulos presentados en diferentes modalidades
Los resultados obtenidos por Reales y Ballesteros mostraron que el priming intermodal era similar al intramodal
El priming intermodal entre la visión y el tacto se deteriora con la vejez
La EA (alzheimer)muestra un déficit severo de la memoria episódica, buena memoria para tareas visomotoras, y una memoria implícita generalmente preservada
Los enfermos de EA muestran facilitación en el reconocimiento háptico de objetos familiares, mientras que no revelan priming de repetición cuando la memoria implícita se evalúa con tareas de identificación visual de palabras o dibujos
Los mayores tienen menos recuerdos específicos que los adultos jóvenes
Entre otras cosas, la memoria prospectiva refiere a la planificación necesaria para llevar a cabo una acción futura
En la memoria prospectiva, al igual que en otras memorias implícitas, no se encuentran déficits destacables asociados a la edad
Según Bartlett, partiendo de la distorsión observada en la memoria de una historia con el paso del tiempo, la memoria es destructiva
La memoria no supone una reproducción exacta y literal de hechos ocurridos en el pasado; depende de procesos que producen errores, distorsiones e ilusiones
Las personas mayores poseen una mayor tendencia a producir falsas memorias que los adultos jóvenes
La memoria prospectiva depende de la iniciativa del propio individuo y se deteriora con la edad.
Los ovillos neurofibrilares que se encuentran en la parte posterior del hipocampo de los enfermos de Alzheimer producen deterioro cognitivo, sobre todo fallos de memoria.
La memoria prospectiva no cambia con la edad.
Estudios con resonancia magnética estructural han encontrado que la pérdida de materia blanca y gris durante el envejecimiento no ocurre en todas las regiones con la misma intensidad
La memoria implícita se establece desde la niñez a la vejez, cosa que no ocurre con la memoria explícita (memoria episódica).
Existe memoria implícita para objetos percibidos hápticamente en los mayores sanos similar a la de los enfermos de Alzheimer.
La memoria implícita depende de la integridad del hipocampo.
Las personas mayores son capaces de suprimir los falsos recuerdos con la práctica como lo hacen los jóvenes.
Estudios recientes realizados con neuroimágenes han mostrado que la corteza prefrontal es sensible a los componentes conceptuales del priming mientras que la corteza occipital es sensible a los componentes perceptivos
El estudio de Ballesteros, Reales, Mayas y Heller (2008) mostró que los mayores sanos mostraron memoria implícita para estímulos atendidos, pero no para los estímulos no atendidos durante la fase de estudio.
Las ayudas externas como las alarmas emitidas por un reloj o por un teléfono son útiles para la memoria prospectiva.
El estudio de Osorio et al. (2009) sobre recuerdo señalado con inicios de palabras mostró que aunque jóvenes y mayores completaron el mismo número de palabras (actuaron de manera similar), a nivel cerebral se comportaron de manera diferente, sobre todo en áreas frontales.
Numerosos estudios tanto transversales como longitudinales han mostrado que la memoria de trabajo se mantiene en las personas mayores.
La memoria prospectiva depende de los lóbulos frontales y se deteriora en la vejez en tareas con grandes demandas de memoria de trabajo
La memoria semántica se deteriora en las personas mayores y constituye uno de los principales problemas del anciano.
El estudio de Osorio et al. (2009) estudiaron la memoria implícita de jóvenes y mayores utilizando potenciales evocados y respuestas conductuales.
Los problemas principales de los diseños longitudinales es su elevado coste y la pérdida de sujetos.
En la vejez se produce una reducción importante del volumen cerebral en las regiones posteriores de la corteza, lo que explicaría el declive de la memoria episódica.
Los automatismos adquiridos en la juventud se mantienen en la vejez.
La memoria de trabajo depende de la integridad de la corteza prefrontal.
La memoria implícita se mantiene con la edad en el envejecimiento normal e incluso en las personas que padecen demencia tipo Alzheimer.
El priming neural se manifiesta por la reducción de actividad cerebral en varias regiones cerebrales
El proyecto Betula es un estudio sobre el envejecimiento que utiliza tanto el método longitudinal como el transversal para la evaluación de sus participantes.
El hecho de disponer de soporte ambiental durante la fijación y la recuperación de la información favorece la actuación de las personas mayores en tareas de memoria episódica.
La técnica de potenciales evocados se caracteriza por su elevada resolución espacial lo que la hace muy útil para estudiar la memoria humana.
En los mayores se deteriora la memoria de trabajo aunque la capacidad para retener información durante un breve periodo de tiempo se mantiene preservada
En el estudio electroencefalográfico de Osorio et al. (2009) se utilizó una tarea de recuerdo señalado de inicios de palabras para evaluar la memoria de jóvenes y mayores.