Admiración y Maravilla; Frustración y Desilusión; Lo negativo y el vacío.

Admirado y Maravillado; Frustrado y Desilusionado; Lo negativo y el vacío.

Admiración y Maravilla; Frustración y Desilusión.

Ninguna de las anteriores

La Libertad que realizar; La convivencia con los demás; Necesidad de un significado global; ¿Qué es la antropología filosófica?; El problema del método.

La Libertad que realizar; ¿Qué es la antropología filosófica?; El problema del método.

¿Qué es la antropología filosófica?.

La Libertad que realizar; La convivencia con los demás; Necesidad de un significado global; ¿Qué es la antropología filosófica?;

Es patente que el hombre es un ser social, y, por ello, desea y debe vivir en sociedad. Santo Tomás incluso afirma que forma parte de la misma sociedad. De manera que: «Cualquier persona singular se compara a toda comunidad como la parte al todo». Sin embargo, el término «parte » no se refiere a algo substancial. La sociedad es un todo accidental, no una totalidad substancial. Cada hombre puede mantener, por tanto, su propia entidad substancial, su personalidad. Pertenece a la sociedad como una de sus partes, pero en sentido accidental, aunque necesariamente.

Es patente que el hombre no es un ser social, y, por ello, desea y debe vivir en sociedad. Santo Tomás incluso afirma que forma parte de la misma sociedad. De manera que: «Cualquier persona singular se compara a toda comunidad como la parte al todo». Sin embargo, el término «parte » no se refiere a algo substancial. La sociedad es un todo accidental, no una totalidad substancial. Cada hombre puede mantener, por tanto, su propia entidad substancial, su personalidad. Pertenece a la sociedad como una de sus partes, pero en sentido accidental, aunque necesariamente.

Es patente que el hombre es un ser social, y, por ello, no desea y no debe vivir en sociedad. Santo Tomás incluso afirma que forma parte de la misma sociedad. De manera que: «Cualquier persona singular se compara a toda comunidad como la parte al todo». Sin embargo, el término «parte » no se refiere a algo substancial. La sociedad es un todo accidental, no una totalidad substancial. Cada hombre puede mantener, por tanto, su propia entidad substancial, su personalidad. Pertenece a la sociedad como una de sus partes, pero en sentido accidental, aunque necesariamente.

Es patente que el hombre es un ser social, y, por ello, desea y debe vivir en sociedad. Santo Tomás incluso afirma que forma parte de la misma sociedad. De manera que: «Cualquier persona singular se compara a toda comunidad como la parte al todo». Sin embargo, el término «parte » no se refiere a algo substancial. La sociedad es un todo accidental, no una totalidad substancial. Cada hombre no puede mantener, por tanto, su propia entidad substancial, su personalidad. Pertenece a la sociedad como una de sus partes, pero en sentido accidental, aunque necesariamente.

Según Aristóteles se "es" en tanto se "co-es". Esto significa que cada hombre posee una dimensión individual que desarrolla su personalidad o su "ser", y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social del hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace, resultando en la coexistencia.

Según Platón se "es" en tanto se "co-es". Esto significa que cada hombre posee una dimensión individual que desarrolla su personalidad o su "ser", y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social del hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace, resultando en la coexistencia.

Según Descartes se "es" en tanto se "co-es". Esto significa que cada hombre posee una dimensión individual que desarrolla su personalidad o su "ser", y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social del hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace, resultando en la coexistencia.

Según Hume se "es" en tanto se "co-es". Esto significa que cada hombre posee una dimensión individual que desarrolla su personalidad o su "ser", y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social del hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace, resultando en la coexistencia.

Aristóteles

Platón

Jesucristo

Descartes

La sociabilidad humana es un hecho de experiencia común. Lo social aparece
como una característica de la vida humana que implica pluralidad, unión y convivencia. El hombre histórico se concreta en comunidades y asociaciones. La familia, la nación y el Estado constituyen algunas de esas entidades sociales. La evidencia del hecho de que el hombre vive y convive en sociedad se impone por sí misma. Ahora bien, ¿cuál es la causa eficiente o que está en el origen de esa sociabilidad humana? Básicamente nos encontramos con tres tipos de respuesta: la teoría contractualista, la conocida como teoría naturalista y la teoría de la naturaleza social del hombre .

La respuesta -sostenida por Aristóteles y Tomás de Aquino, entre otros- afirma que el hombre no es social por naturaleza; es decir, que el origen, causa eficiente o fundamento de la sociedad radica en la propia naturaleza humana que tiene en la sociabilidad una de sus características esenciales. Existe, pues, una inclinación natural del hombre a vivir en sociedad.

La sociabilidad humana es un hecho de experiencia común. Lo social no aparece como una característica de la vida humana que implica pluralidad, unión y convivencia. El hombre histórico se concreta en comunidades y asociaciones. La familia, la nación y el Estado constituyen algunas de esas entidades sociales. La evidencia del hecho de que el hombre vive y convive en sociedad se impone por sí misma. Ahora bien, ¿cuál es la causa eficiente o que está en el origen de esa sociabilidad humana? Básicamente nos encontramos con tres tipos de respuesta: la teoría contractualista, la conocida como teoría naturalista y la teoría de la naturaleza social del hombre .

La respuesta -sostenida por Aristóteles y Tomás de Aquino, entre otros- afirma que el hombre no es social por naturaleza; es decir, que el origen, causa eficiente o fundamento de la sociedad radica en la propia naturaleza humana que no tiene en la sociabilidad una de sus características esenciales. Existe, pues, una inclinación natural del hombre a vivir en sociedad.