Texto: Funcionalidad y demencia de Patricio Fuente G.

Las [blank_start]demencias[blank_end] son el problema de salud más frecuente y grave encontrados en personas mayores por inmenso impacto psicosocial.

En TODAS las demencias se afectan las habilidades cognitivas, la conducta y progresivamente la [blank_start]funcionalidad[blank_end].

Uno de los componentes de la demencia que es la afectación a las actividades de la vida diaria a cobrado mayor relevancia en los últimos años, pues su evaluación puede ser útil para el diagnóstico precoz de la condición, para el seguimiento clínico, para evaluar el tratamiento y porque su alteración incide directamente en la calidad de vida y porque es un indicador decisivo del fenómeno de [blank_start]discapacidad global y progresiva[blank_end] que experimentarán todos los pacientes.

Los déficits en las [blank_start]habilidades funcionales[blank_end] afectarán tanto la independencia como la seguridad de los pacientes, pues la pérdida de funciones aumenta el riesgo de caídas, dificultades en la comunicación, problemas de preparación de comidas, ingesta de medicamentos o limitaciones en las actividades de auto-cuidado básico.

Los procesos patológicos demenciales siendo el más importante la [blank_start]enfermedad de Alzheimer[blank_end] conducen inevitablemente al deterioro cognitivo y luego a limitación funcional y discapacidad global.

Uno de los componentes de la demencia que es la funcionalidad, es en la práctica clínica la diferencia fundamental entre el concepto de [blank_start]deterioro cognitivo fisiológico[blank_end] o benigno y la demencia (deterioro cognitivo patológico).

La prevalencia de [blank_start]discapacidad[blank_end] en diferentes aspectos de función es mayor en sujetos diagnosticados con demencia que en sujetos normales y también mayor que en personas con declinación cognitiva no demenciante.

El [blank_start]deterioro cognitivo leve[blank_end] es una entidad clínica considerada un estado transicional dinámico entre el envejecimiento cognitivo normal y la demencia.

Con respecto a la variedad mnésica del deterioro cogntivo leve se exige una queja [blank_start]subjetiva de memoria[blank_end], la constatación objetiva del defecto, cognición general normal y preservación de las actividades de las vida diaria, es decir, funcionalidad normal.

Se ha reportado que personas con DCL podrían reportar algunas dificultades con respecto a la [blank_start]funcionalidad[blank_end], expresada en pequeñas dificultades para realizar las tareas más complejas de la vida diaria.

La capacidad [blank_start]neurocognitiva y la movilidad[blank_end] adecuada son considerados componentes principales de la funcionalidad y autonomía de todo adulto mayor sano.

El deterioro funcional se comporta como un importante indicador de pronóstico de [blank_start]discapacidad global[blank_end] simplemente, porque va afectando la habilidad parcial o total del invididuo para ejecutar las tareas y obligaciones habituales de su vida diaria.

La pérdida cognitiva y [blank_start]los deterioros funcionales[blank_end] pueden ser también dos aspectos distintos de la severidad de la demencia y que podrían requerir incluso evaluaciones independientes.

Sujetos que posteriormente van a desarrollar demencia se ha demostrado que incluso 10 años antes de desarrollarla tienen restricciones en las actividades instrumentales de la vida cotidiana (AIVC), de forma especial en el [blank_start]manejo financiero[blank_end].

Para establecer el diagnóstico de demencia se utilizan criterios bien [blank_start]estandarizados[blank_end], focalizados principalmente en los diferentes deterioros cognitivos.