Adaptaciones de los seres vivos al medio

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4º ESO Biología y Geología (Ecología) Karteikarten am Adaptaciones de los seres vivos al medio, erstellt von Sara MI am 04/02/2021.
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ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA Las tortugas gigantes de las Galápagos (Chelonoidis sp.) almacenan agua en sus vejigas y presentan un metabolismo muy lento, comen hierba, hojas y cactus, holgazanean al sol y duermen del orden de 16 horas al día. Pueden así sobrevivir hasta un año sin comer ni beber.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA El sapo contenedor de agua australiano (Cyclorana platycephala) almacena agua en sus agallas, tejidos y vejiga. Puede doblar su tamaño así y pasar hasta cinco años sin beber. Esto lo hace muy codiciado por serpientes, aves, cocodrilos y hasta los aborígenes Tiwi, quienes los exprimen para beber toda su carga.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA El pez pulmonado africano (Protopterus annectens) vive en el fondo de ríos y lagos. Durante la estación seca, cuando estos se quedan sin agua, convierte su vejiga en un pulmón y se vuelve terrestre. Puede permanecer hasta cinco años enterrados en el barro sin comer ni beber. Vídeo: https://youtu.be/eSXVmmXb-Ew
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA Los camellos (Camelus sp.) almacenan grasa en sus lomos que, al metabolizarse (catálisis), produce “agua metabólica”. Esta producción no cubre totalmente la que se pierde en la espiración y en la sudoración, pero estos animales tienen otras adaptaciones fisiológicas como: un grueso pelaje, que protege de la insolación; glóbulos rojos elipsoidales, para facilitar su flujo en una sangre menos fluida; capacidad de producir orina muy concentrada y heces muy desecadas; o tejidos extraordinariamente resistentes a la deshidratación.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA La rata canguro (Dipodomys sp.) vive en los desiertos norteamericanos en profundas madrigueras que las refugian de lo peor del calor desértico, saliendo solo de noche, y raramente beben agua, pues sus riñones filtran muy eficazmente. Además, producen “agua metabólica” a partir del alimento que obtienen.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA Los cactus (Fam. Cactaceae) son plantas xerófilas, es decir adaptadas a vivir en zonas áridas. Para ello, estas plantas transforman sus hojas en espinas, reduciendo así la superficie de transpiración. Además, poseen tejidos que almacenan agua y realizan el intercambio de gases durante la noche, de manera que mientras dormimos consumen dióxido de carbono, al revés que el resto de las plantas. Algunos presentan pelos que reflejan los rayos solares. Por último, presentan raíces superficiales para absorber el máximo de lluvia en el menor tiempo.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA El olivo (Olea europaea) presenta los estomas en el envés de la hojas y, rodeándolos, una especie de pelos a modo de paraguas. Las hojas son gruesas y con una gruesa cutícula. Todo ello para evitar las excesivas pérdidas de agua por evapotranspiración.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE AGUA El romero (Rosmarinus officinalis) presenta hojas con una superficie foliar muy pequeña y enrolladas hacia el envés para proteger así los estomas.
ADAPTACIONES AL FRÍO Los bosques caducifolios templados son bosques dominados por árboles de hoja ancha que anualmente pierden sus hojas durante los meses de invierno. El motivo es que en esta estación las horas de luz se reducen, la radiación solar pierde fuerza y los suelos muchas veces se hielan, dificultando la captación de agua y nutrientes por parte de las raíces. Con esta pérdida de hojas, los árboles preservan energía.
ADAPTACIONES AL FRÍO Las adaptaciones al frío de las plantas en la tundra están relacionadas con la reducción del metabolismo: presentan tamaños pequeños, suelen perder las hojas durante el invierno para evitar congelarse y pasar la época más fría en forma de semilla.
ADAPTACIONES AL FRÍO Los árboles y arbustos que viven en la alta montaña endurecen su madera de manera que reducen el contenido en agua y aumentan el contenido en sales, lo que les permite aguantar hasta temperaturas de -25ºC o inferiores.
ADAPTACIONES AL FRÍO El reno (Rangifer tarandus) es capaz de reducir la circulación de la sangre en algunas partes de su cuerpo lo que permite rebajar la temperatura de los órganos implicados y, por tanto, sus necesidades energéticas. De este modo, mientras que la temperatura corporal es de 38ºC, la de su morro puede bajar a 20º y las patas, en contacto con la nieve, pueden alcanzar 9ºC.
ADAPTACIONES AL FRÍO El buey almizclero (Ovibos moschatus) se protege del frío recubriéndose con gruesas capas de pelo y grasa subcutánea que ayudan a mantener la temperatura proporcionando un excelente aislamiento. Su eficacia es tal que no pueden hacer esfuerzos prolongados al no ser capaces de disipar el calor generado. La grasa resulta doblemente útil ya que, además de aislar, constituye una reserva que los animales van utilizando en caso de escasez.
ADAPTACIONES AL FRÍO El zorro ártico (Vulpes lagopus) muda estacionalmente su pelaje adaptándolo a las necesidades de cada época: en verano la capa de pelo es fina y oscura para facilitar la absorción del calor solar mientras que en invierno se vuelve muy espesa y blanca brindando protección contra el frío y, además, mimetismo.
ADAPTACIONES AL FRÍO El oso polar (Ursus maritimus) es uno de los carnívoros más grandes de la Tierra, aunque sus apéndices son cortos (morro, orejas, cola). Esto es porque la capacidad de un organismo para producir y conservar el calor está muy relacionada con su volumen corporal y morfología: cuanto mayor es un animal menor es la superficie que expone en relación con su masa total, lo que significa que un animal grande pierde menos calor que uno pequeño. También colaboran una gruesa capa de grasa subcutánea y un denso pelaje, que en realidad no es blanco, sino translúcido, formado por miles de pelos huecos (que, al estar llenos de aire, son un buen aislante térmico). Bajo el pelaje se encuentra la piel, que es negra para atraer mejor la radiación solar y aumentar así el calor corporal.
ADPTACIONES AL FRÍO Los pingüinos emperador (Aptenodytes forsteri), endémicos de la Antártida, se protegen del frío con tres capas de plumas y una consistente capa de grasa subcutánea. Cuando las temperaturas son realmente extremas y hay un viento lacerante, los pingüinos se apiñan. Este apiñamiento es a veces conformado por miles de pingüinos compartiendo su calor corporal.
ADPTACIONES AL FRÍO Con la llegada del invierno, los erizos (Fam. Erinaceidae) hibernan, es decir, adoptan un estado fisiológico para ahorrar energía durante periodos con temperaturas bajas y escasez de alimento. Cuando la temperatura desciende de 15ºC aproximadamente, los erizos comienzan a prepararse para hibernar. Existen distintos grados de letargo o hibernación que producen desde un sueño profundo y muy prolongado a una simple modorra más o menos pasajera.
ADPTACIONES AL FRÍO La grulla común (Grus grus), como la mayor parte de las aves y grandes mamíferos, opta por abandonar la región desfavorable durante la temporada invernal migrando hacia zonas más clementes. Cría durante el verano septentrional en el norte de Eurasia y migra hasta el sur de Europa, Asia y norte de África. durante el invierno.
ADAPTACIONES AL CALOR Con la sudoración los animales consiguen refrigerar sus cuerpos para disminuir un exceso de calor corporal. Los animales que sudan son homeotermos, es decir, que además de generar calor a través de su metabolismo, tienen mecanismos para eliminar su exceso si la temperatura sube por encima de lo deseado. Uno de los pocos mamíferos que no posee poros en la piel que le permitan la transpiración es el perro (Canis lupus familiaris), que tiene que evaporar el agua de su lengua y empieza a jadear para facilitarlo.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE LUZ En las selvas tropicales, las lianas trepan por los troncos en busca de luz. Las plantas epífitas (orquídeas y bromelias) crecen directamente sobre los árboles para poder acceder a la luz.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE LUZ Las algas rojas (D. Rhodophyta) son las algas más abundantes en lugares profundos (100-250 m), pues sus pigmentos les permiten captar las longitudes de onda de la luz del Sol que penetran más profundamente en el agua. Estos pigmentos, que absorben la luz azul y reflejan la roja, les dan su característico color rojizo.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE LUZ En el interior de la selva o del bosque hay condiciones de penumbra ya que la luz solar no llega hasta el nivel del suelo. Algunas plantas , como los musgos y los helechos, están adaptadas a vivir en condiciones de penumbra y requieren poca luz para realizar la fotosíntesis. Debido a esta adaptación no pueden vivir con exposición solar directa. Los musgos y los helechos crecen, además, en sitios muy húmedos y el calor de la radiación solar directa puede secarlos.
ADAPTACIONES A LA ESCASEZ DE LUZ Los aye-ayes (Daubentonia madagascariensis) son animales arborícolas de hábitos nocturnos. Estos animales poseen visión nocturna, que es la habilidad de ver entornos que están en bajos niveles de iluminación. Destacan los ojos grandes y amarillos, debidos a que poseen el tapetum lucidum, capa de tejido situada en la parte posterior del ojo que actúa como un espejo que refleja los rayos luminosos, incrementando así la luz disponible para los fotorreceptores y mejorando la visión en condiciones de escasa luminosidad.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE OXÍGENO La vicuña (Vicugna vicugna) es un camélido originario del altiplano andino, en la puna, donde vive a más de 3.200 m.s.n.m. Con la altitud, la concentración de oxígeno en el aire disminuye exponencialmente; al llegar a los 5.000 m.s.n.m. la concentración de oxígeno es la mitad que al nivel del mar. Así, la vicuña se ha adaptado bien a la falta de oxígeno, incrementando la capacidad de su corazón y pulmones, así como el contenido en glóbulos rojos de su sangre. Además, posee una hemoglobina con más afinidad pata captar oxígeno.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE OXÍGENO El cachalote (Physeter macrocephalus) es el mamífero marino que se sumerge a mayor profundidad; se cree que son capaces de llegar hasta los 3 km bajo la superficie y realizar inmersiones de hasta 90 min. Para ello, posee una caja torácica flexible que permite el colapso de sus pulmones bajo una creciente presión de agua sin dañar al animal. Además, tiene un gran volumen de sangre con un alto contenido de hemoglobina y mioglobina. Su cuerpo también puede redirigir la sangre oxigenada al cerebro y otros órganos críticos.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE OXÍGENO Los peces abisales son aquellos que viven a profundidades entre los 4.000 y 6.000 metros de profundidad, donde la cantidad de oxígeno disponible es muy baja. Por ello, presentan adaptaciones tanto morfológicas como fisiológicas que les ayudan a extraer el poco oxígeno disuelto en el agua: presentan branquias bien desarrolladas; tienden a ser muy inactivos, reduciendo así su consumo de oxígeno; algunos tienen una mayor cantidad de hemoglobina en su sangre, que funciona bien a bajas concentraciones de oxígeno.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES El mangle rojo (Rhizophora mangle) vive en ambientes marino-costeros de los trópicos, con sus raíces en contacto con el agua de mar. Deja entrar el agua con cantidades bajas de sal a través de membranas situadas en las raíces, realizando filtraciones, ello se logra manteniendo contra gradiente osmótico diferencias de presión negativas en el interior del tejido a través de un proceso físico. Enlace: http://biomodel.uah.es/biomodel-misc/anim/memb/osmosis.html
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES Una especie halófila puede mantener una concentración salina interna «normal», excretando el exceso de sal a través de diferentes estructuras. Las especies del género Spartina crecen en la zona intermareal y presentan glándulas de sal que concentran las sales de los tejidos de sus hojas y las secretan en forma de cristales de sal. Durante la noche, la sal en la superficie atrae las gotas de rocío de la atmósfera.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES Los fluidos corporales de la mayoría de los invertebrados marinos, como las anémonas o las estrellas de mar, fluctúan con el medio ambiente. Estos organismos son osmoconformistas, su osmolaridad es la misma que la del agua de mar, y no pueden regular el balance hídrico y salino.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES El cangrejo de río (Austropotamobius pallipes) es un animal de agua dulce y por lo tanto es osmorregulador. Sus tejidos corporales presentan mayor concentración de sales que el medio exterior, por lo que el agua tiende a entrar en sus tejidos por ósmosis y debe ser expulsada para evitar que inunde su cuerpo. Así, mantienen su equilibrio hídrico excretando grandes cantidades de orina muy diluida.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES Los peces óseos, como los atunes (Thunnus sp.), pierden agua por ósmosis y contrarrestan la pérdida bebiendo agua salada y excretando el exceso de sal a través de la superficie branquial; son osmorreguladores. Así, su orina es escasa y muy concentrada.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES Los delfines oceánicos (Fam. Delphinidae) son mamíferos marinos y, por lo tanto, osmorreguladores. Los mamíferos marinos producen una orina alta en sal y urea para excretar el exceso de sal procedente de la dieta. Además, evitan beber agua de mar y el agua que necesitan la obtienen de sus presas.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES Los peces cartilaginosos, como los tiburones (SO. Selachimorpha) y las rayas (O. Rajiformes), son osmorreguladores. La concentración de su medio interno es similar a la del agua; generan concentraciones osmóticas en sus fluidos corporales semejantes a las del agua marina, para así tolerar los niveles altos de urea. El exceso de sal procedente de la dieta se excreta a través de una glándula salina situada en el recto.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES La iguana marina (Amblyrhynchus cristatus), endémica de las islas Galápagos, depende del medio ambiente marino y se alimenta casi en exclusiva de algas marinas. Como resultado de su alimentación, deben librarse del exceso de sal que ingieren, excretando sal concentrada en forma de cristales desde una glándula salífera nasal.
ADAPTACIONES A LA CONCENTRACIÓN DE SALES Los albatros (Fam. Diomedeidae) son una familia de aves marinas. Al igual que todas las aves pelágicas, necesitan bajar el contenido de sal que se podría acumular en sus cuerpos a causa de sus ingestiones de agua de mar mientras se alimentan. Esto lo hacen con una glándula nasal situada en la base del pico, encima de sus ojos, que elimina la sal a través de las fosas nasales.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE ALIMENTOS Durante el invierno, los osos (Fam. Ursidae) del hemisferio Norte hibernan, es decir, excavan o se adentran en una cueva llamada osera. Allí pasan los meses de frío, durante los cuales hay escasez de alimento. Durante la primavera y el verano, los osos adquirirán reservas de grasa suficientes para pasar el período de hibernación.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE ALIMENTOS Los cocodrilos (Fam. Crocodylidae) es un grupo de grandes reptiles semiacuáticos que viven en las regiones tropicales. Durante los largos periodos de sequía en verano, cuando el alimento escasea, el cocodrilo excava una madriguera en la orilla de un río o un lago y se instala para pasar un largo sueño (estivación) que se invierte rápidamente en cuanto vuelven las lluvias.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE ALIMENTOS Durante el verano, la principal fuente de alimento de las mariquitas (Fam. Coccinellidae) se ve diezmada por el calor del sol, por lo que entran en un estado de letargo a la espera de que el alimento vuelva a ser abundante.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE ALIMENTOS La ardilla (Scirus vulgaris) vive en los bosques de coníferas europeos. Cuando llega el invierno y el alimento escasea, no hiberna, sino que se mantiene activa consumiendo lo que ha ido almacenando durante el resto del año, en el suelo y en diferentes oquedades de los árboles y las rocas.
ADAPTACIONES A LA FALTA DE ALIMENTOS La migración anual por las llanuras de África oriental de los ñus (Connochaetes sp.), en busca de comida y agua cuando cambia la estación, va desde las llanuras del Serengueti en dirección al noroeste, hacia la reserva Masái Mara. El momento y el recorrido exacto de la migración varían cada año en función de las lluvias que hacen brotar los pastos. En ella participan hasta millón y medio de ñus, además de cientos de miles de otros animales, como cebras y gacelas.
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