Erstellt von Eduardo Cattaneo
vor fast 9 Jahre
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El cuerpo humano no es ni orgánica ni funcionalmente como el del resto de los animales superiores, sino justamente inverso respecto de ellos. | intentaremos aclarar que el hombre se diferencia radicalmente -no sólo de grado- de los animales a todo nivel y no sólo por la razón. |
El cuerpo de los animales es sumamente determinado constitucionalmente y especializado en orden a una función; el del hombre, por el contrario, es abierto y desespecializado. | En lenguaje aristotélico se podría decir que el cuerpo humano es potencial, o sea, no hecho para esto o lo otro, sino abierto para hacerse con esto, con lo otro y con lo que se desee y, además, para hacerse con ello de un modo u otro, es decir, como se desee. |
El hombre parece nacer prematuramente | indica que somos educables durante todo nuestro crecimiento. Además, no sólo disponemos de este crecimiento, que puede durar 18 o 20 años, sino también del ético, que dura toda la vida. En este sentido educar es ayudar a crecer en los dos sentidos mencionados. |
Con pocos minutos, horas, o máximo, pocos días, el resto de animales son viables tras el nacimiento | El hombre no. Tiene que aprenderlo todo, andar, comer, beber, etc. Atendamos al bipedismo. Los animales tienen las extremidades: pezuñas para pisar duro, garras para desgarrar, aletas para nadar, pies prensiles como los de los monos para trepar, etc. |
¿Y el resto del cuerpo humano? Está sumamente desespecializado, e incluso desasistido, es decir, no recubierto con plumas, piel dura, abundancia de pelo, etc., para volar, resistir el frío, etc. | Está desnudo. El hombre es el único animal que lo está, y el único que se da cuenta que lo está El hombre está corporalmente necesitado, indeterminado,pero, puede ejercer con su cuerpo todas aquellas funciones del, pero no merced al cuerpo sólo, sino gracias a su inteligencia |
Tampoco está nuestro aparato digestivo diseñado para un único género de alimentos, sino que somos omnívoros | No tenemos anticuerpos suficientes en el sistema inmunológico para hacer frente a los agentes patógenos externos, como ciertas aves de rapiña, por ejemplo, pero inventamos medicinas. |
Tampoco disponemos de un aparato circulatorio con sangre fría, o de un aparato respiratorio con branquias, como los peces, para vivir bajo el agua | pero dominamos inteligentemente los mares con barcos, submarinos |
En fin, el cuerpo humano es admirable | Esa perfección, complejidad armónica, se destaca más en algunas partes del cuerpo, como son las que se proponen a consideración seguidamente. |
Manos: instrumentos de los instrumentos | La finura de la piel en las manos indica más sensibilidad, más posibilidad de captar matices de la realidad sensible. Las manos no están determinadas a una sola función sino que pueden realizarlas todas. |
Manos compatibles con el lenguaje | acompañan con sus gestos la expresión de lo que uno lleva dentro, y, por consiguiente, con el pensar y con el querer. |
La cara es el espejo del alma | aunque no sólo la cara, sino todo el cuerpo, puesto que cuando el alma está bien, el cuerpo lo manifiesta (la inversa también es verdad). Armonizadas las diversas partes faciales pueden expresar alegría, tristeza, dolor, enfado, etc. |
La boca está provista de finos labios para hablar o sonreír. | La lengua no es pesada, como la del camello, por ejemplo, lo cual permite articular la voz. |
El que los ojos ocupen un lugar superior a los oídos en el hombre indica que en nosotros es el sentido superior, el que más nos permite conocer, siendo así que realmente es el más cognoscitivo. | con sus movimientos se expresa atención, perplejidad, etc., y eso sin necesidad de ser un payaso. No tenemos los ojos a los lados de la cara, como las aves, reptiles, etc., ni funcionan independientes uno de otro, como los de las ranas, sino delante para mirar de frente |
Nuestro cráneo ocupa una posición vertical sobre la columna vertebral, para mirar de frente y hacia arriba | La posición del cráneo de los cuadrúpedos es horizontal respecto de su cuerpo, en disposición hacia el suelo, donde encuentran el alimento y su hábitat. En el nuestro, el cerebro ocupa la mayor parte de la capacidad craneana; en los animales es sólo una pequeña parte. |
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