Erstellt von GABRIELA ERAZO
vor etwa 8 Jahre
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Noriega, S. (2011). Los años veinte: el éxito de la crítica. En S. Noriega, La crítica de arte en Venezuela ( pp. 106- 122) Mérida: Ediciones Actual- Libros. Luego de la primera Guerra Mundial el fenómeno de las tendencias vanguardistas adquieren vigor en Latinoamérica, sobre todo en el campo de la literatura. También fue el caso de las Universidades argentinas, objeto de contundentes reformas que ascendieron el índice humanístico y científico. Peor es en Venezuela donde apenas comienzan a asentarse las bases de una tradición artística, y que concernió el poco interés por las vanguardias europeas. Y fueron los cronistas y críticos del los años veinte y treinta quienes escribían que aún se sentían files a la revalorización del paisaje, para la construcción de un arte nacional. Era la continuidad de una postura cultural puesta en escena por el Círculo de Bellas Artes. Si algo caracterizo la segunda década del siglo XX fue la abundancia de exposiciones de pintura donde predominaba el paisajismo. (S. Noriega, 2011, pp. 108-109) | Estas actividades culturales activaron un público que estímulo además la crítica y el coleccionismo. Comenzó a exaltarse la pintura de varios artistas entre ellos Manuel Cabré y Armando Reverón. Pero aun así no dejó de escribirse crítica sobre el costumbrismo de artistas del siglo pasado como Lovera, comenzando a reproducirse contenidos biográficos y la descripción de la obra con su respectiva valoración pero dejando a un lado sus precedentes artísticos. Abordar críticamente un cuadro consistía a grandes rasgos, en colocar un hecho visual en una estructura lingüística, destacando las habilidades del autor. (S. Noriega, 2011, p.110) Lo importante era ofrecer al público una descripción clara y precisa de las obras. ( S. Noriega, 2011, p.110) El crítico dirigía su atención en desempeñar un rol pedagógico, enseñando a mirar el cuadro y mostrando sus aspectos fundamentales. Entre estos críticos se nombra a Enrique Planchart, Juan Pestico y Fernando Paz. |
En sus escritos realizaban una lectura de las obras, señalando los aspectos más importantes y mostrando al espectador una apreciación general de la plástica y su estructura pictórica. Ya con la aparciion de las obras de Armando Reverón que se catalogaban como obras contundentes, la crítica se volvió más contundente y causaron gran polémica. Por otro lado se nombra a Zulia como lugar del acontecer artístico que se desarrolló por medio de acciones culturales como “ El Zulia Ilustrado” que fue la primera publicación periódica en reproducir imágenes fotografías financiadas por su director, Eduardo López Rivas. Por otro lado el Circulo Artístico promovió la organización cultural de diferentes actividades. Toda esta redacción del arte de la época contextualizo las diferentes manifestación artísticas, siguiendo las lecciones de Ramón de la Plaza, es decir, todo esto se realizó bajo la concepción del hombre del siglo XIX. | Noriega, S. (2011). Los años treinta: nuevos críticos en escena. En S. Noriega, La crítica de arte en Venezuela ( pp. 106- 122) Mérida: Ediciones Actual- Libros. Pasando el país a ser el segundo exportador de petróleo, la capital comenzó a crecer, a remodelarse, a urbanizarse y la gente a tener una visión moderna, así como también la crítica de arte. No dejaron de promoverse las exposiciones en nuevos espacios como el Museo de Bellas Artes, fundado por Raúl Villanueva en el año 1938, generando nuevas críticas y reseñas que además se fueron publicando en la prensa con el fin de culturizar a la población. Todas estas críticas ya comenzaban a rechazar el paisajismo y el ideal nacional representado en las obras, uno de estos exponentes fue Alfredo Boulton, quien llegaba a Venezuela luego de sus viajes a Europa, quien lleva la crítica a la apreciación de los valores estéticos, lejos de la comodidad y la tradición de los años pasados… clamaba la necesidad de poner nuestro mundo artístico en consonancia con el gusto de los nuevos tiempos. (S. Noriega, 2011. P.127) |
Él insistía en mirar hacia al arte de la época, el auge vanguardista europeo, para buscar el valor verdadero de una obra artística. Sin embargo no faltaron revistas culturales en cuyas páginas se insertaban trabajos dirigidos a promocionar las expresiones artísticas más modernas. ( S. Noriega, 2011, p.129) Habla de artistas como Francisco Narváez, donde resalta su originalidad y su capacidad de influenciarse de las corrientes modernas pero añadiéndole su sello personal. Es Julián Padrón quien expone un artículo casi biográfico del pintor. También de Armando Reverón, mostrando su obra desde la generalidad, no solo analizando algún cuadro en particular. | Es en el año 1939 con el artículo de Mariano Picón Salas ( formado como crítico e historiador de arte) sobre la obra de Armando Reverón, donde se muestra un suceso de gran importancia para la crítica de Venezuela, abordada con gran rigurosidad y exacta profesionalidad en el abordaje de los precedentes de su lenguaje artísticos. Armando Reverón fue en esos años la principal atracción de la crítica, razón por la cual la mayoría de los analistas coincidían en subrayar los mismos aspectos del pintor. ( S. Noriega, 2011, p.140) La crítica de los años treinta formulo el reflejo de las corrientes modernas en nuestras artes visuales. |
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