Inmigrantes de Europa, muchos eran aventureros, desempleados, soldados o presidiaros que llegaron al Nuevo Mundo en calidad de exploradores, conquistadores y colonos. Estos últimos ya eran individuos de otro tipo, muchos de ellos con educación y cultura.
Procedían de África y fueron arrancados de su tierra por holandeses e ingleses, quienes los vendían como esclavos en América y Europa. En la Nueva España no se les consideró numerosos; pero sí importantes, pues sustituyeron a la fuerza de trabajo indígena en las regiones cálidas, en las tropicales y en las minas.
La conquista envió a la muerte a más de 10 millones de indígenas, principalmente de las clases gobernante, sacerdotal y militar. Los macehuales se consideraban siervos, pero libres. Los sobrevivientes eran objetos parlantes; es decir, siervos o esclavos.
De origen blanco e indígena, con frecuencia nacían fuera del matrimonio y su posición era aún más pobre. Seres marginados y despreciados, se les acusaba de ser proclives al delito. No podían disponer de armas ni de cultura. Sólo se les permitía ocuparse como criados, lacayos, amas de llaves, niñeras o caciques de pueblo. Éstos se levantaron en armas durante la Guerra de Independencia.
Hijos de españoles nacidos en América. Muchos de ellos eran gente con educación y cultura; pero por su origen, se les impedía acceder a los altos cargos gubernamentales; sólo podían ocupar los de menor importancia.