Un ambiente de cuidado en la escuela es entendido como:
Atención a las necesidades de cada niño, niña y adolescente (fisiológicas, afectivas, sociales, cognitivas…)
Respeto a sus derechos: alimentarse de modo adecuado, el derecho a ser uno mismo, a expresarse, a jugar, a moverse, a relacionarse, el derecho a una educación interesante, atractiva, divertida y, sobre todo, con sentido para ellos.
Relación y verdadera comunicación.
Acompañamiento respetuoso a cada uno en sus procesos de crecimiento y desarrollo, evitando invadir y presionar para acelerar algunos aprendizajes, ofreciendo a cada estudiante retos para que, con las ayudas necesarias, poco a poco pueda alcanzarlos.