ASPECTOS BÁSICOS SOBRE CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL NIÑO
Cambios en magnitud, es decir, aumento de tamaño, tanto del cuerpo en su totalidad como de los diferentes órganos en particular.
Cambios en características, como por ejemplo la extinción de los reflejos del recién nacido y su sustitución por movimientos intencionales y los que se observan en aspecto somático.
Perfeccionamiento de las estructuras y funciones, fenómeno, este último que se conoce como maduració.
Desde un punto de vista funcional los fenómenos descritos pueden pues agruparse en tres esferas:
La primera es la esfera física, referida a los cambios en las dimensiones y características tanto somáticas como viscerales, ya descritas.
La segunda, la esfera motora que tiene que ver con la capacidad creciente de movimientos y su coordinación y que comprende a la vez tanto la función motora gruesa, que sirve al desplazamiento corporal, como la motora fina, que se relaciona con el desarrollo de habilidades.
La tercera, la psicoemocional que engloba el lenguaje, la inteligencia y las emociones.
CAMBIOS QUE CARACTERIZAN EL PROCESO DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL NIÑO
A NIVEL CELULAR
* Incremento de su número.
* Modificaciones de su estructura de acuerdo a la función prevista.
* Migración en el interior de cada órgano, aparato y sistema a efecto de consolidar la estructura definitiva.
EN CADA ÓRGANO, APARATO O SISTEMA
• Cambios en magnitud: incremento de sus dimensiones, salvo en algunas estructuras que con el tiempo la reducen o desaparecen.
• Cambios en características: variaciones en todos ellos conforme van alcanzando su dimensión y estructura final.
• Perfeccionamiento de las funciones: cada uno va alcanzando la competencia funcional que le corresponde; proceso también denominado “maduración”.
ESFERAS EN LAS QUE SE APRECIAN LOS CAMBIOS PRODUCIDOS
Esfera física: cambios en los diferentes órganos, en cuanto a la dimensión de sus diferentes segmentos y las proporciones que guardan entre sí.
Esfera motora: desaparición de la actividad motora refleja inicial, propia del neonato, y aparición progresiva de la motilidad intencional asociada con un desarrollo creciente del aparato locomotor que permite una mayor capacidad de desplazamiento y el desarrollo de habilidades manuales.
Esfera psicoemocional: la forma única e inicial de expresar sus emociones, el llanto, se va enriqueciendo con la capacidad de sonreír, balbucear y hablar y, simultáneamente, de demostrar preferencia hacia las personas de su entorno cercano, la cual, progresivamente se dirigirá a una socialización mayor.
OPORTUNIDADES PERDIDAS
El crecimiento y desarrollo del niño se sustenta en dos pilares fundamentales:
EL PATRON GENETICO, esto es el total de genes que a través de los padres le han sido transferidos y los factores ambientales que inciden en que aquellos se expresen libre y plenamente, o no lo hagan.
LOS FACTORES AMBIENTALES INTERNOS, es decir, el equilibrio del medio interno, tan importante para las funciones de asimilación nutricional, para la óptima respuesta inmunológica así como su capacidad metabólica.