El Bautismo es más que recibir agua sobre la cabeza para los cristianos. Es la bienvenida a la Iglesia, el perdón del pecado original...y mucho más.
Los que están verdaderamente arrepentidos confiesan sus pecados y los sacerdotes los perdonan en el nombre de Cristo y la Iglesia mediante el poder del Espíritu Santo.
La comunión con la Carne de Cristo resucitado, "vivificada por el Espíritu Santo y vivificante", conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo.
Tiene por finalidad que el confirmado sea fortalecido con los dones del Espíritu Santo, completándose la obra del bautismo.
Los miembros de la parroquia se reúnen para orar por la sanación y la misericordia de Dios hacia los enfermos familiares y los enfermos del todo el mundo.
Los hombres bautizados son ordenados para servir a la Iglesia como obispos, sacerdotes y diáconos también para continuar con la misión que Jesús dio
Un hombre y una mujer se convierten en marido y mujer, y prometen ser fieles el uno al otro por el resto de sus vidas, cumplir sus promesas entre si y las de Cristo tambien