En definitiva, podemos concluir que estamos ante una guía de gestión más que una norma que, sin duda, puede hacer que muchas empresas o entidades pasen a gestionar con criterios coherentes y enfocados a la mejora los resultados y los clientes. También, se ha intentado eliminar aspectos que eran considerados un lastre en anteriores versiones… como la burocracia. Se ha alineado con otros modelos considerados de excelencia, con el objetivo seguramente que la implantación de la nueva norma ISO 9001:2015 suponga pasar de la eficacia que buscaban las anteriores versiones a la eficiencia en la gestión.