Con La saga de los confines y Tiempo de dragones inventó una épica sobrenatural que fue best seller y conquistó a lectores juveniles; decía que miraba el universo de Tolkien "desde el sur"
"Si sufro mal de altura, que se agite mi prosa, que le cueste andar. Si compro una empanada en la calle, que la sintaxis quede chorreando aceite sabroso. Y si encuentro, ojalá, a los muertitos, espero dejarles algo de mi vida como ofrenda"