Un total de siete estados europeos se declaran oficialmente bilingües en sus constituciones. Se trata de modelos en los que dos (o tres) lenguas gozan de estatuto oficial en todo el territorio del estado. Por lo tanto, no incluimos a los países que han optado por una oficialidad territorializada, como Suiza, Bélgica o Bosnia-Herzegovina, donde se reconocen varios idiomas pero solo uno en cada zona del país. Ni tampoco aquéllos que junto a un idioma oficial para todo el Estado reconocen otros idiomas co-oficiales, pero solo en el ámbito territorial de determinadas entidades autónomas. Tal sería el caso de España, Italia, Rusia, Ucrania, Moldavia, Reino Unido, Georgia y Dinamarca, dentro de los países miembros del Consejo de Europa.