La comunicación, como la educación en su conjunto, es un dominio de la actividad humana que profundizar en su estudio es privilegio de diferentes ciencias. La complejidad de la comunicación interpersonal requiere de un abordaje interdisciplinario. No obstante, en este momento pondremos la mirada en las características de la comunicación desde la Psicología.
¿Qué entender por comunicación?, ¿qué lugar ocupa la comunicación en las relaciones humanas?
“Etimológicamente el término comunicación proviene del latin comunis que significa común. Al comunicarnos pretendemos establecer una comunidad con el otro, nos proponemos compartir una información, una idea, una actitud y un sentimiento.”
-Es uno de los pilares básicos en los que se apoya cualquier tipo de relación humana.
-Crucial para superar situaciones delicadas
-Resolver conflictos
-Expresar sentimientos
-Defender intereses
-Evitar malas interpretaciones
seria conveniente observar algunos aspectos:
Elegir un lugar y momento adecuado y pactado con la otra persona
Reflexionar sobre qué se quiere conseguir y cómo decirlo mejor
Ser consciente de cómo nos sentimos y procurar un estado emocional favorable para comunicarnos (un buen suspiro o contar hasta diez Describir los hechos, no calificar, ni juzgar ni culpabilizar. “La música está muy alta”
Expresar los sentimientos, deseos y opiniones en forma de mensajes “YO”(“Estoy atormentada “,en lugar de decir . “Tu me atormentas “) Los mensajes TU regularmente acusan.
Reconocimiento de las necesidades propias y del otro. ”Yo se que tu quieres oír música y yo tengo necesidad de dormir”
Negociar una solución que satisfaga a los interlocutores “Si tu escuchas la música más bajita yo puedo dormir”
Reflexionar sobre posibles consecuencias de sus actos
Utilización de mensajes claros, precisos y útiles
Una escucha empática favorece el proceso comunicativo al:
Aceptar los argumentos, objeciones o críticas de la otra persona sin que esto signifique estar de acuerdo con sus conductas u opiniones.
Comprometerse física y mentalmente a escuchar, mirar al otro, indicar que se escucha afirmando con la cabeza.
Escuchar sin interrupciones innecesarias.
Dejar las pausas para animar al que habla a lo que siga haciendo.
Evitar ponerse a la defensiva.
No distraer la atención de la conversación del que habla, mostrándose en desacuerdo o hablando de sí mismo.
Resumir de vez en cuando lo que dice el otro para asegurarse de que se ha atendido.